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Exhibiciones íntimas · Liliana Ang



Liliana Ang (México D.F., 1983) explora universos personales a través de la intuición, lo secreto, lo íntimo y el silencio femeninos. Su trabajo reciente aborda las posibilidades del sueño como metáfora del contexto social mexicano. Asimismo, gestiona el Espacio Fidencia, ubicado en la Roma Sur, que ofrece talleres, colaboraciones y diversas actividades culturales.


Con los atentados de PARÍS el pasado 13 de noviembre (una parte de mi familia cercana y varios amigos viven allá), reviví los días posteriores al ataque contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Siento profundamente que los franceses atraviesen por este horror. El terrorismo de Estado y el terrorismo extremista son muestras de la violencia y voracidad humanas. Y la reacción del gobierno francés ante los ataques me recuerda que no es novedad que los humanos demos muestras de estupidez, respondiendo a la violencia con más violencia. No es un panorama alentador.

En los últimos años, mi trabajo se ha dirigido a UNIVERSOS PERSONALES a partir del manejo del material pictórico. Al iniciar una pintura, mancho el bastidor libremente, con la intención de capturar un estado emocional específico que se traduce en movimientos corporales que dan como resultado goteos y manchas. Esta red de manchas inicial, en combinación con la imagen, pretenden producir un impacto emocional en el espectador, como un golpe que genere, al menos, algunas preguntas.

Ésa era la intención de la serie LOS SOÑADORES. Al presentarse la oportunidad de exhibir en el Senado Mexicano, me capturó la posibilidad de generar piezas que fueran vistas por nuestra clase política, necesitada de conocer otras miradas y de hacer crecer su sensibilidad y empatía. Los Soñadores se conforma de 25 pinturas que presentan personas durmiendo en distintos contextos. En un principio la idea era confrontar dos extremos del sueño: personas que duermen en la opulencia contra quienes lo hacen en el transporte público de la Ciudad de México. Conforme fui avanzando, vi la necesidad de incluir un espectro más amplio de contextos: desde el sueño de fama y dinero que acompaña a los íconos pop hasta llegar al sueño a cuentagotas de los médicos que durante años carecen del tiempo necesario para dormir.

Me interesa el tema del dormir porque está abierto a DIVERSAS LECTURAS. Es, a la vez, metáfora de la inacción, de la ineptitud y la indiferencia, así como de un viaje al interior. En un inicio me interesaba la relación entre el tema y el espacio: exponer personas que duerman en el Senado y escuchar las lecturas de los espectadores. También hay una cierta incomodidad o extrañeza en ver a otros dormir. En algunas piezas, la intención es instalar la duda de si la persona duerme o ha muerto. Son imágenes apacibles y retorcidas, algo oscuras, ligadas a nuestro sistema de gobierno y a las complejidades de violencia, corrupción e injusticia en que vivimos.

Exponer en el Senado fue toda una aventura porque me permitió conocer un mundo ajeno al mío: el de la POLÍTICA MEXICANA. En el último momento, cambiaron el apoyo que me darían para el montaje y la fecha de la inauguración. Hasta me pidieron que llevara mis propios clavos. A pesar de la incapacidad para respetar acuerdos, intenté hacer mi trabajo de la mejor manera posible. Mi intención original—generar alguna pregunta o lectura de mi obra en quienes toman decisiones relevantes para nuestro país—tal vez no pudo cumplirse. Los senadores me preguntaron precios, posaron para la foto, recorrieron la exposición en cinco minutos y desaparecieron con su multitud.

Constaté cómo opera nuestra CLASE POLÍTICA: cambiando acuerdos, actuando ignorante o impulsivamente, siguiendo órdenes sin cuestionar. Comprobé que habitan un espacio en el que impera la arrogancia. Los senadores me hacían pensar en príncipes rodeados de un séquito de fotógrafos y asistentes. Alguno prometió a voz en cuello en el evento la compra de 3 pinturas y unos días después, en privado, se retractó. De las reacciones de los espectadores, sé que los vigilantes de la entrada recuerdan claramente la exposición y que los senadores bromearon sobre el parecido de la sala de sesiones con la pintura Silencio, la multitud duerme.



En realidad, esta serie procede de un conjunto anterior llamado LAS DURMIENTES (2011), realizada a manera de intervención para una galería ubicada en el Estado de México—la zona con más feminicidios a nivel nacional. Es una representación de mi impotencia frente a las matanzas de mujeres en México y, a la vez, una reflexión personal en torno a situaciones de violencia doméstica que atravesaba en esos momentos. También formula una vaga pregunta sobre la indefensión (o indiferencia) de las mujeres mexicanas ante la violencia que nos rodea.

Pintar mujeres ha sido durante algunos años mi manera de representar un universo interior, enraizado en un misterio que me remite a aspectos femeninos. Hace un par de años escribí un texto en el que ahondaba en cuatro elementos—LA INTUICIÓN, LO SECRETO, LO ÍNTIMO Y EL SILENCIO—que yo considero constitutivos de mi práctica artística y, al mismo tiempo, emblemáticos de lo femenino. No me interesa lo cliché ni el color rosa sino los aspectos oscuros, secretos que se esconden tras las maneras en que las mujeres nos representamos y nos relacionamos. El acto de pintar ha sido una búsqueda para descifrar y representar estos silencios alrededor de la feminidad. Busco entender así aspectos de mi propia existencia. Pinto a mujeres que conozco o cuyas imágenes encuentro en el torrente mental colectivo que es google o las redes sociales. Mi interés inicial por la imagen ha sido desplazado por el de explorar su contenido e influencia para el entendimiento de mí misma.

La FIGURA HUMANA es la piedra base de mi trabajo. En muchas de mis pinturas existe un aire de misterio, algo extraño e incómodo que considero un elemento recurrente. Creo que mi discurso es aún incipiente. Si bien la figura femenina y elementos de lo femenino han sido una parte esencial por años, no estoy cerrada a esa única temática. La vida se mueve, los intereses cambian y las ideas se multiplican. El acto de dormir, el abandono del cuerpo, la vulnerabilidad y la exhibición de lo íntimo en ese sentido también son un tema común a lo largo de mi obra y en distintos contextos. En los últimos meses he sentido interés por aspectos internos aún más profundos o espirituales, pero es importante dar el tiempo necesario para que las nuevas temáticas surjan por sí mismas.

Siempre he considerado que provengo de la CULTURA POP y que ésta tiene una influencia en mi trabajo igual o incluso mayor que la de otros artistas visuales. Crecí en Satélite, suburbio de la ciudad de México, en un contexto donde era fácil escuchar música pop e idolatrar al actor hollywoodense del momento. Crecí con esa forma de vivir y de entender el mundo. Por fortuna, con el tiempo he entrado en contacto con otras formas artísticas y culturales, pero en el fondo algo me mueve en torno al cine de Almodóvar, Wes Anderson y Sofia Coppola, por ejemplo. Tomo mi "inspiración" de videos de música pop, escenas de películas e imágenes de redes sociales. Le llamo "inspiración" a una fijación intensa con alguna imagen que me he encontrado y que no me deja descansar. Me interesa espejearme en una situación específica en determinada película o canción y es a partir de ese reflejo que se genera la necesidad de plasmar algo. En cuanto a pintores, admiro a los grandes de la figura humana como Velázquez, Rembrandt, Freud. Y tengo también un lado oscuro que enloquece ante las pinturas negras de Goya, las bocas sin fondo de Bacon y la carne abierta de Saville.

Tras diez años de pintar intensamente, mi dominio sobre la mano y la técnica se ha perfeccionado. He pasado de una dureza e imitación de la fotografía, evidente en mis pinturas anteriores, a dialogar con mayor fluidez con el material por medio de movimientos corporales que imprimen en las manchas estados emocionales específicos. En los cuadros de los últimos cinco años puedo ver una progresiva dilución o soltura de la figura en beneficio de estos universos abstractos y gestuales, en los que el color determina AMBIENTES EMOCIONALES. Estos cambios están relacionados a una mayor participación de mi cuerpo (moverme libremente por el estudio y en torno al cuadro) y también a un menor tiempo de realización para cada pintura. Muchas veces, en el primer acercamiento al bastidor, la intención queda plasmada y la figura posee ya puntos resueltos con intensidad. Así que he descubierto que trabajar rápidamente es conveniente para mí: libera la pintura, le otorga soltura y ligereza. Para Los Soñadores decidí usar acrílico por esta razón, para poder avanzar con mayor rapidez.




Dar clases es una de mis pasiones. He tenido una particular trayectoria docente que me ha permitido conocer distintos contextos de la Ciudad de México. Inicié en 2009 dando clases en el proyecto del GDF [Gobierno del Distrito Federal] NIÑOS TALENTO, dedicado a menores con alto rendimiento escolar en zonas marginadas de la Ciudad de México. Los pocos años que di clases en ese programa me permitieron conocer contextos hasta entonces desconocidos para mis orígenes suburbanos de clase media alta. Recuerdo cuando Fer, de 7 años, llegó llorando a clase y temblaba: me contó que había visto a un hombre drogado prenderse fuego frente a la puerta de su casa. Era común que los niños estuvieran expuestos a mucha violencia en su hogar, en la escuela, en el transporte. También era evidente que recibían escasa atención de padres y maestros.

Unos años después, di algunas clases particulares a niños de un PRESTIGIOSO COLEGIO del poniente de la Ciudad de México. Conocí a pequeños habitantes de casas con grandes jardines, rodeados de privilegios y con actitud de mando. Estos niños tienen una buena educación pero son caprichosos y desprecian con facilidad. Creen que las personas que los rodean existen para servirlos. Al conocerlos pude sentir que se sentían solos comúnmente. Que no conversan con mucha gente. Recuerdo la sensación de que sus familias se protegen mucho y viven aisladas, tras casetas de vigilancia, rejas y pesadas puertas.

Aunque las clases particulares me permitían mayores recursos (lo cual era importante para seguir pintando), siempre extrañé las clases del proyecto Niños Talento. Los chicos que conocí ahí eran diligentes y agradecidos, rebosaban cariño a pesar de las situaciones de violencia en las que vivían. Pienso que mucho se beneficiarían ambas clases, ambos grupos, si se conocieran y se ayudaran: lo que unos tienen en exceso a los otros les falta. En este país de extremos, nos hace falta un punto medio: mirar al otro, aceptarlo, incluirlo. APRENDER UNOS DE OTROS.

El ESPACIO FIDENCIA ha sido una experiencia compleja, que ha involucrado mucho aprendizaje. En su origen está el espacio mismo, que es mi taller. Sin ser muy grande, es de buen tamaño y bien ubicado, así que me pareció buena idea que además de pintar ahí, sirviera para que distintos artistas podamos compartir, acompañarnos en el camino, apoyarnos y crecer juntos: generar proyectos colaborativos en cualquier rama de las artes. Nuestros talleres están impartidos por o dirigidos a artistas; las expoventas buscan presentar proyectos artísticos a públicos no artísticos, y los otros proyectos como las dibujizas y los ciclos de cine están pensados como espacios libres de intercambio creativo. En suma, los proyectos buscan facilitar el arduo camino de la creación artística en México y crear redes de colaboración colectiva.

Entre las colaboraciones más significativas de 2015 están las que hicimos con Hysteria Revista y el artista Alex Xavier Aceves Bernal, con quien organizamos una expoventa y varias dibujizas con muy buenos resultados. También comenzamos a trabajar con el colectivo Festival Anual de Textiles, quienes presentaron su proyecto Brigadas de Compartición con colectivos de mujeres tejedoras de Chiapas. Tuvimos varios talleres dirigidos a artistas y otras presentaciones. En estos días también estamos cerrando nuestro Cineclub Documental de Verano, que inició en agosto. La INVITACIÓN está abierta a la comunidad artística para que propongan proyectos. Como el taller es limitado y opera únicamente conmigo, no tengo la capacidad para realizar tantas actividades como quisiera, pero si su proyecto encuadra con el objetivo de Espacio Fidencia, buscaremos apoyarlo.

DESPEDIREMOS EL AÑO con una expoventa, una dibujiza y el inicio de la 3a edición del Taller Artista Autónomo. Tengo ya calendarizado el 2016 hasta agosto y el programa pinta muy bien. Tendremos un taller de textiles y resistencia civil, talleres de cómic y animación para jóvenes y adolescentes y, mediante una colaboración con Hysteria Revista, se harán presentaciones bimestrales de artistas en el espacio. Los invito a seguir conectados con las actividades visitando nuestra página web.

En cuanto a OBRA PERSONAL, tengo una muestra aún en exposición en Lorenzo, café bar del Foro Shakespeare en la Colonia Condesa, Ciudad de México. Quiero retomar una serie abierta que consiste en cuadros muy pequeños con representaciones de orgasmos femeninos, y hay al menos otras tres series que quiero comenzar. Voy a continuar dibujando, y me encantaría exhibir en el extranjero.

www.angliliana.com


Todas las imágenes: Cortesía Liliana Ang

La dolorosa (2012), óleo sobre tela y madera, 34 x 46 cm

Silencio. La multitud duerme (2015), tinta china, acrílico y óleo sobre madera, 40 x 80 cm

Durmiente (2015), acrílico, carboncillo, grafito y gesso sobre tela y madera, 65 x 150 cm

Blancanieves en azul (2012), óleo sobre tela, 110 x 220 cm


El hielo y la nieve · Diego Narváez



Diego Narváez (México D.F., 1984) propone una reflexión sobre la presencia del hielo y la nieve en los paisajes urbanos. A partir de sus residencias artísticas en Bases Antárticas Argentinas (2012) y el Centro Hafnarborg en Islandia (2014), el pintor mexicano esboza una estética de los no-lugares como espacios donde lo sublime brota en su interacción con la mirada.

El paisaje es lo que ocupa mi creación en este momento. Tanto el PAISAJE URBANO como el POLAR son los grandes detonadores de mi producción. Me interesa trabajar en y junto con el lugar y no solamente representarlo. Se trata de una experiencia, de un momento de percepción, de conexión con lo que está ocurriendo y de dejar toda idea preconcebida para trabajar con lo que hay disponible. Tanto lo que encuentro al trabajar directamente en el lugar, como lo que surge al experimentar con distintos materiales son los factores que me guían y conforman las series de obra en las cuales he trabajado. Los materiales pueden ser maestros; ellos mismos indican por dónde ir y uno debe ser consciente de su proceso para saber qué es lo que se debe hacer e incluso para no traicionarse a sí mismo.

Me doy permiso de ser flexible y dejar que las condiciones del lugar incidan en lo que pasa en el papel. Intento estar abierto a nuevas maneras de representar lo que estoy viendo. En la nieve hay que ser dócil para fluir con lo que sucede pero también persistente para no dejarte sorprender por LLUVIAS, NEVADAS, RÁFAGAS DE VIENTO o demás peligros que impone este tipo de lugares. Son justamente esos momentos de reto los que detonan muchas piezas posteriormente, por lo que los bocetos o piezas sobre papel hechas in situ son como portales que me llevan a esos instantes de sentir el frío, respirar el aire puro y tener algo de temor por no saber qué va a ocurrir.

En el ESTUDIO, la experiencia es totalmente distinta. Es otro tipo de tranquilidad o a veces de angustia. Es momento de dejar salir todo lo que viví afuera y por lo general surge de distintas maneras, en diversas series, con materiales y soportes que van de acuerdo a lo que quiero lograr.

EL HIELO Y LA NIEVE son elementos que han marcado mi trabajo y que no dejo de replantear desde hace ocho años. He aprendido a pintar a partir de trabajar con el agua en todos sus estados. En ciertos momentos puedo decir que se trata de una búsqueda lenta pero constante para conectar con el misterio de los lugares fríos, generar paisajes sublimes y así desencadenar emociones y lecturas distintas del entorno. Pero si busco más profundo en mí reconozco que es un llamado, una pulsión y sé que es un camino posible porque mi propio cuerpo me lo indica. Es por esto que busco ir a trabajar a lugares con bajas temperaturas, donde el cuerpo entra en otras dinámicas y la pintura se congela y luego se derrite, dejando rastros particulares. El hielo es todavía un camino que tengo que recorrer, en el cual me voy encontrando a mí mismo mientras surgen oportunidades para trabajar junto con el paisaje.

Pausa, silencio, quietud, contemplación. Se trata de estar ahí, en ese mismo instante en el que misteriosamente aparece un cuerpo congelado de agua en medio de la ciudad. Me interesa buscar lo sublime en espacios cotidianos, en los NO-LUGARES que abundan en esta ciudad. Se trata de construcciones que no pertenecen a nadie, de ruinas, demoliciones, construcciones, callejones, que parecen a primera vista intrascendentes e impersonales pero que en realidad cuentan con mucha vida. Están aconteciendo y tienen mucho que decirnos si tan sólo nos damos el chance de parar e ir hacia ellos.

Me interesa que no sea una contemplación en pausa y más bien se necesite de IMAGINACIÓN, MEMORIA E INTUICIÓN para que esos cuadros sean. Es decir, no existen hasta no ser vistos por alguien, ya que hay zonas en estos cuadros que permanecen inconclusas y que de alguna manera le piden al observador que transforme lo que está viendo y lo complete para sí mismo.


En la serie PAISAJE EN TRANSFORMACIÓN trabajé con no-lugares de la Ciudad de México. Estos aparecen con la mirada y se desvanecen por la falta de observación y el olvido. El desgaste que se cuelga de esos edificios, la erosión que hacen de un edificio una ruina urbana, se debe a la falta de observación. Estoy convencido de que el paisaje está más en nosotros que lo que está "allá afuera". El paisaje nos pertenece y si dejamos de mirarlo, si no le prestamos atención al recorrer la ciudad, ensimismados en nuestros teléfonos o agobiados por los torrentes de pensamientos inútiles, entonces se desvanece, se desintegra y nuestra relación con el entorno se hace pobre.

Hay un tiempo que me parece único en este tipo de edificaciones. No es que esté suspendido ni que viva en el pasado. Más bien es un DESTIEMPO. Esas construcciones ocurren ahora, frente a nuestros ojos, pero con un ritmo distinto. No busco aventurarme a representar lo que podría pasar en el futuro, sino que son lugares de nuestro presente. Es la Ciudad de México y esos lugares se pueden reconocer (algunos ya han sido demolidos, re-pintados, construidos, etcétera).

A primera vista estos cuadros podrían parecer escenas de películas apocalípticas, pero la pintura y ese tiempo del que hablo crean un SILENCIO del que carecen por completo las imágenes de consumo rápido. Me interesa crear espacios de misterio y encontrar lo sublime en lo cotidiano. Para esto me ayudo de hielo y nieve, atmósferas, cambios de luz, para generar otro tipo de sensaciones y tal vez desencadenar emociones. Aunque los lugares siguen siendo los mismos.

Hasta ahora he encontrado algunas similitudes entre las maneras que percibimos la realidad y la pintura. No es que veamos la realidad de un solo vistazo, como lo hace la cámara, sino que vemos por zonas y nos construimos una imagen mental que está siempre cambiando. Esto opera al mismo tiempo que la memoria y la imaginación. El OLVIDO ocasiona que partes de ese recuerdo se desvanezcan, y que algunas zonas permanezcan confusas o incluso vacías. Es por esto que en mis cuadros hay zonas incompletas, apenas esbozadas o borradas. Hay áreas del lienzo que fueron suprimidas y luego trabajadas nuevamente. Con esto me interesa que el cuadro se complete únicamente en la mente del observador, por lo que puede ser distinto cada vez que se mira. La ciudad es siempre nueva, podemos observar más y darnos cuenta de que apareció un sticker nuevo en el poste de la esquina, o desapareció un letrero, el vecino pintó la barda aunque se alcanzan a ver los grafitis que estaban antes, y así experimentar una relación nueva cada vez. La observación puede llevar a la reflexión y entonces nuestra relación con la ciudad cambiaría. De alguna manera, lo que hago es un primer paso, un diagnóstico de nuestra mirada en la urbe y planteo una oportunidad para re-pensar y re-significar la ciudad. ¿Qué tipo de relación queremos con la ciudad? ¿Qué ciudad imaginamos para vivir?



El CONTEXTO SOCIAL de nuestro país [México] no toma un lugar primordial en mis procesos. No me interesa hacer un arte de denuncia, aunque sí crítico. No busco que mi pintura se pueda ligar directamente a una reflexión política, aunque el paisaje por naturaleza es político, ya que trata sobre ese espacio de todos (y de nadie). Más bien, me interesa buscar y reflexionar sobre lo humano en relación a la percepción de la realidad y no sólo sobre lo que ocurre en el paisaje en México.

Aunque ya no hay, como antes, este grupo de personas a los que se les podía catalogar como artistas, sino que se trata de diversos tipos de creativos con tareas y BÚSQUEDAS DISTINTAS, creo que el papel del artista puede ser el coadyuvar en la búsqueda de lo humano. Actualmente hay muchos tipos de arte, respaldados por distintos grupos, desde el más nimio que podría parecer broma, hasta el que está diseñado puramente para desencadenar un entendimiento racional o el arte que genera un shock o impresiona. Me declaro idealista, y no puedo hablar por los demás, pero yo sí siento tener una responsabilidad, la cual es acercarnos a nosotros mismos para replantear nuestro quehacer para con el planeta.

Creo que no se trata de dar un paso a un lado, sino de ir un paso hacia adelante. Sí es olvidarse de todo lo que nos rodea por un periodo de tiempo, buscando la contemplación del paisaje pero el paso hacia enfrente sería adentrarnos en ese lugar y preguntarnos: "¿Dónde estoy? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué ocurre en este preciso momento?" Hacernos conscientes de qué es lo que observamos y sabernos SERES SINTIENTES en relación con el entorno, con ese campo de acción que surge de lo corporal, esa expresión de nuestro interior llamada ciudad.

La exposición que presentaré en DICIEMBRE/2015 reúne trabajo realizado durante siete años y gira en torno a los paisajes de Antártica e Islandia, donde pude experimentar directamente el paisaje por medio de residencias artísticas. Habrá pintura, dibujo, fotografía y algunas sorpresas. Se trata de un conjunto de series en distintos formatos, con piezas que miden desde 10cm hasta 480cm. Es una muestra que deja ver procesos y caminos que siguen gestándose, en lugar de presentar un resultado ya cerrado. Creo que habrá algo para todos, algo de frío para disfrutar y desde donde reflexionar.

La exposición estará en el CENTRO CULTURAL DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO, en la Calle Leandro Valle 20, Cuauhtémoc, Centro Histórico. Se inaugura el 16 de diciembre de 6 a 9 PM, y permanecerá abierta hasta el 17 de enero de 2016.



Todas las imágenes: Cortesía Diego Narváez

Demolición, óleo y acrílico/tela, 200 x 140 cm, 2011

Creí ver la noche, óleo y acrílico/tela, 100 x 200 cm, 2011

Permafrost: Underneath Our Surface, óleo y acrílico/tela/madera, 80 x 110 cm, 2011

Aurora, óleo y acrílico/tela, 100 x 200 cm, 2011

Mañana desaparece, óleo/tela, 150 x 150 cm, 2010

Detrás de la representación, óleo y acrílico/tela, 200 x 140 cm, 2011