Prueba de resistencia · Bladimir Ramírez



Platicamos con Bladimir Ramírez, autor de Prueba de resistencia (2022), publicado por el sello Paraíso Perdido. En torno al leitmotiv del deseo entre chicos, Ramírez aborda factores de tensión social como machismo, clasismo, homofobia, discriminación y fanatismo religioso. Sus historias directas, concisas y mordaces expresan crítica social, cierta nostalgia por una niñez imperfecta y un irresistible sentido del humor. El volumen de relatos obtuvo el Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos/Narrativa 2021.

< concepto >
No creo que Prueba de resistencia haya surgido como algo planeado, era muy joven para tener esa idea "total", de un volumen de cuentos. Probablemente tenía la necesidad de explorar situaciones que he visto y vivido a lo largo de mi vida y encontré en el cuento una forma conveniente. Sobre el proceso creativo, creo que comencé a escribir las primeras versiones de algunos cuentos cuando tenía 19 años, casi todas las versiones fueron leídas y trabajadas en dos talleres: Los náufragos de la palabra, que era un taller más bien rudo e informal de puros amigos (yo era el más joven y a veces les iba mal a mis textos) y en el Taller Literario de Casa de la Cultura que coordina mi maestro, Ricardo Sigala. Cada uno de los cuentos tuvo un proceso diferente.

< anécdota y ficción >
Si por anecdótico entendemos autobiográfico y por narrativo entendemos ficción, podríamos decir que el libro es una laguna que se alimenta de dos ríos. El agua se mezcla y los peces se aparean de manera natural, literariamente hablando. Anécdotas no solamente mías, sino también de los míos. Me gusta creer que ese espacio anecdótico/biográfico es una suerte de memoria compartida. Supongo que no fue una decisión, más bien una necesidad. Me gusta reírme del mundo y que el mundo se ría de vuelta. Cuando se trata de temas sociales, la comunidad gay históricamente ha sido la burla. Si pensamos en las representaciones populares de los gays (series, telenovelas, malas películas de ficheras), el personaje que se presenta en la pantalla como homosexual existe únicamente para ser objeto de burla y, en menor medida, objeto de deseo. Quizá por eso en Prueba de resistencia son las voces juveniles y, en la mayoría de los casos, gays, que deciden burlarse de su entorno.

< influencias >
Es difícil decirlo con exactitud, me gustaría creer que de Lemebel he aprendido la transparencia y la cadencia en el lenguaje, que de Arenas, la fluidez narrativa y de Esquivias, la invención, la creatividad de nuevos espacios para que el cuento exista. Por supuesto estoy especulando, es difícil saber dónde termina una influencia y empieza la otra.

Creo que la narrativa mexicana actual e históricamente comparte influencias, temas, estilos y, claro, los vasos comunicantes pueden rastrearse con frecuencia.

Hace algunas semanas releí El llano en llamas, puedo decir que Luvina y Diles que no me maten me parecen cuentos extraordinarios. El ritmo, el manejo del lenguaje, la potencia de las imágenes y la agilidad de ambos cuentos me parecen magistrales. Dentelladas de tigre, de Lucia Berlin, es uno de mis cuentos favoritos; es sarcástico y doloroso en la proporción correcta. La señorita Julia, de Amparo Dávila, es un cuento al que vuelvo con frecuencia, quizás por la locura invisible y la tristeza. Bienvenido, Bob, de Onetti, por la contundencia de una acción que parece que nunca ocurre. Lo mismo podría decir de William Saroyan e Inés Arredondo, son cuentistas a los que regreso y siempre encuentro algo nuevo, algo imposible.

< valores >
Los atributos que yo puedo considerar en el libro son aquellos mismos que han encontrado los lectores, cuando alguien me dice que encuentra en el libro una identificación, una proyección o un espejo, entonces considero que los cuentos cumplen su función. La honestidad de las historias y de los personajes.

Cuando escribí los relatos era muy joven, recién descubría (lo sigo haciendo) cómo funciona un cuento, cómo se dibuja un personaje, cómo se mueve una historia. Los talleres literarios, el rigor con el que mis textos eran leídos y criticados, es algo que siempre he agradecido.

Un desafío técnico en particular era la distancia. Creo que cuando practicamos la autoficción, en cualquiera de sus formas, es importante entender que el yo que escribe y el yo que es escrito son diferentes.

< panorama >
En el panorama mexicano la novela siempre ocupa más estantes en las librerías y en las reseñas. Creo que el cuento poco a poco recupera su fuerza. No podemos negar que en la tradición mexicana del siglo XX tuvimos cuentistas de primerísimo nivel, supongo que a veces olvidamos esto. O bueno, lo olvidan las personas que trabajan en el mercado editorial.

Diría que los desafíos son varios. Para empezar, haber nacido y estudiado en un municipio pequeño como Zapotlán el Grande, un lugar semi-rural, semi-urbano. Actualmente las discusiones literarias están muy enfocadas en las grandes capitales culturales. A eso le sumaría que, aunque existe una fuerte tradición de literatura gay en México, en ocasiones son textos menospreciados por su temática y no por su ejecución, un error que me parece ingenuo e infantil, pues cualquier obra debe ponderarse por su contenido, no solamente por su tema.



entrevista + edición: chris núñez
foto de portada e interiores: bladimir ramírez