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La rata con Thinner · Omar Ramírez





Omar Ramírez recopiló 71 relatos de Internet
para integrar la antología La rata con Thinner,
un fenómeno masivo de contracultura digital.

< inicios >
Empecé a escribir mis primeras historias desde que iba en secundaria, aunque eran solo fanfictions de las series de TV que me gustaban, pero solamente escribía por escribir, sin intenciones de hacerlo seriamente y sin respetar mucho la narrativa aunque ya tenía buena ortografía. Se me ocurrían historias que consideraba buenas y también las escribía, luego dejaba pasar el tiempo y volvía a escribir otras cosas. Me inspiraba un poco en los relatos de José Emilio Pacheco que me hacían leer en la escuela y en un inicio trataba de imitar su estilo narrativo, con eso creo que el mío se fue desarrollando hasta que unos años más tarde combiné todo lo que tenía en mi primera novela. Aunque no era buena, me siento orgulloso de ella por todo el trabajo y esfuerzo que invertí al escribirla y porque se trataba de algo que yo hice y fue ahí cuando me di cuenta de que quería dedicarme a esto. He continuado con la escritura de más obras a lo largo de los años, mejorando cada vez más mi narrativa porque tengo intenciones de poder publicar algo y si fuera posible, vivir de ello, pero a pesar de que he mejorado mucho con respecto a mis inicios, sé que aún me falta mucho por aprender.

< antología >
Sucedió a inicios de junio de 2022. No es una historia realmente interesante. La verdad es que no tenía nada que hacer cuando me surgió la idea, es decir, simplemente por ocio me preguntaba qué otros relatos había aparte de La rata con thinner, La cabra en el columpio y demás, y decidí empezar a buscar los que recordaba, pero como no conocía todos decidí preguntar en un grupo de Facebook llamado Shakespeare nos escribió si había más. Nunca me imaginé que al hacer eso iba a causar tanto revuelo. Como ya mucha gente estaba al pendiente de ello, me sentí con la responsabilidad de terminar el libro y tomarme más en serio ese trabajo. Muchos otros me ayudaron pasándome más relatos, algunos propios, hablé con los autores de algunos de los textos y me dieron permiso de usarlos y así, poco a poco, se formó la antología.

Todos los relatos que componen esta antología tienen algo en común: son bizarros, raros, utilizan el humor negro, se burlan de la gente y de sus intentos por sobresalir, pero nadie sabe si todo lo que se cuenta en ellos realmente sucedió. En algunos casos se desconoce al autor, muchos textos ya circulaban por Internet y al parecer hubo varios intentos de recopilarlos todos; sin embargo, pienso que el mío fue el primer intento serio, y el que se hizo más conocido. Muchos de estos relatos tienen bastantes faltas de ortografía, de redacción y de estructura narrativa, en algunos casos tuve que corregir palabras o frases pero tratando de conservar esa esencia que tienen, por lo que en algunos casos hubo la necesidad de dejar ciertas fallas. Hubo también gente que me envió escritos propios para que aparecieran en la antología, pero no encajaban con el mismo estilo de los demás relatos y por eso tuve que rechazarlos.

Varios de estos relatos habían salido de ciertas páginas de Internet que en su momento desconocía. Los autores se pusieron en contacto conmigo y aunque algunos se mostraron felices por su inclusión, hubo en especial uno que no estaba contento con el proyecto. Finalmente, me permitieron publicar los relatos con sus respectivos créditos. Por esa razón anduve buscando hasta donde fuera posible a los autores de todos los relatos, pero en algunos casos resultaba imposible.

Al final había recopilado 64 textos que con el tiempo subieron hasta llegar a 72, y en la versión final que liberé recientemente tuve que eliminar Tripas, de Chuck Palahniuk, porque no contaba con el permiso del autor para subirlo (es decir, el autor no sabía que su historia estaba en este compendio) y también porque siento que aquella ficción tampoco encajaba con el resto de la antología por ser escrita por alguien fuera de Latinoamérica y por tratarse de un escritor profesional que desencajaba con los demás escritos cuya narrativa no está bien lograda. De modo que al final quedaron 71 relatos. Esta versión la he subido a 3 nubes diferentes; son los links oficiales y si la antología se actualiza después, será en estas nubes donde los suba.

Como la antología se volvió viral, mucha gente empezó a subirla a diferentes páginas. No tuve problema con ello porque originalmente estaba pensada para que fuera de libre distribución. Entonces descubrimos que la antología estaba a la venta en Amazon, en una versión física. De modo que, después de consultarlo con los autores para obtener su permiso, decidí registrar el libro en el INDAUTOR (Instituto Nacional de Derechos de Autor) de México como obra recopilatoria y aparecí como el compilador de la misma. He registrado muchas obras mías antes, así que conocía muy bien los procesos, los documentos requeridos y el precio que cobran para todo el trámite.

La gente ya sabe de sobra el contenido que tiene la antología y que es para mayores de 18 años. Todos parecen encantados con ella y me felicitan a menudo por haber hecho ese trabajo. Se siente un poco extraño, pero me da gusto.

< impacto >
Cuando empecé a trabajar en La rata con Thinner, jamás me imaginé que se volvería tan viral. Todos los que la leen sabiendo que su contenido es hasta cierto punto asqueroso, coinciden en que es una obra única, que lo que yo hice marcó un antes y un después en los fenómenos de Internet y hasta bromean considerándola una obra maestra de la literatura universal, comparándola con piezas de alto calibre como El Quijote, La Ilíada y La odisea. He recibido muchos mensajes de felicitación, me piden que les pase el libro y cosas por el estilo. Incluso en el grupo donde nació la antología me entregaron un diploma simbólico por haberlo creado. Mi propia familia se ha enterado del éxito de la obra y también me han felicitado por ella, comentando que la han visto en todas partes en Internet.

Sólo liberé la antología en redes sociales y en Internet pero, según supe después, hubo una presentación con lectura de algunos de los relatos en un restaurante de San Luis Potosí. No tuve la oportunidad de estar presente. Creo que ya le han hecho de todo: una reseña en una página web que cuenta la historia de cómo surgió, varios videos de YouTube donde leen algunos de los relatos, una mención en el podcast de leyendas legendarias, una entrevista que me hicieron para otro podcast en la que conté cosas referentes a ella y otra entrevista para un trabajo escolar que pienso que fue un éxito porque la que me entrevistó ya no se comunicó conmigo, además de la cantidad de memes que le han hecho.

Muchas de estas historias ya circulaban en Internet desde hace años y yo sólo hice el trabajo de compilarlas todas en un solo volumen. Pero también había gente que no las conocía y una recopilación como ésta les llamó poderosamente la atención. Supongo que fue por morbo más que nada; creo que este tipo de relatos nos llaman la atención por ser así como son de bizarros y repulsivos.

En general he recibido críticas positivas, sin contar los reclamos de uno de los autores que se molestó de que sus historias aparecieran en el libro, aunque al final llegamos a un acuerdo. Pero en una ocasión recibí un mensaje anónimo de alguien que decía ser autor de uno de esos relatos (pero nunca me demostró que lo era ni me dijo cuál), me amenazó con demandarme por haber hecho la antología y de ahí ya no volvió a responder. Confieso que sí me saqué de onda porque nunca me había pasado eso. Y también hay otras personas que me critican porque creen que estoy lucrando con la antología cuando no es así. Desde un inicio yo no tenía intenciones de vender la antología, porque sólo uno de los relatos incluidos es de mi autoría. Hubo polémica con algunos de los autores que pensaban que lo iba a vender hasta que llegamos al acuerdo de que me permitirían usar sus relatos a cambio de que el libro no se comercializara y así ha sido hasta ahora. La rata con Thinner es de uso libre y siempre será así, no está a la venta en ningún lado (y como dije antes, alguien más lo subió a Amazon para comerciar con él, pero hasta ahora no ha respondido).

Tras la publicación, los autores no han hablado conmigo más que para felicitarme, y aún siguen publicando en sus páginas de Facebook. Por cierto, la portada la hizo un miembro del grupo Shakespeare nos escribió llamado Alejandro Hernández Jacobo, quien se ofreció para hacer una portada que remitiera a los libros de primaria de los 90’s en México, concretamente el libro de español de primer grado, conocido como el libro del perrito. Justo yo también imaginé la portada del libro con esa ilustración y el fondo amarillo, como parodia de aquellos libros de texto.

< feedback >
La rata con Thinner deja al descubierto varias cosas que suceden en nuestra región, las cuales no deberían de suceder, pero suceden tan a menudo que se vuelven parte de lo cotidiano a tal punto que nos acostumbramos a ellas. Se refleja mucho también la pobreza y las carencias que viven muchos de los protagonistas de los relatos, que al estar en esa situación no tienen de otra más que delinquir, robar o cometer toda clase de actos criminales. A muchos nos parecerá cómico este aspecto de los relatos pero la verdad es que muchas de las cosas que suceden sí podrían pasar en la realidad. Incluso en los relatos que hablan de sucesos paranormales pienso que hay algo de realidad en ellos. Así como también ciertos relatos que son positivos, por así decirlo, que cuentan grandes hazañas, historias lindas o de superación. El libro es un cúmulo de vivencias de todo tipo.

No tengo intenciones de comercializar el libro ni ahora ni después, tampoco de sacar una edición impresa, aunque hay un editor que me ayuda con vender copias físicas a todo aquel que lo quiera, siempre y cuando esas copias impresas sean para uso personal, aunque esto no signifique que esté lucrando con la antología porque él solo está haciendo su trabajo en la imprenta.

Mi relato favorito es el de Historia de amor trans, el único del cual tengo casi una certeza segura de que es real. Narra la historia de amor entre un chico y su pareja trans, pero la forma en la cual narra el desarrollo de su romance y todo lo que vivieron de verdad es muy linda, creo que es el único relato alegre de todo el libro. Otro de mis relatos favoritos es el de La bruja del 48, que narra la historia de una anciana que participa en una maratón; la verdad, se me hizo muy inspirador.

Las cosas que yo escribo no se parecen en nada a lo que aparece en la antología, incluso intenté escribir algo parecido e incluirlo (el relato de La Zarina) pero siento que no salió como esperaba. Sin embargo, ya que no solicité ninguna remuneración económica por hacerla, yo mismo pedí que aquellos que quisieran agradecerme por haber creado el libro, podrían hacerlo leyendo mis propias obras, y sí, tuvieron más lecturas, en algunos casos se ofrecieron a ayudarme con correcciones de estilo y consejos de escritura, pero eso fue todo.

El ser autor de obras literarias me ha acercado con varios autores latinoamericanos que tienen mucho potencial hasta para publicar best sellers pero que no son tomados en cuenta por diversas razones, desde falta de oportunidades, falta de apoyos o a veces hasta falta de confianza en sí mismos. Casi todos ellos suelen publicar en Wattpad, una plataforma muy popular pero con pésima reputación por la gran cantidad de historias de adolescentes que ahí proliferan. No obstante, he encontrado algunas joyas literarias que merecen ser leídas. Muchos de nosotros estamos en la lucha de poder publicar algo y volvernos profesionales, y muy pocos lo han logrado.

Tengo muchas novelas y cuentos, pero me gustaría hablar de dos de ellos, que son los más populares y los que considero mejores. Yatareni es una novela de 3 volúmenes [1 + 2 + 3 ] publicada en Wattpad. Trata de Eliseo, un pasante de arquitectura que se muda a un pueblo homónimo en la provincia mexicana, donde trabajará como asistente de un arquitecto que ahí reside. Aunque al inicio su estancia le parece aburrida, después conoce a un grupo de chicos un poco extraños que disfrutan del manga y del anime, y decide entablar amistad con ellos porque también le gustan esas cosas. También conoce a dos chicas físicamente idénticas llamadas Mayra, aunque diametralmente opuestas en cuanto a personalidad. En sí, la historia trata principalmente del desarrollo de la relación entre Eliseo y una de las Mayras, la más tímida e introvertida, y con ayuda de sus nuevos amigos tratará de ayudarla a salir de la soledad en la que vive.

La segunda historia, también publicada en Wattpad, es una novela corta llamada La brujita que cruzó a mi barrio marginal. Trata de un muchacho de preparatoria llamado Bryan que vive en Ecatepec, México, y es fanático del anime, especialmente de una brujita de anime llamada Larissa, protagonista del anime Maho Shiro. En su cumpleaños, el chico pide como deseo de cumpleaños que su waifu se vuelva real, y el deseo se le cumple porque la bruja Larissa aparece en su mundo y en su vida teniendo diversas aventuras con el chico y sus amigos. Esta novela corta plantea el choque cultural de una bruja que proviene de un mundo de fantasía donde la magia existe, con el barrio marginal donde vive Bryan. Cosas que para nosotros son cotidianas como la música popular, la delincuencia, las groserías y el modo de vida de esa gente, a ella le resulta exótico e interesante.


Para finalizar, me gustaría decir que, contrario a lo que muchos puedan creer, compilar esta antología y que se volviera viral fue un golpe de suerte. Me siento orgulloso de haber contribuido a la historia del Internet latinoamericano. Al inicio no me lo creía, pero ahora soy consciente de que he creado un verdadero fenómeno viral. Y para aquellos que quisieran iniciarse en esto de las obras literarias, les recomiendo que lean mucho, principalmente de libros cuya temática sea similar a lo que pretenden escribir, que escriban aunque lo primero que les salga sea horrible, pero así siempre se empieza, y que nunca dejen de escribir, porque esto requiere mucha fuerza de voluntad, paciencia y compromiso. Quizá haya días en los que la flojera les gane o se queden sin ideas, pero nada es más satisfactorio que ver culminada una obra después de tanto tiempo y esfuerzo, principalmente porque es algo tuyo.


entrevista + edición + ilustraciones: chris núñez
foto de portada: omar ramírez



Viejos comiendo sopa · Javier Acosta




Javier Acosta posee una vasta obra poética que pone en suspenso las certezas y asume riesgos estilísticos a través de metamorfosis repentinas. El autor nutre su imaginario de la tradición literaria oriental, la reflexión filosófica y el diálogo con la belleza. Viejos comiendo sopa obtuvo el Premio Nacional de Poesía «Juan Eulogio Guerra Aguiluz» 2020, convocado por la Universidad Autónoma de Sinaloa.

< lentitud y belleza >
Hay constantes llamados a la reconciliación del espíritu del tiempo y la belleza. Byung Chul-Han articula mucho de su pensamiento en torno a esa idea. Un arte de la lentitud es necesario, pero esa necesidad es soslayada por la velocidad de escape que nos propulsa y que modula la experiencia humana. Parece una inversión siniestra del llamado de Horacio, el carpe diem, que nos invita a abrazar el día. Ahora lo entendemos como el mandato de vivir muy de prisa, ya que la vida es corta. Tendríamos que aclararlo, en el dialecto del presente: detente, demórate en la anchura del día.

< silencio >
Dice Pascal Quignard que no hay diferencia entre la música y un libro silencioso. El poema ordena musicalmente el discurso mientras suspende el ruido. Todo el que ha leído, también el que ha escrito, lo ha probado; se abre ante nosotros un reino silencioso, al mismo tiempo silenciado por el ruido. El asunto es complejo, múltiple. Tomaré un detalle aparentemente secundario como ejemplo: quien intenta un poema se enfrenta constantemente a las intermitencias de la voz, señaladas por el corte del verso, los espacios en blanco y, de manera decisiva, por la distribución silábica. No es poca cosa. Por todas partes aparece el hiato, la respiración, el resuello del poema. Si todo marcha bien, al escribir abrimos las costuras del lenguaje, que se anega de silencio, de lo que llamaba Lispector la entrelínea.

< inmediatez >
Mi reflejo ha sido distanciarme. A veces pienso que para mí escribir es la mejor coartada para estar solo. En el ámbito cultural y en el resto, he debido lidiar con mi introversión. Por otra parte es inevitable percibir las transformaciones de la escena y las políticas culturales, no es que hayamos estado alguna vez bien, pero considero que la cultura se encuentra especialmente descuidada, incluso desprestigiada, en los últimos años. Se han aplicado formas nuevas del descuido. Ojalá las cosas cambien, pero tenemos buenas razones para el descreimiento.

< postpandemia >
Creo que no soy la persona más al tanto; pero noto muy disminuida la actividad literaria. Creo que las instituciones encontraron una muy buena manera de ahorrar recursos con la organización de eventos en línea. Pero incluso se han suprimido muchas actividades que podrían realizarse en línea, como los talleres literarios. Hablo de mi entorno. No soy una persona muy nostálgica, pero soy adicto al libro de papel, me parece un soporte estética y humanamente todavía no superable, las ferias del libro parecen disminuidas, incluso incómodas; por ello, en peligro.

< metamorfosis >
He reflexionado últimamente sobre el punto, el motivo ha sido la lectura de un libro de Francois Jullien sobre lo que él llama la descoincidencia, se trata, afirma Jullien, de la misma dinámica que guía a la vida (al bíos) y al arte. El movimiento es doble, a partir de una coincidencia, lo vivo se reconoce porque descoincide. Se trata de la lógica de la metamorfosis frente al orden de lo fijo. Es la misma lógica de la creación artística. Lo decía también Leonard Cohen, algo así como "encuentro que una canción va bien cuando dice cosas que no diría, de un modo en que no las diría." Contra esta convicción está la idea de que siempre estamos escribiendo el mismo poema... pero tenemos la responsabilidad vital de buscar constantemente el modo distinto; con fecundo azoro podemos notar que la nueva forma produce nuevos pensamientos, lo que los antiguos llamaban metanoia (el cambio de rumbo del pensamiento), que para mí es el principal regalo que hace el poema a nuestra especie.

< allen >
Creo que en cierto modo sigo ahí, en ese lugar lejano del inicio. En cierto modo. Siento que cada libro que he escrito proyecta su propia sombra; a la sombra del anterior, en varios modos a contracorriente, surge el nuevo libro. Escribí Allen con el escalofrío de quien inicia un viaje sin retorno; sigo ahí, erizado, al inicio de este largo viaje.

< punto de inflexión >
Tengo la impresión de que lo he experimentado varias veces, ese punto de inflexión. Además de mis muchos accidentes biográficos, me afecta fuertemente la lectura de nuevos autores. El encuentro con la poesía china fue uno de esos puntos de inflexión; otro, que me produjo y me produce todavía una perplejidad insuperable, es el descubrimiento de la poesía de Charles Simic. La lista es interminable, los autores del haiku y la estética japonesa, Borges, la filosofía de Nietzsche, los formidables recursos y caminos que abre Anne Carson, el apetito de profundidad y detenimiento que me han despertado poetas como Edmond Jabès y Chantal Maillard; la lectura de los poemas de El guardador de rebaños. Las lágrimas de feliz perplejidad que me depara aún la poesía de Cummings. Recientemente, el descubrimiento de la fascinante Sharon Olds, mi nueva maestra, enseñándome a escribir desde el principio... pero el lastre sigue ahí, todos los días debe lidiar con él, es duro, pesado, multiforme, se traduce en formas. Formas de la cerrazón y del cerrojo. Veo muy claramente la diaria humillación a la que me someten las formas paralizantes, con algunas excepciones que de vez en cuando me permiten una momentánea y retráctil emancipación, siempre con ayuda de esos y otros maestros.

< revisionismo >
Siento que en efecto, se trata de una tarea revisionista y de desmontaje. Confío en el desarmador de la ironía, que no siempre está disponible pero que, cuando funciona, permite aflojar las oxidadas tuercas.

< humor e ironía >
Ayer pensaba, para explicar un punto en mis clases de Estética: la forma en el arte, así como la forma del poema es la del juego. La mayor parte del tiempo sonreía, incluso con maldad, al escribir el libro. Aclaro: los juegos me los propuso el libro y no al revés. El humor se modula irónicamente, como bien lo has observado; en mi caso el humor surge mientras escribo, como una respuesta de la escritura ante la rígida seriedad con que me la suelo tomar, esa ocupación que día a día se me impone como una empresa irrealizable. El humor despeja y revela, como lo descubrió en clave psicoanalítica Freud, pues según él abre la puerta a pensamientos reprimidos que de otra manera no tendrían permiso de aflorar. No sé si sea el término clínico el que debemos aplicar en este caso; tratándose de la poesía creo que el humor abre la puerta a lo no pensado y a la variación. El humor es espontáneo, no sigue un plan, resuelve y transparenta la profunda seriedad sobre la que baila.

< summa poética >
Creo que no alucinas. Sobre todo lo veo en los poemas que abren el libro, que son exploraciones sobre la poesía y sobre la escritura. Muchos de los textos resultan de una indagación en la que buscaba poner a trabajar mis desasosiegos sobre el poema, por ejemplo en Resuello, una definición que atañe a la materialidad respiratoria del verso.

< lo mínimo significativo >
Lo has visto con mayor claridad que yo; de eso se trataba. Por ejemplo en la escritura, que consiste de manera inicial y definitoria en el acto de inclinarse para hacerla. La observación es de William Carlos Williams, en su Paterson. Lo más próximo y evidente puede ser lo más revelador y erizante. Como en la meditación zen, se trata de sentarse, respirar, y nada más. Ese "nada más" se desdobla en nuestra conciencia, de manera tal que inunda el resto de nuestras esferas. El otro ámbito que intuyes, ritmo y tono, es para mí la octava más alta en que resuena y toman nuevos sentidos los elementos mínimos, como la postura, la respiración. Yeats afirmaba, como otros poetas, que la poesía consiste en disponer las palabras adecuadas en el orden adecuado. Nada más sencillo, nada más difícil y enigmático.

< legado y aire fresco >
Necesitaba esa bocanada, sentía que la escritura hacía trabajos de renovación en mi idea sobre el poema. La escritura es como una casa japonesa, con muros de papel, si no la renuevas frecuentemente, se te cae. El libro ha tenido fortuna, desde luego más de la que me esperaba. Ya proyecta una sombra, de ella nace otro libro que se le parece y busca descoincidir; ese es su legado, en lo que a mi diaria humillación respecta. La referencia a la canción de Camille [Le jeune fille aux cheveux blancs] me ayuda, los viejos que comen sopa vienen de Goya y de mi infancia: intenté capturar el tono socarrón y bíblico de las historias que me contaron, en el año del caldo, mis mayores.


De Viejos comiendo sopa

No he venido a enseñarte
a caminar sobre las aguas.
No he venido a enseñarte a multiplicar los panes y los peces.
Ni a transformar el agua en vino.
No he venido a salvarte, dijo,
he venido a pedirte que camines el fuego.

::

LA PUTA DE BABILONIA ES TENTADA POR ATLAS

Puedo aguantar tanto tiempo la respiración.
Puedo aguantar tanto tiempo sin hablar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin cocinar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin pasar el trapo.
Puedo aguantar tanto tiempo sin beber.
Puedo aguantar tanto tiempo sin cobrar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin coger.
Puedo aguantar tanto tiempo sin Dios.
Puedo aguantar tanto tiempo sin morir.
Puedo aguantar tanto tiempo sin parir.
Puedo aguantar tanto tiempo sin dejar caer el mundo
que llevo a mis espaldas.

::

TODO SE VA, SI SE VA DE LA MENTE

Todo termina por abandonar el ámbito de la mente.
La vaca ha resuelto abandonar el ámbito de la mente. La yerba
rodadora en mi opinión, lo ha resuelto. El zanate ha resuelto.
La biznaga, se nota. Los dioses resolvieron. Debo incluir
la mosca y el mezquite, el arroz crudo y el arroz cocido,
la espiral logarítmica, el cuadrado aúreo; el marciano y la
estrella, el I Ching y puedo sospechar, humildemente que
la mente
ha resuelto
abandonar
el ámbito
de la cabeza —; de la voz —; de lo que haya sido
como haya sido, la escritura.

::

Un poema es nada
más a veces el cansancio de alguien que no tenía
otro remedio, ni palabra;
alguien dispuesto a no seguir
la corriente del sí, la corriente del no,
dispuesto a probar qué tal está de sal la vieja sopa
del día, de las palabras.

::

EN ADELANTE H.E
—UN ENSAYO—

Un hombre elefante (en adelante h.e.) lleva más bien las de perder.
Como nos deja ver David Lynch en su película, el h.e. no puede
dormir recostado,
su laringe se aplasta, como cuando doblas o pisas una manguera
de forma accidental o adrede. En la manguera es agua, en la
laringe es aire.
El h.e. quería ser algo así como el Hombre de Vitrubio. Acostarse de
lado y boca abajo, al final boca arriba: abrir sus piernas y sus
brazos, sentir cómo se ajusta al mismo tiempo al círculo, a la
estrella, al pentágono.

::

Un hombre hecho y derecho sueña que es una mariposa.
Una mariposa hecha y derecha tiene la pesadilla de ser hombre.
Un h.e. tiene sueños de hombre y pesadillas de elefante.
Me dice por ejemplo el h.e. que sueña mucho el cuento de los sabios
en el cuarto oscuro: la patrulla de ancianos viene cada noche
a su cuarto,
lo palpa minuciosamente, para saber qué diablos es un h.e.
El que palpa la trompa dice: Es la vieja manguera del h.e. cuerpo de
bomberos.
El que palpa los colmillos dice: Es la w más derechita del mundo.
El que palpa el escroto dice: No tiene calentura.
El que palpa la oreja dice: Aquí tampoco hay eco.
Los hombres viejos, sabios y barbados se quedan callados y no
saben si lo han soñado todo, si hay que seguir en ese cuarto
y mantener su sociedad o cada uno volver a su distante
habitación y despertar;
si nuestro viejo dios dejará alguna vez saber con claridad su sabio
parecer.

::

Un h.e. sabe al dedillo la diferencia entre la hora del sueño y la hora
de la muerte.
Mi padre, por ejemplo,
en su última hora
me dijo: Ven, ven,
tu corazón es puro,
el mío está podrido,
es hora ya de reemplazarlo,
ven, ven querido hijo.
Le contesté: Cómo lo sabes.
Me dijo: Porque tienes la fiebre
que me falta. Me dijo: Ven, ven,
querido hijo, es hora ya de reemplazarlo.

::

No es buena idea traer un h.e. al interior de mi país.
A su paso
los niños de la aldea quieren trepársele,
los perros y los monjes inclinan la cabeza,
las parturientas le soban el vientre,
los prestamistas calculan el precio de sus colmillos,
se toman una selfie todos los que tienen teléfono,
los ratones no evitan inquietarlo,
los zopilotes vuelan en círculos sobre su cabeza,
los presidentes se dan discretamente de codazos,
los vendedores de maní sacuden la cabeza.
Montado sobre mí,
mi padre dice:
No recordaba que así fuera el mundo.


entrevista + edición + ilustración: chris núñez

foto de portada: javier acosta


Hermano: Anatomía del duelo · Mónica Licea



Mónica Licea (Guadalajara, 1990) nos comparte
sus procesos creativos en torno a la escritura, así
como los proyectos que desarrolla actualmente.

< escenario post covid >
En mi caso fue algo positivo porque tuve el tiempo de comenzar a escribir mi primer libro, leí mucho y busqué editores para trabajar en el manuscrito. Ha sido importante porque soy una persona solitaria y la pandemia me ha recordado cuán importante es vincularnos con los otros para seguir adelante. Pienso mucho en Rimbaud cuando dijo que ‘el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos’, el aislamiento sin duda alguna fue eso para mí y mi escritura, una extraña amplificación de mis sentidos. Me siento afortunada y agradecida por estar viva y solo deseo rendir tributo a ese milagro.

< clúster de referencias >
Emily Dickinson, Arthur Rimbaud, Baudelaire; algunos beats como Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Kenneth Koch; Sylvia Plath, Ted Hughes, Sharon Olds; Roberto Juarroz, Olga Orozco, Piedad Bonnett, María Negroni, Chantal Maillard, Raúl Zurita, el Tigre, Eduardo Lizalde (que lamentablemente falleció recientemente), Max Rojas, Cristina Rivera Garza, por mencionar algunos.

< proyectos >
Estoy por comenzar otra etapa de correcciones de mi primer libro de poesía, esto de la mano de la poeta y editora Elisa Díaz Castelo, a quien admiro profundamente y con quien estoy agradecida por el voto de confianza para trabajar juntas. Nunca he tenido prisa por publicar, pero sí me gustaría no demorarme otro año. Tengo una necesidad espiritual de tener este libro en físico como un cuerpo al cual llorarle, una evidencia del duelo de mi hermano y un lugar en donde trabajar la aceptación desde el amor.

Por ahora, apunto a estudiar una Maestría en Escritura Creativa y quiero seguir explorando la poesía visual. A veces también se me cruza la idea de volver a la docencia, quizás impartiendo talleres creativos o poesía experimental. Lo estoy aterrizando aún.

< foros >
Nunca tendré las palabras para agradecer a todos quienes han apostado por mi trabajo y me han abierto las puertas en sus espacios físicos y virtuales; a quienes creyeron desde el primer momento en mí: Enrique Carlos, amigo y editor de mi primer trabajo de poesía, Visión de la Ira; al Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, Michoacán bajo la coordinación de Roberto Reséndiz, amigo entrañable y admirado.

Sin duda alguna, participar en estos espacios ha proyectado mi trabajo y me ha permitido hacer amistades extraordinarias, que no solo quiero, respeto y admiro, sino que me recuerdan que somos parte de la misma manada y es justo este sentido de pertenencia lo que considero uno de los aspectos más vitales en un oficio tan solitario y duro como la poesía.

< hermano >
El proceso con mi libro, titulado Hermano, me ha llevado cerca de tres años. La obra gira en torno a la figura de mi hermano mayor, Néstor Alan, quien falleció a los 18 años en un accidente automovilístico en donde estuvo involucrado el hijo de un funcionario de gobierno. Es un libro híbrido que emplea herramientas como la poesía opaca, notas periodísticas e intervenciones de otros textos; pretende ser un testimonio sobre el duelo y la perdida, además de hacer un apunte sobre el sistema fallido de justicia que tenemos en nuestro país y toda Latinoamérica.

Siempre supe que el tema no era sencillo y esto se vio reflejado en la batalla monumental por encontrar un editor, el proyecto pasó por cuatro, siendo el último un poeta chileno con quien tuve importantes avances pero debido a que salieron a la luz temas de violencia de género sobre una ex pareja suya, decidí abandonar la relación con él porque me considero feminista y tengo en alto el valor de la sororidad. Eso simplemente fue desesperanzador, decidí pausarlo todo. Necesitaba un tiempo fuera porque me sentía con un agotamiento emocional importante y mi depresión crónica comenzó a intensificarse, tuve que subir la dosis de mi medicamento y todo se tornó muy oscuro.

Durante esos meses sabáticos, me puse a reflexionar sobre la forma en la que estaba aproximándome al medio editorial. Me percaté que había puesto mi obra en manos de hombres principalmente, quizás para muchos esto no es algo relevante, pero en mi caso fue una revelación porque pude darme cuenta de que tenía una especie de necesidad por la aprobación masculina/paternal como un patrón; fue cuando todo cambió y decidí buscar a una editora. Desde hace años admiro profundamente el trabajo de Elisa Díaz Castelo, así que me aventuré a escribirle con la esperanza de que pudiera aceptar trabajar conmigo y para mi sorpresa accedió. Desde esa primera revisión con ella, mi libro comenzó a iluminarse, los textos de repente tenían confianza, fuerza y estaban sostenidos por amor. Allí me di cuenta de que estaba en el lugar correcto.

< desafíos >
Creo que el problema principal es que la poesía es uno de los géneros menos vendidos en la industria editorial porque no responde a los intereses del mercado, y si a eso le sumas que en México tenemos un bajísimo nivel de lectura (¡de dos a tres libros por año!) pues ya estamos en enorme desventaja.

Asimismo, los escritores emergentes cargan con el estereotipo de que la poesía es aburrida, tiene cierto grado de dificultad o está restringida a una élite. También encontramos el constante problema con los egos, las comparaciones y una red de apoyo entre autores bastante débil. Considerando esto, el desaliento es bastante comprensible. Sin embargo, es importante seguir empujando con fuerza y amor, hacer comunidad con quien esté en sintonía y hacer circular la poesía fuera de los circuitos de la industria editorial: blogs, fanzines, proyectos independientes, lecturas públicas y el diálogo necesario con otras artes.

< digital vs impreso >
Ambos tienen sus ventajas, el formato digital permite llevar la lectura a todas partes, almacenar cientos de libros en un solo dispositivo y acondicionar el tamaño del texto a las necesidades del lector. Sin embargo, yo soy de la vieja escuela y prefiero el libro impreso porque favorece la comprensión de la lectura y genera una mayor identificación emocional. Nada supera la sensación de palpar las hojas, hacer apuntes, oler, llorar, abrazar y besar un libro.

< manifestarse >
Como decía John Berger: las manifestaciones son ensayos para la revolución. Manifestarnos nos da esperanza, nos pone en movimiento y por lo tanto, nos empuja a abrazar y valorar nuestra vida; nos permite visibilizar una problemática y ponerla en boca de todos a través de su difusión en redes sociales; exhibir los patrones de impunidad en nuestro país, así como el fallo de nuestro sistema y finalmente invitar a una reflexión colectiva con mayor conciencia sobre los fenómenos sociales que nos violentan como mexicanas y mexicanos.

< outro >
Pueden descargar de forma libre mi primera plaquette de poesía Visión de la Ira editada por Sombrario Ediciones y la plaquette Perro Ciego de Nostalgia Ferozen Poesía Mexa. Espero pronto tener noticias sobre el proceso editorial de Hermano. Finalmente, agradezco el apoyo, la difusión generosa y el recibimiento tan cálido que día con día me brindan proyectos como Dudumdush, revistas locales e internacionales, blogs, encuentros y festivales de poesía y todos los lectores que se disponen con el corazón abierto a mis letras; son uno de los grandes motivos que me empujan a seguir transitando con disciplina amorosa este oficio.

< ... >


edición de textos: christian núñez · imágenes: gonzalo bojórquez

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