Serge Barbeau (Montreal, Canadá, 1951) ha trabajado para Vogue, Elle y Marie Claire, entre otras reconocidas publicaciones. A raíz de su participación en el documental La Guerra de los Príncipes de la Lluvia, de Bernardo Pérez Soler, el fotógrafo de moda entró en contacto con los pobladores mayas de Quintana Roo, últimos testigos de la guerra de castas. Su trabajo más reciente se inspira en estas historias.


Soy FOTÓGRAFO DE MODA, desde hace 30 años—principalmente he trabajado para periódicos europeos—y viajé a muchos lugares del mundo. Una vez, vine a Playa del Carmen/Tulum a sacar fotos; me gustó el lugar, el clima, la gente. Un amigo que estaba vendiendo terrenos tenía una casa en un pequeño pueblo entre Cobá y Tulum, de habitantes mayas. Pasé algunos meses allí de vacaciones, con mi novia, y me gustó. Así llegué a Quintana Roo. Después de un rato, vine a pasar un tiempo a México, me hice una casa, y aquí estoy.

Este proyecto fotográfico nació hace como 4-5 años. Empecé un trabajo con un antropólogo mexicano, Bernardo Pérez Soler, que realizó un documental como tesis universitaria sobre la guerra de castas. Haciendo este trabajo llegué a los pueblos de la zona de CARRILLO PUERTO—antes Chan Santa Cruz—que fue el nido de rebeldes en la guerra de castas, de sus protagonistas.

Me encontré con las personas que viven en esos pueblos desolados y me emocionó mucho, porque tienen caras muy cargadas. Un día me animé a hacer fotos de esas caras, pero con un toque estético. La primera inspiración fue de natura estética, no antropológica. Entonces me puse en contacto con un joven maya, Marcos Canté, que fue el fundador de una cooperativa para ayudar a las poblaciones de estos pueblitos, que se llama XYAAT.

Marcos realiza un tipo de turismo cultural donde pasa a visitar algunos abuelos en compañía de extranjeros, quienes aprenden sobre cultura maya, sus artesanías y la técnica del henequén, todas esas cosas. Hablamos acerca del proyecto, que en ese momento era solo la voluntad de sacar fotos, y empezamos a buscar a los abuelos. Yo fotografiaba, él entrevistaba. Después me reuní con gente de Mérida [Yucatán], presenté la exposición en el Museo de la Ciudad, ahora en Lux Perpetua, y el próximo año la vamos a llevar hasta Alemania, al Museo de Antropología de MÚNICH en Junio/2016.

Los abuelos de la serie tocan a mucha gente. Tienen power. Las personas nos cuentan historias que a ellos les contaron sus abuelos o bisabuelos. Se habla de rituales, de cómo vivieron en esos tiempos, de algunas batallas. No son historias largas, porque algunos de los ancianos tienen 110 años, otros ochenta y tantos. Muestran un lado un poco MÍSTICO, porque son recuerdos antiguos y el modo de hablar maya hace 50/60 años no era igual que ahora. Todas estas entrevistas fueron traducidas después al español.

ÚLTIMOS TESTIGOS tiene vida propia. Yo siempre hice cosas estéticas—no puedes hacer cosas feas en la moda—pero ahora no podemos decir que estas fotos sean solo estéticas. Hago también una labor de antropólogo y los testimonios van más allá de ser únicamente historias. Son poesía. Ante todo, son pura poesía. Te sientas con un abuelo y él te habla de sus viajes de tren de hace 50 años, seguro que se olvida de ciertas cosas, y seguro que inventa otras para satisfacerte. Pero entrar en la casa de cada una de estas personas, sentarte con ellas, fotografiarlas y entrevistarlas no tiene precio. Mi perspectiva ahora no es la misma.

Me emociona LA AMABILIDAD Y LA TRANQUILIDAD de esta gente, la simplicidad de lo que tienen alrededor: nada, muy pocas pertenencias. Y con eso viven hasta 110 años, tranquilos. Es impresionante.





Últimos Testigos: Guerra de Castas 1847/20??

se presenta actualmente y hasta diciembre/2015

en la galería de arte LUX PERPETUA ART CENTRE.

Todas las imágenes: Cortesía Lux Perpetua

Mamerto Kauil Pat, 77 años, Tepich [Posible descendiente directo de Don Jacinto Pat]

Fastino Tamay Marín, 105 años, Xyatil

Cecilio Poot, 81 años, Yaxley