DDDLatam

Colabora, comparte y difunde.

Somos una plataforma de contenidos donde conviven la escritura creativa, el periodismo de inmersión y el pensamiento lateral.

Showing all posts tagged "Horror"

Megaloceros · Gerardo Lima




Los dos volúmenes de Megaloceros, Libros del ciervo (Paraíso Perdido, 2021) sitúan sus coordenadas en Amarillo, una región ficticia que conecta directamente con Robert W. Chambers. A través de seis relatos de horror cósmico, Gerardo Lima empalma tradiciones literarias como la inglesa y la estadounidense en México, con sus particularidades geográficas, lingüísticas y folclóricas. El concepto de ciervo, detonador de presagios ominosos y experiencias atroces, nos asoma al vacío de forma incisiva.

< mito >
Siempre me ha interesado crear mitos, porque es algo que he hecho desde niño. Y es una de mis mayores fascinaciones. Lo que aprendí con Lovecraft fue la creación de mitologías propias, de realidades dentro de la ficción. Y eso es lo que busqué en Megaloceros, que existiera un mundo muy amplio dentro de los mismos cuentos, que se sintiera cómo se rompen esos límites entre realidad y ficción.

< autores >
Chambers, Barron, Cioran, Ligotti, Lovecraft y King son importantes para mí, y lo fueron mientras escribía este libro. Creo que siempre se me olvida mencionar a una autora que se ha convertido en un referente, al nivel de ser ya una rockstar. Pero cuando escribía este libro, Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez era un libro que recién había llegado a Anagrama y estaba llamando la atención a un nivel cada vez mayor. Pero ella junto a los autores que mencionas se convirtieron en las bases de lo que yo quería comunicar con mi obra. Algo mexicano, pero con las influencias del terror anglosajón, del pesimismo paneuropeo, que me han movido desde que descubrí que la literatura era algo para mí.

Hay autores que me han marcado desde muy joven, algunos ni siquiera forman parte del subgénero de terror. Clásicos como Dostoievski o Tolstoi, pero también Byron, Goethe, Baudelaire o Proust son autores fetiches para mí. La literatura norteamericana siempre ha sido importante para mí. Buscaba la "gran novela norteamericana", y en ello leí cosas como Mobydick o Huckleberry Finn, pero también están autores como Carver, Cheever, Joseph Heller, Hemingway o Pynchon. También soy fanático de la literatura fantástica, de los italianos como Buzzati o Calvino, los románticos alemanes, los decadentes franceses y los grandes narradores hispanoamericanos. Y ya, por último, los estudiosos de la religión y los mitos del mundo como Robert Graves, Mircea Eliade, Marija Gimbutas, Gershom Scholem, Georges Dumézil, López Austin o Mercedes de la Garza.

< identidad >
Megaloceros es un libro muy afortunado. No lo digo porque sea una maravilla o algo parecido, sino que para mí funcionó a la perfección. Tardó en caer la idea y la estructura, pero cuando me di cuenta de que todo circundaba en torno al ciervo y a la ciudad de Amarillo, todo se conjugó en mi cabeza hasta formar esta "salsa macabra". No quería llamar a alguien Jeffrey Ford, sino Julián Cabrera, pero reconociendo mis influencias del horror y la literatura anglosajona. Eso incluye también mi gusto por la historia romana y por el paganismo en Europa, que quise conjugar dentro de un territorio mexicano ficticio, pero reconocible.

< ciervo >
Busqué de algo que no fuera esencialmente una amenaza. Lo que dice Noël Carroll sobre el monstruo, que debe ser amenazador de por sí, quise convertirlo en algo distinto. Además, mi gusto por lo horroroso no depende sólo de lo grotesco o lo feo, sino también de lo sublime. Y el ciervo es un animal que, para mí, conjuga las dos cosas. Para entender el símbolo me fui a mitologías mongolas, japonesas, chinas, celtas, mazatlecas, ndé o mexicas.

En alguna ocasión quise explorar otra visión sobre el ciervo, pero no he podido hacerlo, lo que me indica que el tema se ha cerrado. Lo único que todavía sigue como una referencia es La Antigua y lo que hay ahí dentro. En este sentido, para mí el relato La Antigua (Megaloceros giganteus) es el summum del libro.

< inflexión >
Para este libro, el punto de inflexión fue el FONCA y su programa de Jóvenes Creadores, pues estar ahí me cambió la vida. Estar con compañeros talentosos, con grandes tutores y estar viendo cómo funciona todo dentro de un ámbito al cual es muy difícil llegar, me dio el espaldarazo que necesitaba. Lo mismo pasó con el premio que gané un poco después, que además me ayudó a superar una de las enfermedades más discapacitantes que he sufrido en mi vida. Y lo que ha pasado después de este libro también ha sido más que complicado, pero eso ya pertenece a otro momento.

< coronavirus >
Lo que sí podría decir es que la pandemia afectó bastante a las editoriales, y esto se ha visto con las independientes, y claro, con el alcance que tenían o podrían tener algunos autores.

Durante la pandemia se llevaron a cabo muchísimas presentaciones en línea, pero es algo que se desgastó, y por suerte volvemos a lo físico, las ferias, las librerías, etc. La promoción literaria ha tenido un mayor auge, quizá, con las redes, y lo mismo el encuentro entre escritores y lectores de distintas partes del mundo. Como autor, la verdad es que me ha ido bastante bien. Me he sentido muy apoyado tanto por instituciones culturales oficiales como independientes. No he llegado al reconocimiento que busco ni tampoco soy tan leído como me gustaría, pero considero que he tenido bastante suerte para cruzar algunas de las trampas y de los obstáculos que hay en este medio cultural, a veces tan complicado y poco amable con los artistas.

< weird >
No, yo me considero un escritor/autor y ya. Sí, sé que escribo terror y que es un género que me gusta, pero no es lo único que me interesa ni leer ni escribir. En tanto lo weird, entiendo que hay autoras o autores inclasificables que quedan muy bien aquí, como Karin Tidbeck, Iliana Vargas o Édgar Omar Avilés, además de los ingleses que dieron paso al término, que más bien se refiere al new weird, como Miéville o los Vandermeer. Porque weird era Lovecraft.

Cada uno puede ponerse la etiqueta que guste. Yo lo he hecho. Pero eso es algo que depende de los demás. Si alguien después dice que en Latinoamérica se hace Realismo Especulativo Sureño, estará bien.

< proyectos >
Siempre ando trabajando, aunque no termine en buen puerto necesariamente. Estoy con una novela que ha estado muchos años en mi cabeza. Y estoy con ella, esperando que en esta ocasión pueda terminarla. Además, estoy revisando un libro para su publicación este año, que es casi-casi una sorpresa. Es de cuentos, y tiene relación con santos populares y con la violencia de este país. Próximamente se publicarán otros dos libros de cuentos, y es un género que me sigue interesando. Pero trato de que mi trabajo en estos años futuros se relacione más con la novela, pues me interesa explorar ese largo aliento en una búsqueda personal tanto de la prosa como de la estructura de alguna historia que me parezca interesante.

Aún hay muchos proyectos para rato.

Y, finalmente, muchas gracias por la paciencia, por el interés, y por todo esto. Espero haya podido responder con claridad algunas de las preguntas. Nuevamente, mil gracias.



entrevista + edición: chris núñez
foto de portada e interiores: roberto murillo




Death and rebirth · Éric Falardeau



Since his early shorts, Éric Falardeau explores a deep obsession about the body as source of extreme experiences. This trend is very clear in Thanatomorphose, his first feature film, which won the award for best film at the Molins de Rei Festival 2012. Every story from his filmography—like La petite mort, The thing from the lake or Asmodeus—shows a nihilist perspective of human beings in the universe. Beyond the limits of horror and erotism, Falardeau share with us a subversive insight of cinema and visual language, death and rebirth.

< references >
I would say that I prefer specific films rather than specific filmmakers. Hellraiser, for example, is an important film for me because of its erotic imagination and its strong images (the character of Frank, the Cenobites, etc.). The nihilism of Cannibal Holocaust, the audacity of Nekromantik II, the violence of The Texas Chainsaw Massacre and the baroque mise en scène of Suspiria have all influenced me to varying degrees.

< political correction >
I hate this new moralizing trend in so-called elevated horror. Horror for me must be disturbing and transgressive. It must be the experience of a certain limit. It must confront us with our dark sides and contradictions. There is a difference between a moral cinema and a moralizing cinema. You have to leave space for the viewer. What these films do not do. I don't need to be lectured about my behavior. I know how to tell the difference between fantasy, dream and reality. One is not the other.

< fluids, gore and porn >
The most important thing about this triad is our relationship to death through the slow disintegration of the body in aging and disease. The body is what we experience the world through. It is the source of all our pain, but also the door to ephemeral pleasures that justify existence. It is through it that we communicate with others, the environment and ourselves. Despite its fragility, it allows us to access the sacred if we are attentive to it. Gore and pornography are places of ritualization of the body that participate in this knowledge of the world through affects.

< visual identity and narrative >
The sequence shot is something that comes up often. Fixed shots as well. These visual choices often express the "dead end" in which people find themselves. Both support the feeling of alienation experienced by my characters in addition to creating a feeling of unease through duration and fixity. It's impossible to look away! I also put a lot of effort into the soundtrack, be it the choice of music and the sound effects. I linger a lot on the experience of time lived by the viewer. This return to oneself is central in my universe.

< the thing from the lake >
I had wanted to make a pornographic film for a long time. When Adult Time approached me and gave me carte blanche to write and direct a medium-length film inspired by horror cinema, I immediately seized the opportunity. The actors were collaborative, motivated and extremely professional. What's wonderful about porn actors is that they know how to play with their bodies for the camera. The pleasure of seeing and staging moving bodies in a purely visual language was extremely stimulating for me. I am a director who favors image and sound over dialogue. Contemporary pornographic, experimental and horrific films are among the rare genres to summon the unconscious nature of cinema by sending it back to the obsessions that this art had in its early days. It is very primitive and therefore very powerful.

< independent filmmaker >
Being an independent filmmaker gives me complete freedom over the subjects I want to address, but also the way to shape them. I can allow myself to make unusual choices and go to the extremes. On the other hand, I rarely have the financial means for my ambitions. Yes, it stimulates creativity, but it also means that there are certain things that I cannot do (shoot in 35mm or build huge sets for example). To be independent is also to disturb the established system which prefers to ignore us, even at times to despise us. Being one is statement. Regarding COVID, the main impacts are to further complicate filming and increase production costs. It just takes more planning to reduce these challenges.

< asmodeus: how to build an atmospheric ritual >
Give yourself a strong line or concept to guide your mise en scène. For Asmodeus, it was a question of summoning the great occultist traditions in a visual way. Naturally, the fantastic cinema of the 1920s imposed itself by the inventiveness of its special effects, but also by the subjects tackled which joined the occult concerns of its time (magic, spiritualism, etc.). All the elements must aim to create an effect, a single emotion in the viewer. I always stay focused on this.

< the horror experience >
I strongly believe that horror, when done right, touches us in a primal way by giving shape to our deepest desires and fears. That's why it's still relevant. Its main object is the human experience: our emotions, our myths, our archetypes, life, death. By allowing us to look deep within ourselves, horror cinema opens up a unique perception of reality. It is a form of metaphysics.

< next projects >
A 2nd feature film. I hope to be able to start the financing process in 2023 for a shoot at the end of the year. It's ambitious, but everything is in progress. You can expect a new movie sooner rather than later! Until then, my band The SerVant is working on a first LP to be released at the end of 2023.

< final credits >
Thanks to all of you for your support over the years. Every time you watch one of my films, is a piece of your existence that you have chosen to grant me. It's a privilege. being able to connect with you through my obsessions is one of the most beautiful things in the world. I hope you get as much out of it as I do.



· versión en español ·


Éric Falardeau / Muerte y renacimiento

Desde sus primeros cortos, Éric Falardeau explora una profunda obsesión sobre el cuerpo como fuente de situaciones límite. Esta tendencia es evidente en Thanatomorphose, su primer largometraje, que obtuvo el premio a mejor película en el Festival Molins de Rei 2012. Cada historia de su filmografía—como La petite mort, The thing from the lake o Asmodeus—muestra una perspectiva nihilista de los seres humanos en el universo. Más allá de los límites entre horror y erotismo, Falardeau nos comparte una comprensión subversiva del cine y el lenguaje visual, la muerte y el renacimiento.

< referencias >
Diría que prefiero películas específicas a directores en particular. Hellraiser, por ejemplo, es un filme clave para mí por su imaginario erótico e imágenes potentes (el personaje de Frank, los Cenobitas, etc). El nihilismo de Holocausto Caníbal, la osadía de Nekromantik II, la violencia de La masacre de Texas y la puesta en escena barroca de Suspiria me han influido en grados distintos.

< corrección política >
Odio esta nueva tendencia moralizante en el denominado terror elevado. Para mí, el horror debe ser inquietante y transgresor. Debe ser la experiencia de llegar a cierto límite. Debe confrontarnos con nuestras contradicciones y partes oscuras. Hay una diferencia entre un cine ético y un cine moralizante. Tienes que darle espacio al espectador. Estos filmes no lo hacen. No necesito que me sermoneen sobre mi conducta. Sé reconocer la diferencia entre fantasia, sueño y realidad. Canchas distintas.

< fluidos, gore y porno >
El aspecto más importante de esta tríada es nuestra relación con la muerte a través de la lenta desintegración del cuerpo en la vejez y la enfermedad. El cuerpo nos permite experimentar el mundo. Es la fuente de todo nuestro dolor, pero también la puerta a placeres efímeros que validan la existencia. Es a través del cuerpo que logramos comunicarnos entre sí, con el entorno y nosotros mismos. Pese a su fragilidad, nos permite acceder a lo sagrado si le prestamos atención. El gore y la pornografía son ámbitos para ritualizar el cuerpo que participan de este conocimiento del mundo por la vía emocional.

< identidad visual y narrativa >
El plano secuencia es algo que suele estar presente. Los planos fijos también. Estas decisiones de carácter visual expresan el "callejón sin salida" al que se enfrentan los seres humanos. Ambas intensifican el sentimiento de alienación que experimentan mis personajes, además de producir una sensación de malestar reforzado por tomas largas y fijas. ¡Es imposible desviar la mirada! También pongo mucha atención en la banda sonora, tanto en la elección de la música como en los efectos sonoros. Me demoro en la experiencia del espectador respecto al tiempo. Este retorno a uno mismo es esencial en mi universo.

< the thing from the lake >
Desde hace tiempo quería hacer una película porno. Cuando Adult Time aprobó y me dio carta blanca para escribir y dirigir un mediometraje inspirado en el cine de terror, de inmediato aproveché la oportunidad. Los actores fueron colaborativos, entusiastas y muy profesionales. Lo maravilloso de los actores porno es que saben cómo jugar con sus cuerpos para la cámara. El placer de ver y escenificar cuerpos en movimiento en un lenguaje puramente visual fue estimulante para mí en grado sumo. Soy un director que le da prioridad a la imagen y el sonido sobre el diálogo. La pornografía contemporánea, los filmes experimentales y de terror se encuentran entre los géneros atípicos que reactivan la naturaleza inconsciente del cine mediante un retorno a sus obsesiones de origen. Es algo muy primitivo y por ello muy poderoso.

< director independiente >
Ser un director independiente me da completa libertad sobre los temas que quiero abordar y la forma de tratarlos. Puedo permitirme tomar decisiones inusuales y llevarlas al límite. Por otro lado, el financiamiento para mis ambiciones no suele ser frecuente. Sí, esto puede estimular la creatividad, pero también significa que hay ciertas cosas que no puedo hacer (rodar en 35mm o contruir escenarios enormes, por ejemplo). Ser independiente también tiene que ver con alterar el sistema que prefiere ignorarnos, incluso a veces despreciarnos. Ser íntegro es primordial. Con respecto al COVID19, los principales impactos son complicar aún más las filmaciones y aumentar los costos de producción. Solo se requiere más planeación para reducir estos desafíos.

< asmodeus: cómo crear un ritual atmosférico >
Fija un concepto o propuesta sólida que guíe tu puesta en escena. Para Asmodeus, se trataba de convocar las grandes tradiciones ocultistas de manera visual. Obviamente, el cine fantástico durante la década de 1920 se impuso por la inventiva de sus efectos especiales, pero también por los temas tratados que se sumaban a las cuestiones de mayor interés (magia, espiritismo). Todos los elementos deben apuntar a producir un efecto, una sola emoción en el espectador. Cuido siempre concentrarme en ello.

< la experiencia del horror >
Creo con firmeza que el horror bien hecho nos toca a un nivel primario al darle forma a nuestros más profundos deseos y miedos. Por eso sigue siendo relevante. Su objeto principal es la experiencia humana: nuestras emociones, nuestros mitos, nuestros arquetipos, vida, muerte. Al permitirnos mirar dentro de nosotros mismos, el cine de terror abre una percepción única de la realidad. Es una forma de metafísica.

< próximos proyectos >
Un segundo largometraje. Espero iniciar el proceso de financiamiento en 2023 para rodar a finales de año. Es ambicioso, pero está en curso. Pueden estar seguros que una nueva película saldrá tarde o temprano. Hasta entonces, mi banda The SerVant está trabajando en un primer LP para ser lanzado a finales de 2023.

< créditos finales >
Gracias a todos por su apoyo a lo largo de los años. Cada vez que visualizas una de mis películas, has decidido concederme una parte de tu existencia. Es un privilegio. Ser capaz de conectar contigo a través de mis obsesiones resulta una de las cosas más hermosas del mundo. Espero que lo valores tanto como yo.

entrevista + edición + traducción de contenidos: chris núñez
imágenes: jerome bertrand (cover) + éric falardeau (interiores)




Horror y melancolía · Laila Torres Mendieta


A través de la multidisciplina, Laila Torres Mendieta (Ciudad de México, 1986) integra un cuerpo de obra que reflexiona sobre la violencia física y el horror cósmico. La artista visual cuenta con una maestría en Artes por el Dutch Art Institute, y en este dossier nos comparte sus procesos creativos.

Hace unos ayeres platicábamos sobre el mismo tema, ¿te acuerdas? Uno se va del país lleno de esperanzas. Escupes al viento y no dejas ni tres pesos para el pasaje, creyendo que vas a revolucionar al mundo, siempre teniendo las mejores intenciones. Cuando salimos al mundo lo hacemos con una dulcísima ternura, somos ingenuos. Creemos todo y queremos todo. Creo que la experiencia más relevante por contar es que justo fue eso, ingenuidad, lo que dejé atrás. No soy diferente de muchos artistas de mi generación, hay una constante en la forma en que desarrollamos y presentamos proyectos y que parte precisamente de las transiciones globales con las que crecimos. Por una parte, materialmente hablando, los MILLENNIALS respondemos a una metamorfosis fundamental en telecomunicaciones y tecnologías de vanguardia que han impactado de manera definitiva, no solo cómo vemos al mundo, sino cómo nos relacionamos unos con otros (en escala mundial). En la estructuración tanto de nuestros discursos como en la encarnación de los mismos se anticipa una creciente conciencia política mucho más reactiva, pero igualmente versada. También se vislumbran lucubraciones que intentan cifrar nuestro tiempo, nuestros fracasos y los delirios de futuro que plagan nuestra imaginación. Al respecto, las herramientas que utilizamos se han diversificado y en su obvia actualización siguen polarizándose.
Aunque el debate entre arte conceptual y arte académico permanece considerablemente vigente (donde la pintura parece ser una inagotable fuente de inspiración), dicha disyuntiva está muy superada. En mi caso, el proceso de desarrollo de proyectos se ha vuelto mucho más similar al trabajo de un CARTÓGRAFO. Las especificidades disciplinarias del mismo no son sino contingencia de dicho mapeo. Tiene que haber una suerte de diálogo entre todos los elementos de un proyecto (referentes, intereses, educación, problemáticas, etc.) para que el resultado sea coherente con las ideas que se pretenden comunicar. Actualmente he estado trabajando con video, dibujo, performance y ensayo creativo y no podría señalar alguno como primigenio o más relevante que otro. Cada uno ofrece un potencial de hallazgo y, en ese sentido, la estética global de cada proyecto depende de la forma en que trabaje cada uno. Ahora bien, lo que respecta a difusión de mi trabajo, creo que soy pésima. Para mí es mucho más importante trabajar obsesivamente en algo que necesito comprender que anunciarlo a todo mundo por pobre que parezca. Y pasando al tema de las ideas, justo ahora estoy metida en un embrollo que no logro descifrar por completo. Tiene que ver con horror cósmico.

Bueno, ahora que dije HORROR CÓSMICO habrá que intentar explicarse. El tema puede rastrearse en los escritos de H. P. Lovecraft o incluso en filósofos como Schopenhauer, quienes cuestionaban de alguna manera nuestra relevancia en una escala precisamente cósmica. La filosofía del horror, así pues, representa esencialmente los límites de nuestra cognición; es decir, los límites del conocimiento humano. Este tipo de horror encarna el abismo en el que no existimos, la absoluta negrura a la que no le importamos. Supongo que discursivamente me interesa la relación entre ficción y filosofía como forma de ejercicio intelectual y crítico en torno al hacer artístico. En este sentido, las narrativas que intervienen en nuestro entendimiento del mundo, de nuestras relaciones con otros y, especialmente, el entendimiento de nosotros mismos. Tomo abstracciones como cognición, vacío y destrucción para crear un paralelo audiovisual cargado del conocimiento pop y la hibridación cultural que marcó mi generación.

Escribir es parte vital de todo proceso creativo. De manera tradicional uno podría decir que los artistas se definen exclusivamente por la materialidad de sus trayectorias. Pero, personalmente, considero esta postura bastante reduccionista. El EJERCICIO ENSAYÍSTICO es básico en su función de aclarar el sentido de un proyecto, las intenciones de nuestro trabajo. Es indispensable saber escribir para entender personalmente qué pretendemos comunicar al otro. He escuchado infinidad de veces la frase: toda buena obra de arte debería poder hablar por sí sola. Pero siendo completamente racionales, el circuito del arte sigue siendo considerablemente elitista y autorreferencial. Escribir es un ejercicio que previene actitudes gregarias. Si bien es cierto que el hacer artístico usualmente responde a particularidades propias de la estética, teoría o filosofía, también lo es que el tiempo ha dejado su marca en la historia del arte. Nuestros proyectos necesitan actualizarse para seguir siendo relevantes en las sociedades en las que existimos y escribir no es sino otra forma de instrumentalizar inferencias culturales.

Soy como corriente océanica, bien errática. Tengo algunos problemas de disciplina. Usualmente mi trabajo depende más de serendipias que de un proceso metódico de ejercicio y error. Aunque también sería injusto decir que toda mi producción es obra de eurekas y que nada tengo bajo control. En realidad, el desarrollo de mis proyectos se ve profundamente afectado por el contexto en el que me encuentre, por la materialidad del mismo y la relevancia del planteamiento discursivo. Hace no mucho terminé una maestría cuya médula era profundamente teórica y crítica. El efecto de esta "pausa productiva" tuvo reverberaciones a las que aún trato de dar sentido. Pero no hacer cosas no significa mantenerse estático. El alto rendimiento intelectual del programa me forzó a desmantelar por completo todo lo que yo daba por hecho sobre lo que significa "ser una artista". Para mí, todo esto del PROCESO CREATIVO es más bien un proceso de entendimiento que integra varios elementos y es tan complejo como tratar de definirse a uno mismo sin valerse de todas las etiquetas legadas por generaciones. Antes, como muchos otros, solía creer en la muy supercherista idea de que los artistas poseemos un don para crear cosas, pero lo cierto es que la única diferencia entre un artista y cualquier otra persona es el espacio tan privilegiado que tenemos para pensar sobre nuestro entorno y hacer comentarios al respecto.

Hay 3 autores que adopté por INFLUENCIA directa de mis profesores de maestría: Ray Brassier, Thomas Metzinger y Eugene Thacker, y 3 más por influencia de colegas: Katherine Hayles, Thomas Ligotti y Don De Lillo. Por otra parte, los que siempre me han acompañado son Katsuhiro Otomo, David Cronenberg y Grace Jones. Como muchos, hay millones de cosas que me obsesionan y personas que inspiran la forma como quiero construír mi propia carrera. En términos pop, Grace Jones y una parte importante de la escena musical de los 80’s significaron un coqueteo muy interesante con la experimentación audiovisual, las melodías cursis de sintetizador y el drama emocional aderezado por performances que rayaban en lo teatral. Ay, el drama... Este tipo de ritmos (especialmente los de Jones) significaron una variante narrativa no solo en cuanto a formas de contar historias, sino al potencial que tenía esta mezcla de sonoridad e imagen que hacía las veces de paisaje atmosférico. Al respecto, Cronenberg es justo un maestro en atmósferas y en quien siempre pienso cuando quiero hablar sobre corporeidad. Long live to the new flesh! La alienación humana a partir de la cosificación corpórea: otra vez, lo in-humano. Como el visionario Otomo, quien creó un Neo Tokyo punk y post apocalíptico que sigue reverberando en nuestra educación audiovisual (Mad Max) y la fuerte crítica que ambos terminan haciendo de nuestra condición.

Los seres humanos no somos animales capaces de adaptarnos a la naturaleza, somos más parecidos a un VIRUS que a otras especies. Creamos colonias que se expanden y someten su entorno. La naturaleza a la que solemos referirnos de manera tan patética/poética ya no existe. Y es aquí cuando cito a personas como Brassiere y Thacker. Lo de hoy es la especulación, el ultraconsumismo y la melancolía crónica que nos acompaña en el metro, cuando cogemos, cuando comemos y en lo que cagamos, que también es producto de todo nuestro potencial creativo.

Hace medio año descubrí a METZINGER a través de mi director de tesis. El libro con que me lo presentó se llama El túnel del ego. En sus páginas descubrí con horror una propuesta filosófica que en gran medida me volvió la nihilista hipócrita que soy el día de hoy. Mientras perdemos tiempo compartiendo imágenes de nuestras ficciones, haciendo perfiles de usuario y tratando inútilmente de definir la mejor versión de nosotros mismos, de crear nuestra "identidad", en realidad nuestro origen resulta más burdo y menos romántico. No somos sino un ejemplo eterno de conectividad neuronal. No existes, ni tú, ni yo. No hay tal cosa como un mini yo dentro de ti que sienta y disfrute del mundo y de las cosas. ¿Te acuerdas de Matrix? Bueno, sorpresa. Pero no te emociones, nosotros no podemos volar. No somos sino la consolidación de información que nuestro cerebro computa cada segundo, o millonésima de segundo o n representación temporal que decidimos adoptar como real. No existimos, pero por otra parte, creamos un mundo en el que sí.

MÉXICO siempre ha sido de una u otra manera un eje referencial en mis proyectos. Pero irónicamente, vivir lejos del país influenció de manera definitiva mi forma de concebir el arte y mi relación con mi propio trabajo. Es irónico e incluso algo vergonzoso de aceptar, pero no fue sino hasta haberme enfrentado a otra cultura que entendí lo que significaba provenir de un país específico, ser mestizo, ser artista y ser mujer. Básicamente estar marcado por un bagaje cultural concreto. Todas y cada una de las cosas que alguna vez di por sentadas se desintegraron como se desintegra la sal en aceite hirviendo, pero la certeza que vino con este proceso de aprendizaje terminó irrevocablemente impresa en todos mis proyectos.
Llanamente, considero que la MERCADOTECNIA es más una herramienta que si bien puede ser usada de manera continua como un vínculo potencialmente promotor, idealmente no debería reducirse a su accesibilidad mercantilista.
El mundo del arte es mucho más genérico de lo que pensamos. Pero lo cierto es que el drama del arte va más allá del hacer disciplinario. Es en realidad en los CONTENIDOS de un proyecto que uno puede ver la relevancia de nuestra existencia en sociedad. He visto trabajo fundamentalmente conceptual que pretende hacer crítica del vórtice consumista en que vivimos inmersos y termina haciendo anotaciones tibias sobre lo mundano, y en oposición también he visto trabajo académico técnicamente increíble pero inocuo. Esto pasa tanto en la capital mexicana como en Nueva York, Berlín o Tokio. Sin embargo, habiendo transitado unas cuantas geografías, encuentro que abundan más las personas comprometidas con procesos honestos que han superado ya el deber ser del arquetipo artista. He tenido el placer de presenciar procesos de personas comprometidas con la actualización de nuestro rol en sociedad y cuya voz podría influenciar de manera positiva espacios de intercambio cultural que no son exclusivos del circuito artístico. Intercambios en los que yace también un potencial de transición social en pro de los derechos humanos. Esta es la facción del arte en la que aún creo.





Todas las imágenes: Cortesía Laila Torres Mendieta
Las rabiosas (2012), still de animación digital
Tiger Kata (2012), still de animación digital
Crear un mundo/R’lyeh + Destruir un mundo/Carta de amor a la madre + Imaginar un mundo/El seseo de Dhamballah (2016), stills de video
Autorretrato (2016), técnica mixta + El salto del tigre (2012), óleo y acrílico sobre papel
Sueño (2016), técnica mixta