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Intervenciones · Joan Duran
Posted on August 11th, 2021
Consumatum · Néstor Herrera
La obra fotográfica de Néstor Herrera dialoga
con la pintura renacentista, barroca y romántica
desde una aproximación conceptual desafiante.
BOOM
Quiero comentar que empecé en la fotografía como tal hace 6/7 años cuando obtuve mi primera cámara. Le tomaba fotos absolutamente a todo, a la lluvia, a las hojas, me llevé tiempo encontrar mi camino. Descubrí que podía plasmar mis sentimientos + pensamientos a través de la fotografía, y eso fue un BOOM emocional, porque en aquellos días estaba pasando por malos ratos. Me gustaba que podía desnudarme emocionalmente a través de la fotografía. Toda esa carga, positiva o negativa, la podía plasmar en una foto.
SUBJETIVO
Seguí puliendo el estilo, y la gente no se daba cuenta de que objetivamente había una foto pero al mismo tiempo, subjetivamente, me estaban viendo a mí. Había algo muy íntimo en el material plasmado. La gente no se daba cuenta, y lo consideraba bonito, y entonces comprendí que no iba a ser juzgado. Pero luego, cuando criticaban una foto, sentía que me estaban criticando a mí, porque la foto era yo. Me costó mucho tiempo entender que el arte es subjetivo.
VOCACIÓN
Cuando cursaba la preparatoria, en los exámenes de optativas, nunca supe responder a qué me dedicaría. Nunca. No sabía hacia dónde dirigirme. Más tarde, con orientación especializada, me dijeron que debía enfocarme en las artes. Es curioso, porque en el ámbito artístico me dicen que hago publicidad. Sin embargo, no es mi objetivo desarrollar proyectos comerciales. Creo que me gustaría ejercer la pintura, pero—hasta nuevo aviso—estoy enfocado en la fotografía.
TEMAS
No considero tener temas para abordar, mis ideas surgen de la nada. Muchas veces son improvisadas, pero podría hablar de las últimas fotos que he creado, inspiradas en el suicidio, el lado poético de la muerte. Me gusta buscar el lado bello, el lado artístico de los eventos desafortunados.
INFLUENCIAS
En Instagram, sigo a Krishna Valdez, una fotógrafa joven que ha recibido múltiples premios en Italia, Dubái, Tokio, y es una gran inspiración para mí. Al ver su caso podemos darnos cuenta de que sí es reconocido el trabajo de un fotógrafo conceptual y eso me da muchas alas [risas].
En cuanto a influencias pictóricas, tengo muchas, y podría platicarte horas sobre esto. Me inspira el barroco—Vermeer, Caravaggio, Velázquez—, el romanticismo con John William Waterhouse, las pinturas renacentistas de Leonardo Da Vinci y Tiziano. Últimamente, tanto la influencia del maestro William-Adolphe Bouguereau como la de Roberto Ferri han sido muy notables en mi trabajo. De este último, incluso me he tatuado una obra suya.
También me interesan la literatura del siglo 19, y el cine. Siempre estoy viendo películas, puedo admitir que soy cinéfilo aunque sería ridículo autonombrarme así. La danza, el teatro. A menudo llevo conmigo una libreta para tomar apuntes. Las ideas valen oro y hay que anotarlas. Luego vas puliendo, plasmas en un borrador, en una foto, editas, y puede sonar como un trabajo largo pero es lo que te apasiona. Y al ver el fruto, dices: todo el cansancio valió la pena. Porque déjame decirte que eso de tomar las fotos puede sonar fácil pero es muy cansado.
DIFERENCIALES
Últimamente veo que la fotografía conceptual ocupa un lugar cada vez más importante en la escena artística, y me da mucho gusto. Busco que mis fotografías parezcan pinturas al óleo. Y muchas veces las confunden. La gente me pregunta cuál es mi técnica pictórica, y les respondo que hago fotografía. Me gusta que a las personas les cueste creer que es una foto, y no una pintura. Creo que eso es lo que distingue mi trabajo conceptual.
PROCESOS
La primera serie, la única con una historia, se llama Al otro lado. La integran nueve piezas, inspiradas en Ofelia de Hamlet y Alicia a través del espejo. Esta serie la hice con una chava que conocí a través de los tatuajes, que se llama Leto Martín, una chica súper talentosa con un estilo muy peculiar. Hicimos una colaboración que se cocinó lentamente. Fuimos a dos cenotes: en el primero no nos permitieron tomar fotos, querían cobrarnos $1,500 pesos por hora. Así que fuimos a otro donde no cobraban, pero era muy profundo. Leto no sabía nadar; en ese momento sintió pánico y yo estaba bloqueado. Habíamos viajado expresamente para hacer la sesión, estuvimos batallando durante horas, y al final aplazamos para el día siguiente. Realizamos la sesión en la piscina de un amigo. Después de un buen rato, tomamos la foto de Ofelia.
La segunda serie se llama Consumatum. Trata sobre el suicidio, y es una de las primeras ideas que concreté cuando comenzaba a realizar fotos conceptuales. Durante un taller, entre las críticas, los curadores señalaban que no me arriesgaba lo suficiente; a pesar de mi potencial, veían miedo en mí. Fue en ese momento que hice a un lado los temores y prejuicios de la familia y la sociedad. Fui puliendo las ideas, que eran muchas, y finalmente conseguí tres fotos. En la primera, mi novio posó como un ahorcado; en la segunda, aparezco disparando una escopeta, y en la tercera vemos a una chica en la tina.
La última imagen se inspira en una pintura de Bouguereau, a su vez basada en el Infierno de Dante.
DESAFÍOS
Me frenaban mucho los prejuicios de la sociedad yucateca, la mente cerrada y los dogmas religiosos. Mis padres son pastores de la iglesia pentecostés, y me costó mucho romper barreras. Sigue siendo un reto que vean mis imágenes y las vayan asimilando/aceptando, más allá de la primera impresión de ser considerado impuro.
Otro de los desafíos es encontrar modelos. Es muy difícil que alguien acepte participar en este tipo de fotos, porque hay desnudos y les causa conflicto.
También es difícil llegar a galerías. No he presentado mis obras en espacios de exhibición y muero por hacerlo. He indagado mucho, he buscado contactos, y todavía no lo consigo. Pero la clave de triunfar es la perseverancia. Quiero que la gente de fuera de Yucatán reconozca lo que estoy haciendo. Estoy aplicando a varios concursos nacionales e internacionales, y me he propuesto lograr el reconocimiento global.
TURISMO
En Yucatán, los artistas contemporáneos estamos recibiendo apoyo suficiente en cuanto a espacios de exhibición. El programa de La Noche Blanca es de gran ayuda, dado que está permitiéndole al artista presentar su obra, con la ventaja de que un segmento importante de los asistentes corresponde al turismo, y el trabajo es apreciado por cientos de personas. Vivimos un momento muy oportuno.
Posted on October 25th, 2019
A mis sesenta y más · Libia Lizama Crespo
A propósito de su primer libro publicado,
Libia Lizama concibe la poesía
como invitación y atrevimiento.
Bellas Artes
Sabía que necesitaba herramientas expresivas, y en la escuela de creación literaria de Bellas Artes me las dieron a manos llenas. Ahí encontré lo que estaba buscando. Precisamente, porque tuve maestros maravillosos, bien preparados. Yo era una alumna muy exigente, con ellos y conmigo. Les decía: «Ustedes saben que tienen una alumna de lento aprendizaje.» [Risas.] Desde que era niña, tenía problemas para memorizar. Sufría mucho en la escuela, porque a la hora de los exámenes mi mente se quedaba en blanco. Pero los conocimientos los tengo. Los puedo utilizar escribiendo, no diciéndolos de memoria.
Siento que el libro fue escrito a conciencia. Dado que es biográfico, fue posible decir: esto fue lo que viví primero, esto fue lo que me hizo reaccionar, y esto es lo que estoy viviendo hoy: mi libertad. Me gusta mucho lo que estoy expresando, ese atrevimiento que antes era imposible manifestar—por la edad, por la falta de conocimientos. Creo que ahora ya nadie me para.
+60
Alguien de Bellas Artes me dijo: «¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Eres una alumna, estás saliendo de la escuela, tienes más de sesenta años y—la palabra mágica—eres mujer.» Al principio, creí que era un atrevimiento de mi parte, por la edad que ya tengo, y muchas personas me lo advirtieron, sobre todo la familia. Pero si otros escritores lo pudieron hacer, yo porqué no. Tenía ciertos temores, pero ahora que ya convivo con otro tipo de poetas, de diferentes lugares, me doy cuenta que era risible esa manera de pensar. Finalmente, voy por el camino correcto.
Proceso creativo
Trabajé los poemas aproximadamente año y medio, y compuse el libro a mi salida de la carrera. Recuerdo que el día de la graduación, solo presenté 10 textos de 25. Me ayudó mucho la lectura de Ramón López Velarde, y sobre todo de Juan Rulfo, por la fuerza que tuvo para enfrentar lo que había vivido, y el modo como lo plasma en sus trabajos. Durante su infancia, Rulfo se enfrentó a la guerra, mataron a sus padres, y se acostumbró a estar con los muertos, a relacionar las historias de los muertos entre sí.
Estilo
Con frecuencia escucho—y me da mucha tristeza—a muchos jóvenes que utilizan palabras altisonantes y grotescas en sus trabajos, de forma gratuita. Mi estilo consiste en hablar del amor, el desamor y los problemas actuales con sensualidad, sin rebasar ese límite, sin llevarlo a lo grotesco y vulgar. El día de la graduación, una persona me comentó: «Qué manera más literaria de decir Hazme el amor sin utilizar palabras vulgares.»
Invitación
A mis sesenta y más lo presenté en Mayo, en el Instituto Tecnológico de Mérida. Incluso asistieron mis maestros de Bellas Artes. Lo comentó el coordinador de la carrera, José Díaz Cervera. Estaban asombrados, porque el teatro lucía llenísimo. En general, ha tenido mucha aceptación. Muy buenos augurios.
Siento que mis poemas son un ejemplo de que podemos salir adelante. A pesar de los problemas que vivimos las mujeres. Suelo incluir en la dedicatoria una frase: Si lo crees, lo creas. Solo tienes que atreverte, sin importar tu edad. Estoy consciente de que muchas mujeres pasamos por situaciones que nos reprimen de formas distintas, en todos los aspectos, y el libro es un ejemplo de que sí podemos salir adelante. Nada más tenemos que intentarlo. Porque no podemos permitir que acaben con nosotras, sin luchar. Yo luché ya grande, pero lo conseguí. Y cuando digo situación difícil, estoy hablando de la nulificación de la mujer, aquí en Yucatán. En el libro, hay un poema que habla de ello: Esto no es un reproche. Esto es una invitación a que sigas adelante.
Puedo decir que ahora estoy viviendo para mí.
Epílogo
En una ocasión, escuché el testimonio de cierta mujer que había matado a su marido. Lo descuartizó y se lo llevó a tirar en una bolsa. Y cuando la detuvieron y le preguntaron cómo se sentía, nunca voy a olvidar las palabras que respondió: «Siento que me quité un peso de encima.» Con esa respuesta, ya sabes lo que había vivido.
A mis sesenta y más [Selección]
Desabrida
Inservible me llamaba,
desabrida.
Me cubría con sábanas de astillas,
me ahogaba de relámpagos,
sus besos eran navajas.
Me desvestía como se desnuda
una alfombra envejecida,
yo salía de esa alfombra
cual ácaro avergonzado.
Más de sesenta
Con qué lenguaje puedo dibujar
que el mundo en que viví
fue de polvo delicado.
No es fácil desnudar el corazón
cuando se tiene más de sesenta años.
Deambular sobre un desierto
sin luces de esperanza ni calor.
Vivir de ilusiones y sueños
frustrados.
Aún creo en el amor,
y tú, colibrí,
jamás degustaste el néctar
de mi esencia.
Quiero
Yo quiero de ti un beso,
un beso pequeño
cual pizca de comino,
un beso que sazone
mis rendijas y mis sueños.
Me pregunto
Aquí frente al espejo,
miro mi piel que sobra,
mis senos dormidos,
mi cintura sin sueño,
mi vientre de tres partos,
mis caderas espesas.
Me pregunto si en tu
imaginación
soy aquella muchacha
que dibujabas en el viento,
hace cincuenta años.
Descalza
Quiero correr descalza por los aires,
desparramar heridas sobrantes,
oler un follaje púrpura,
reposar sobre hojarascas.
Aprender a saborear
la melodía de mi vida.
Edición de textos: Christian Núñez Imágenes: DUDUMDUSH
Lee aquí la reseña.
Posted on December 18th, 2018