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A mis sesenta y más · Libia Lizama Crespo
A propósito de su primer libro publicado,
Libia Lizama concibe la poesía
como invitación y atrevimiento.
Bellas Artes
Sabía que necesitaba herramientas expresivas, y en la escuela de creación literaria de Bellas Artes me las dieron a manos llenas. Ahí encontré lo que estaba buscando. Precisamente, porque tuve maestros maravillosos, bien preparados. Yo era una alumna muy exigente, con ellos y conmigo. Les decía: «Ustedes saben que tienen una alumna de lento aprendizaje.» [Risas.] Desde que era niña, tenía problemas para memorizar. Sufría mucho en la escuela, porque a la hora de los exámenes mi mente se quedaba en blanco. Pero los conocimientos los tengo. Los puedo utilizar escribiendo, no diciéndolos de memoria.
Siento que el libro fue escrito a conciencia. Dado que es biográfico, fue posible decir: esto fue lo que viví primero, esto fue lo que me hizo reaccionar, y esto es lo que estoy viviendo hoy: mi libertad. Me gusta mucho lo que estoy expresando, ese atrevimiento que antes era imposible manifestar—por la edad, por la falta de conocimientos. Creo que ahora ya nadie me para.
+60
Alguien de Bellas Artes me dijo: «¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Eres una alumna, estás saliendo de la escuela, tienes más de sesenta años y—la palabra mágica—eres mujer.» Al principio, creí que era un atrevimiento de mi parte, por la edad que ya tengo, y muchas personas me lo advirtieron, sobre todo la familia. Pero si otros escritores lo pudieron hacer, yo porqué no. Tenía ciertos temores, pero ahora que ya convivo con otro tipo de poetas, de diferentes lugares, me doy cuenta que era risible esa manera de pensar. Finalmente, voy por el camino correcto.
Proceso creativo
Trabajé los poemas aproximadamente año y medio, y compuse el libro a mi salida de la carrera. Recuerdo que el día de la graduación, solo presenté 10 textos de 25. Me ayudó mucho la lectura de Ramón López Velarde, y sobre todo de Juan Rulfo, por la fuerza que tuvo para enfrentar lo que había vivido, y el modo como lo plasma en sus trabajos. Durante su infancia, Rulfo se enfrentó a la guerra, mataron a sus padres, y se acostumbró a estar con los muertos, a relacionar las historias de los muertos entre sí.
Estilo
Con frecuencia escucho—y me da mucha tristeza—a muchos jóvenes que utilizan palabras altisonantes y grotescas en sus trabajos, de forma gratuita. Mi estilo consiste en hablar del amor, el desamor y los problemas actuales con sensualidad, sin rebasar ese límite, sin llevarlo a lo grotesco y vulgar. El día de la graduación, una persona me comentó: «Qué manera más literaria de decir Hazme el amor sin utilizar palabras vulgares.»
Invitación
A mis sesenta y más lo presenté en Mayo, en el Instituto Tecnológico de Mérida. Incluso asistieron mis maestros de Bellas Artes. Lo comentó el coordinador de la carrera, José Díaz Cervera. Estaban asombrados, porque el teatro lucía llenísimo. En general, ha tenido mucha aceptación. Muy buenos augurios.
Siento que mis poemas son un ejemplo de que podemos salir adelante. A pesar de los problemas que vivimos las mujeres. Suelo incluir en la dedicatoria una frase: Si lo crees, lo creas. Solo tienes que atreverte, sin importar tu edad. Estoy consciente de que muchas mujeres pasamos por situaciones que nos reprimen de formas distintas, en todos los aspectos, y el libro es un ejemplo de que sí podemos salir adelante. Nada más tenemos que intentarlo. Porque no podemos permitir que acaben con nosotras, sin luchar. Yo luché ya grande, pero lo conseguí. Y cuando digo situación difícil, estoy hablando de la nulificación de la mujer, aquí en Yucatán. En el libro, hay un poema que habla de ello: Esto no es un reproche. Esto es una invitación a que sigas adelante.
Puedo decir que ahora estoy viviendo para mí.
Epílogo
En una ocasión, escuché el testimonio de cierta mujer que había matado a su marido. Lo descuartizó y se lo llevó a tirar en una bolsa. Y cuando la detuvieron y le preguntaron cómo se sentía, nunca voy a olvidar las palabras que respondió: «Siento que me quité un peso de encima.» Con esa respuesta, ya sabes lo que había vivido.
A mis sesenta y más [Selección]
Desabrida
Inservible me llamaba,
desabrida.
Me cubría con sábanas de astillas,
me ahogaba de relámpagos,
sus besos eran navajas.
Me desvestía como se desnuda
una alfombra envejecida,
yo salía de esa alfombra
cual ácaro avergonzado.
Más de sesenta
Con qué lenguaje puedo dibujar
que el mundo en que viví
fue de polvo delicado.
No es fácil desnudar el corazón
cuando se tiene más de sesenta años.
Deambular sobre un desierto
sin luces de esperanza ni calor.
Vivir de ilusiones y sueños
frustrados.
Aún creo en el amor,
y tú, colibrí,
jamás degustaste el néctar
de mi esencia.
Quiero
Yo quiero de ti un beso,
un beso pequeño
cual pizca de comino,
un beso que sazone
mis rendijas y mis sueños.
Me pregunto
Aquí frente al espejo,
miro mi piel que sobra,
mis senos dormidos,
mi cintura sin sueño,
mi vientre de tres partos,
mis caderas espesas.
Me pregunto si en tu
imaginación
soy aquella muchacha
que dibujabas en el viento,
hace cincuenta años.
Descalza
Quiero correr descalza por los aires,
desparramar heridas sobrantes,
oler un follaje púrpura,
reposar sobre hojarascas.
Aprender a saborear
la melodía de mi vida.
Edición de textos: Christian Núñez Imágenes: DUDUMDUSH
Lee aquí la reseña.
Posted on December 18th, 2018
Ciudad Pantano · Joaquín Peón Íñiguez
una colección de parodias y esperpentos.
PROCESO
REFERENCIAS
FISURAS
Sin considerar el capítulo final, consignado a autores mexicanos contemporáneos, elegí, dentro del marco de lo latinoamericano, una docena de escritores cuya obra me entusiasma o por lo menos disfruté en determinado momento. Lo que poseen en común es lo que tienen de diferente: cada uno cuenta con una visión de mundo distintiva y un estilo remarcado que ha influenciado otras escrituras. Mi trabajo fue hacer una lectura crítica y distorsionarlos para exhibir sus sesgos y sus fisuras, para celebrar sus virtudes y hacerles cosquillas en las llagas.
DÍNAMO
Creo que hablar de los diferenciadores y el valor del libro, si es que lo tiene, le corresponde a los lectores, a los reseñistas, no a mí. En todo caso, más que diferenciarse, se inscribe de buena o mala manera en la tradición paródica, que viene desde que los rapsodas cantaban una versión burlesca de las epopeyas homéricas. Algunos de los autores que engendraron la novela moderna, como Cervantes o Sterne, la practicaron. También lo hicieron en sus inicios Chéjov y Proust. Los patafísicos la adaptaron al siglo XX y Cabrera Infante la tropicalizó. Es decir, desde que existe la literatura, la parodia ha sido un dínamo para su evolución formal y discursiva. Lo mío no es sino una combinatoria de mis experiencias, mi lectura del mundo, mis lecturas literarias y la vieja voluntad satírica.
OFICIO
He sumado muchas lecturas, experiencias y horas frente a la pantalla en blanco. Lo curioso es que, contrario a la mayoría de los oficios, mientras más tiempo dedico a la escritura, más difícil me resulta escribir.
HUMOR
En cuestiones de humor, admiro a Sterne, Cabrera Infante, Chesterton, Kennedy Toole, Gombrowicz, y varios más. Entre los mexicanos, a Novo, Ibargüengoitia, Del Paso, Arreola, Helguera, Sheridan, Villalobos. Por otros motivos, siempre regresaré a Kafka, Dostoyevski, Calvino, Beckett, Pessoa, Walser, Perec, entre otros. También procuro ver mucho cine y estoy seguro de que mi humor está influenciado por la televisión: Seinfeld, los Simpson, South Park, The Office, Louie, Curb your enthusiasm, y algunos más.
PARAÍSO PERDIDO
CULTURA
Posted on February 13th, 2018
Piélago · Irma Torregrosa
AGUA
Tardé en hacer Piélago más de tres años quizás, pero la ejecución me llevó unos seis meses. Me llevó tiempo depurar y clarificar el discurso. Construir el personaje que expresaría el tema principal, que es el dilema humano entre el miedo y el amor con el pretexto del agua/mar.
Ojo: Cuando hablo del amor, me refiero a lo que puedes llegar a sentir por algo o por alguien. No me refiero necesariamente al amor de pareja. Por otro lado, el agua como símbolo es muy versátil: puede salvarte de morir o puede matarte.
PROGRESIÓN
Piélago es el primer libro que escribo en forma. Antes de ello había publicado series de poemas sobre diversas temáticas, nada particular, en antologías [Astronave, Los reyes subterráneos] y revistas nacionales [Círculo de poesía, Carruaje de pájaros, Punto de partida + Periódico de poesía de la UNAM]. Este es el primer proyecto completo, y es la conclusión de la poesía que he escrito a lo largo de 6 años.
La voz discursiva oscila entre la rudeza y la ternura. Son los dos ejes opuestos, siempre a través de un lenguaje muy sencillo, casi desprovisto de figuras retóricas.
El libro consta de 35 páginas y se divide en tres partes: dos en prosa y una, la central, en verso. Posee unidad temática y cuenta una historia. Una voz en dos momentos diferentes, bastante visibles. En términos generales, puede apreciarse una especie de progresión en las formas expresivas. De pronto resulta difícil construirla, resulta muy agradable a veces, pero al final del día es un trabajo satisfactorio.
INTERGÉNEROS
Mi intención es contar historias a través de los poemas. Piélago es eso: cuenta una historia a través de diferentes manifestaciones literarias, como el verso libre, el verso medido, la prosa y el diálogo.
Se desdibujan las fronteras de los géneros. La discusión de los géneros literarios es una cosa ya del siglo pasado. Ahorita estamos en una época muy buena para experimentar con ellos y probar formatos.
Las formas están para usarlas y cruzarlas, siempre que se logre un producto directo y sencillo, sin ralentizar el discurso para que el lector pueda percibir el conjunto de forma contundente.
Durante toda mi vida he sido una lectora asidua de narrativa. Novela, cuento, carta. Me parece que contar una historia es el primer motivo por el que quiero escribir. Siempre quiero contar algo,
LORCA
Me gusta mucho Lorca, la etapa del Romancero gitano. El Poeta en Nueva York lo leí años después y descubrí a otro Lorca. El cambio fue impresionante. Me gustaría que cada libro presentara la construcción de su propio discurso. Que este libro no se parezca al anterior. Y encontrar así distintas voces. No me quiero repetir, porque uno cambia, nunca es la misma persona que fue ayer.
MÚSICA
Me interesa el cine. No me atrevería a ser crítica, porque no soy especialista, pero lo disfruto muchísimo. Lo mismo con la música. Mi escritura está muy marcada por lo musical. Siempre tengo muy presenta la musica de Caetano Veloso, Jorge Drexler, Manuel García, David Aguilar. Todos ellos cantautores que de alguna forma también están haciendo lo suyo con el lenguaje. Se arriesgan y experimentan, a pesar de no ser músicos mundialmente famosos.
Me gusta lo mainstream, pero soy más del indie.
IDENTIDAD
Creo que estoy al margen de la identidad latinoamericana. Sin embargo, algunas personas que han leído textos míos señalan que sí hay mucho de identitario, de tropical, de caribeño. Me parece que aunque yo no quiera, aunque yo no lo fuerce, sale a la luz. Me gustaría seguir explorando esa construcción. Quizá no siempre funcione, pero ahí está, por lo pronto.
COETZEE
Yo no veo al libro como un objeto sagrado. Puedo usarlos para calzar la mesa, para hacer cualquier cosa. Es un objeto. Más bien lo sagrado está en el texto. Pero al texto no le va a pasar nada, por más que rayes un libro. El texto se va a replicar millones de veces. No le va a pasar nada. A menos que tu libro esté firmado por Coetzee.
PIÉLAGO [SELECCIÓN]
En la casa de mis abuelos mamá puso una trampa a su memoria. Entre pequeños espasmos metió en una caja todas las fotos que tenía con papá y las tiró en un cuarto que cerró con llave.
El tiempo, sin embargo, hizo hecho ceder la cinta canela y los cerrojos. Entre polvo, pintura y unos ojos distintos las fotos fueron saliendo del esqueleto amarillo de los álbumes:
Mamá guardó fotos de cuando eran felices.
Yo no estaba.
***
Me gusta la lluvia. Me gusta el agua. Me gusta sentir mi piel bajo la piel del agua. Me gusta el mar. Me gustan los libros sobre el mar. Me gustan los animales del mar. Me gusta pensar que el mar termina cuando cierro mi libro de biología. Aunque mi abuela dice que los humanos venimos de las manos de dios yo creo que, como dicen los libros, salimos a rastras de un mar prehistórico y caminamos sobre el tiempo hasta convertirnos en lo que somos. Sin embargo, miento cuando rezo y le doy gracias a un dios que no sé si existe, porque no me habla. El agua, sí. El agua me dice cosas.
El mono acuático
Algunos científicos dicen
que venimos del agua
todos
los que -sin saberlo-
forman parte de nuestra historia
antes de ser escrita
fibras indescifrables de tejido humano
que nos empujan al grito.
Dicen
los que dicen que saben
que hemos venido del agua
-igual que otras especies-
arrastrándonos hacia el sol
o hacia la noche
como salimos del sueño a diario
a veces sin tener piernas
o sin conocer el mar.
Posted on December 21st, 2017