Ana Ceballos se especializa en gestión de proyectos culturales, marketing y comunicación. A su regreso de España en 2012, funda en Mérida, Yucatán su propia empresa: Aforo Gestión Cultural, donde brinda servicios de consultoría y formación continua.

Soy licenciada en DERECHO, pero lo que más estudié en mi vida—de los 5 a los 23 años—fueron métodos de danza, desde ballet clásico, hasta jazz y danza contemporánea. Creo que estudiar leyes fue un accidente, en ese momento, pero actualmente estoy muy orgullosa de ello. Me dio todas las tablas para tomar decisiones, proteger a mis clientes, razonar, reflexionar, elaborar documentos—herramientas que hoy aplico en mi labor como gestora cultural, ya que tengo que leer mucho, resumir y redactar proyectos creativos innovadores y con un trasfondo social. Creo que mi trabajo es sumamente creativo, ya que debo conocer de forma profunda un proyecto artístico o cultural para poder crear una historia en mi cabeza digna de ser contada.

Como abogada, tuve la oportunidad de trabajar en el área administrativa, para el gobierno, y adquirí experiencia en RELACIONES PÚBLICAS, POLÍTICAS Y DIPLOMACIA. Cuando decidí dedicarme finalmente a la gestión cultural, adopté un método a la antigua: estudiar y formarme a través de una certificación oficial y entonces empezar a ejercer.

Durante mi residencia en Madrid, tuve la oportunidad de estudiar una maestría en GESTIÓN CULTURAL, en la Universidad Carlos III de Madrid—dos años teóricamente y uno más de prácticas profesionales. Para mí fue muy revelador darme cuenta que en Madrid existía una industria cultural viva y activa que ofrece, a los gestores culturales profesionales, la increíble posibilidad de colaborar con instituciones públicas y privadas, y vivir de tu profesión.

Cuando regresé a Mérida, el PANORAMA en un principio fue muy desalentador. Tuve que pasar por varios procesos internos antes de tomar la decisión de levantar una empresa que tenía como giro un concepto que nadie conocía aún: la gestión cultural.

Otra REVELACIÓN crucial fue comprender que la mercadotecnia podía estar vinculada con las artes y la cultura. Mi formación artística y de gestión cultural inicial en Mérida fue basada en ideas como que los procesos artísticos no se vinculan con la mercadotecnia, ya que se tenía mucho miedo a desvalorizar el arte como tal, maquillando su verdadera esencia con estrategias de mercado. Yo crecí con esa influencia, y cuando llegué a España me di cuenta que existía otro sector, el de un marketing no invasivo sino experiencial, que se aplicaba no al proceso creativo, sino al proceso de captación de públicos, con el fin de multiplicar sus posibilidades de acercamiento con la experiencia creativa. Quedé fascinada.

Conocí a las PERSONAS MÁS ESTRATÉGICAS en ese entonces y que hoy son piezas claves en los temas de marketing para las artes y la cultura. Robert Muro, de elmuro producciones; Raúl Ramos Monzón, de Asimétrica; José Manuel Gómez Zorrilla, del Museo Picasso, y Pepe Zapata del Mercat de les Flors son las personas más reconocidas en marketing en España, sin duda. Me siento afortunada, ya que gracias a esta experiencia en la residencia pude conocer gente tan valiosa, que hoy en día, apoya mucho a Aforo en sus procesos de crecimiento en México. Incluso, han colaborado como docentes en varios programas de formación que hemos liderado en Mérida y hemos tenido la enorme posibilidad de aprender de ellos desde casa.

LA GENTE NO CONSUME LO QUE LUCE ACARTONADO y lo que está armado muy meticulosamente. Lo que es más sencillo, lo que es más light, lo que es más empático, lo que te toca, o lo que coincide con ese momento en tu vida, es lo que la gente consume en España. Y eso me enamoró. Me di cuenta que el coste en los procesos de gestión de públicos, en un inicio, son mínimos, comparados con toda la pérdida de información que dejamos ir al no aplicar una estrategia clara de vinculación con nuestros públicos. En Mérida, este problema lo padecían muchos espacios culturales.

En Europa los artistas firman contratos, tienen DERECHOS LABORALES, seguridad social, reglamentaciones fiscales, jurídicas y el respeto a sus derechos es muy marcado. Hay una legislación que los protege y un sector que sigue estas normas como en cualquier otra industria. Comprendí que mi profesión de abogada tenía todo que ver y me facilitaba mucho el entendimiento de estas cuestiones.

En México jamás hubo un MECENAS que mantuviera a un solo artista, como le pasó a Miguel Ángel, en Italia, o a Da Vinci en su momento. Eso no está en nuestra historia. Los intelectuales saben que en Londres, Estados Unidos y Canadá el arte no depende del gobierno, sino de la industria privada, y no dejan de ser intelectuales por tener que buscarse la vida y la sustentabilidad para generar sus propios proyectos. El gobierno lo único que hace es fungir como facilitador para garantizar que el arte llegue a todos de forma democrática.

Los mejores sistemas en el mundo que organizan cultura en cuestión económica son aquellos gestionados en un 80% por organismos privados y en un 20% por el gobierno. Guadalajara y Monterrey funcionan ya bajo este esquema. Incluso el FONCA reconoce un apartado inédito, que antes no existía en México, de darle espacio a las industrias creativas para postular a fondos. Es decir, los empresarios y los artistas hacen una COINVERSIÓN para llevar a cabo un proyecto. De esta manera se logra un emprendimiento cultural mixto financiado por varios agentes públicos y privados. Ese es el mensaje que está mandando el equipo del FONCA justo ahora.

AFORO es un proceso en constante CRECIMIENTO. No creo que acabemos nunca de saberlo todo. Eso sería nuestra muerte súbita. Nos encanta trabajar en equipo y en colaboración con creativos. Nuestros clientes inscriben sus historias en nuestros lienzos en blanco, aprendemos mucho de cada proyecto que llega, eso nos conforma día a día. Nuestros servicios se centran en dar consultoría, impartir cursos de formación y difundir actividades y proyectos que beneficien a nuestros seguidores. Estoy muy agradecida y contenta por tener un espacio en el Centro Histórico de Mérida, donde actualmente están emergiendo muchos proyectos creativos que revitalizan la zona. Me siento orgullosa de formar parte de ese esfuerzo.


Nuestra labor para el 2016 se basará primordialmente en comunicar y dar a conocer qué es la gestión cultural, para qué sirve y cuál es su campo de acción.




Imágenes: Cortesía Aforo Gestión Cultural