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Formol · Carla Faesler
A medio camino entre el dispositivo literario
y la pieza conceptual, Formol, de Carla Faesler,
entrega como símbolo un corazón sacrificado.
GERMEN
La idea germinó en tiempos de Calderón. En un país destrozado por la violencia y la impunidad, hay una sensación de pérdida y desolación muy profunda. En ese entonces, no sé por qué, me vino de nuevo a la cabeza Rito azteca, un texto de Salvador Elizondo que está en Camera lucida. Yo lo había leído hacía muchos años, pero la idea del corazón de un guerrero mexica conservado en un frasco, me había impresionado profundamente, al grado de pensar en eso constantemente, cíclicamente. Me parecía una idea literaria extraordinaria. Cuando volví sobre esa imagen, pensé: «México es un corazón en un frasco de formol.» De ahí, pensé en armar una historia alrededor de ese objeto que, con una carga simbólica tan poderosa, podría ser un núcleo irradiador de reflexión.
HISTORIOGRAFÍA
Son puros recuerdos, cosas que aprendiste en la escuela, en la vida. En Formol, los hechos históricos están ahí para servir a la trama, no al revés. La construcción del recorrido del corazón a través del tiempo me sugirió convertirlo en algo creíble, por eso tomé a ciertos hechos y personajes como Bernardino de Sahagún y Lorenzo Boturini, por ejemplo, para apuntalar la imaginería. Rodear al corazón de ensoñaciones y acontecimientos reales me permitió tener una perspectiva en tierra, humana, posible, pero sobre todo me permitió anclar en el corazón la condición humana. Las emociones y reflexiones que detona la víscera en los seres humanos como seres políticos, culturales, son el tema de la novela.
SACRIFICIO
Todas las culturas tienen, han practicado el sacrificio como centro de atracción del favor espiritual o material por parte de entidades que rebasan lo humano. Sacrificios de sangre, de privación o simbólicos. El corazón simbólico, la sinécdoque primordial, por decirlo de alguna manera, por un lado, y lo arrancado, como bien dices: la extirpación, lo cercenado, que deviene siempre en un dolor fantasma. Es ahí cuando, al escribir, pensé en la identidad, esa idea que es en realidad un vacío, ¿qué es la identidad sino el movimiento, lo cambiante? Te arrancas siempre de ti mismo, te arrancan siempre de ti mismo. Siempre he sentido una atracción profunda por la noción de sacrificio, el dar y recibir, no sé si declaro mi amor al rito de sangre o a la ceremonia del cambio, de la transformación. El sacrificio implica una parte dadora y una receptora o invasora, depredadora, si se quiere, una relación que resulta en algo nuevo. En la ceremonia de sacrificio las voluntades no están presentes, podemos pensar en religión, pero también en asuntos políticos, económicos, culturales. En cuanto al rito de sangre, sí, tal vez le declaro mi amor a ese específico rito que hacía que el sol siguiera su curso.
MESTIZAJE
Siempre he sentido un gran pesar por la desaparición de las muchas culturas del mundo que fueron arrasadas, borradas por los grupos conquistadores. Además de las civilizaciones americanas, pienso también en cómo los romanos exterminaron las culturas europeas antiguas, la celta, por ejemplo. La pobreza cultural del mundo en términos de diferencia, diversidad y pluralidad de ideas, conocimiento y formas de vida es el signo de los tiempos. El mestizaje ha sido una herramienta de control político, económico y social utilizada por los poderosos para normalizar el despojo, el racismo, el clasismo, es un mecanismo de inclusión/exclusión que se probó muy efectivo y que continúa funcionando hasta ahora, ya bien entrado el siglo XXI.
TÉCNICA
Fue interesante, durante mucho tiempo, Formol era un libro de poemas. Llevaba mucho tiempo trabajándolo pero no estaba satisfecha con el resultado. Cada vez que lo abría me daba cuenta de que algo no funcionaba. En esas andaba cuando un buen día, recibí un correo de Mariana Castillo Deball, artista mexicana que vive en Berlín, invitándome a participar en su proyecto Never odd or even. La idea es que lxs participantes envíen una portada de un libro imposible, un libro que nunca podrá ver la luz, un libro de tema descabellado, inimaginable. Entonces me dije: claro, nunca voy a poder resolver Formol, es imposible. Entonces mandé la portada imaginaria, las pestañas, la cuarta de forros imaginaria e incluso, fragmentos de crítica imaginaria. A ella le gustó muchísimo, me dijo que era una idea extraordinaria. Ahí fue que pensé: tengo que escribir este libro, no es posible que no pueda, y curiosamente, el haber imaginado el libro impreso, el libro como un objeto terminado, me sacó de la parálisis que me producía el asunto. Me dije: tengo que escribir esto tal y como me lo imagino. Y entonces comenzó un torrente de palabras, como un dictado. Lo resolví en menos de un año, más o menos. Usé todo lo que había escrito como referencia, todas las ideas, fragmentos, datos que había recopilado para un libro de poesía y sólo me senté a escucharme.
ESTRUCTURA
Las dificultades del montaje narrativo no fueron tales en este libro porque lo escribí como me lo imaginaba, y la mente es así: un engranaje de imágenes, fragmentos, largas meditaciones, información desperdigada por todas las esquinas del intelecto y la psique. Es como un zapping. Es un zapping. La manera en cómo pensamos, que también tiene que ver con la alta cultura y la popular, eso somos, nos hemos construido con lecturas, referencias "cultas" y la vida cotidiana.
REGISTROS
Sobre poesía/narrativa, debo decir, ya se sabe, que hay cosas que solo la poesía puede transmitir, la economía del lenguaje, la densidad de la palabra que la poesía explora, es muchas veces la única manera de transmitir pensamientos complejos. La poesía evade la temporalidad, la descripción innecesaria, la poesía es el misterio de un mensaje que se recibe claro, nítido en medio de la niebla de lo incomprensible. La realidad, las emociones, a veces no pueden ser entendidas si no es a través del lenguaje de la poesía. La narrativa muestra, la poesía revela.
UNHEIMLICH
Sí, me fascina ese concepto freudiano, lo extrañamente familiar. En Formol, la leyenda del corazón dice que debe ser trasplantado a un cuerpo para que lata de nuevo. La familia de Larca está en ese universo del cuerpo como depositario de lo simbólico, el cuerpo como posibilidad más allá de su ser biológico. De ahí que sus cabezas estén habitadas por cuerpos muertos que viven, cuerpos embalsamados que representan algo más que sus fronteras de carne. La muerte y la vida están confundidas, traslapadas, mediadas por cuerpos que activan imaginarios descabellados pero profundamente reales para ellos.
HUMANIDADES
Llevamos años con la amenaza de directivos de la educación que proponen eliminar las Humanidades cuando son otras áreas de estudio como las ingenierías o las ciencias sociales (como la economía), las que han destruido al mundo. Yo creo que el arte imagina y construye el mundo que nos merecemos como humanos.
~ Corazón vintage ~
En Formol, Carla Faesler examina el pasado para darle sentido al presente, plantea un diálogo lúdico entre cierta historia familiar insólita y un sacrificio prehispánico en el Templo Mayor de Tenochtitlan. Algunos fragmentos son racimos de información dura, otros le dan amplitud semántica al término corazón. Uno pensaría primero en el corazón simbólico, pero también, y sobre todo, en el corazón arrancado, la víscera. Se perciben vínculos entre el cuerpo y lo mórbido, un juego donde lo extraño es familiar y viceversa, el unheimlich freudiano. Larca, su protagonista, adquiere «un gusto peculiar que la marcará en la mirada de los otros y que la hará distinguir a los que, como ella, no encuentran del todo dicha en las cosas alegres.» Faesler juega con la intertextualidad mediante ráfagas de erudición y frescura: diálogos, notas, recuerdos, crónicas, postales de la Ciudad de México donde coexisten la papelería o la ferretería sobrepuestas o en simbiosis inesperada con una galería de diseño. El fin del mundo como fin de un mundo.
Lee la reseña en ConejoBelga.
Edición de textos: Christian Núñez Imágenes: Cortesía de la Autora
Posted on July 7th, 2020
Derrota de mar · Marco Antonio Murillo
Posted on August 13th, 2019
Fe de erratas · Édgar Velasco
Fe de erratas, de Édgar Velasco, reúne
trece cuentos que pasan por el humor,
la violencia, el absurdo o todo junto.
REALIDAD
Bueno, debo comenzar recordando que Jalisco es conocido como uno de los estados más conservadores del país. Históricamente ha sido un bastión para la ultraderecha —vamos, aquí surgieron los Tecos y el Yunque, nomás por citar dos ejemplos "notables". Supongo que algo de eso permea la forma en la que escribo, pero no se da de manera premeditada. Quiero pensar que lo que escribo va más allá del lugar en el que nací y que puede resultar interesante para cualquier lector, donde crea que se tope con mis textos, cuente o no con esa idiosincrasia.
Por otra parte, creo que algunos de los temas que abordo en los textos trascienden las fronteras jaliscienses. Por ejemplo, el paso de las caravanas de migrantes hondureños sirvió para que la sociedad mexicana en su conjunto enseñara el cobre y mostrara su xenofobia, clasismo y racismo en todo su esplendor. El cuento Jardines del Bosque, en el que el punto de partida es precisamente el paso de migrantes por la ciudad, lo escribí hace ya varios años y resulta que de pronto, y lamentablemente, cobró una renovada vigencia. Otro ejemplo: la pederastia, en este caso la que tiene como protagonistas a sacerdotes de la iglesia católica, es algo que ha venido denunciándose escalonadamente en muchos lugares del país y del mundo. En ese sentido, repito, más que una idiosincrasia tapatía creo que en realidad lo que influye en los textos es la realidad que topo cada día en la calle, en la red, en las noticias.
EVOLUCIÓN
Me parece que Ciudad es un libro más "callejero", por llamarlo de alguna manera. Es un libro que escribí cuando trabajaba como reportero en un diario de Guadalajara, muchos de los textos los empecé a escribir en la redacción, entre nota y nota, y entonces eso te da otra perspectiva, otro ritmo. Fe de erratas tiene, creo, otro manejo del tiempo, otro catálogo de historias. Los disparadores creativos que tuvo uno y otro libro son muy diferentes.
Ahora bien, en ambos hay la misma búsqueda de cuidado del ritmo, del fraseo, de ofrecer diferentes registros, voces y abordajes entre cada una de las historias. Aunque creo que el más indicado para decir si se ha logrado o no es el lector. Ocurre, por ejemplo, que he recibido comentarios sobre la presencia del humor negro en los relatos de ambos volúmenes, pero me da curiosidad saber dónde el lector ha detectado esas presencias. Yo coloco ciertas "provocaciones" en los relatos, pero creo que cómo son recibidas es algo que corre por cuenta del lector, que puede reírse o indignarse o simplemente pasar de largo.
PERIODISMO
Creo que mi narrativa está permeada por el periodismo en general, no por la nota roja. O bueno, no solo por la nota roja. Comencé trabajando en un periódico como corrector de estilo, luego me volví reportero. He sido editor de diario y columnista. Últimamente he venido fungiendo como coeditor en una revista, entonces definitivamente todo eso influye al momento de narrar. Digamos que, de alguna manera, con la careta de reportero propongo una historia que luego leo con la careta de editor para encontrarle posibles lados flacos y errores. En ese sentido, creo que puedo jugar en ambos bandos y eso enriquece el proceso creativo.
Sobre si son trasuntos de hechos verídicos o no, debo decir que todas y cada una de las historias tienen su punto de partida en un hecho real, que yo mismo viví, presencié o me enteré. ¿Cuál es? Lo dejo a la imaginación del lector. A partir de ese detonante hay dos preguntas: ¿Qué tuvo que pasar para que esto ocurriera? y ¿Qué pasaría si luego de esto, pasara esto otro? La búsqueda de esas respuestas da como resultado cada uno de los relatos compilados en mis dos libros de cuentos y en la plaquette Eutanasia.
AUTORES
Tengo suficientes deudas con el banco y con diferentes acreedores como para además deberle a los autores. No pienso las lecturas en términos de deudas o la otra palabra que suele usarse en estos casos: influencias. Me parece, igual y es una neurosis personal, que cuando uno reconoce ciertas influencias la primera interpretación que se da es que uno busca escribir emulando o imitando a esos autores. Y lo cierto es que creo que lo que buscamos todos, o casi todos, es hacer nuestra propia búsqueda creativa y estilística y aportar un poco, o aunque sea simbólicamente, a esa gran cosa que es la literatura.
Me gusta pensar que al momento de sentarse frente al documento en blanco y empezar a teclear pasa por nosotros todo lo que hemos consumido, llámense lecturas, películas, artes plásticas, música, series, cómics, graffitis, amistades, viajes, etcétera. Todo nos afecta. Entonces, partiendo de esto, puedo señalar como mis indispensables a Jorge Ibargüengoitia, Francisco Hinojosa, Daniel Sada, Juan José Arreola, Boris Vian, J. R. R. Tolkien, Rubem Fonseca, Salman Rushdie, Anthony Burguess, Umberto Eco. Soy muy malo para guiñar los ojos, y también para hacer guiños en mis relatos, así que creo que es evidente que Fe de erratas tiene un par de guiñhomenajes a Rulfo, Vian, Fonseca, Roberto Fontanarrosa, Mary Shelley, que espero hayan quedado bien logrados. De todos ellos me interesa su manera de enfrentarse a los acontecimientos, filtrarlos y convertirlos en diferentes registros que pasan por el humor, la violencia, el realismo, el absurdo o todo junto.
FAMILIA
Siempre he dicho y lo reitero: formar parte de Paraíso Perdido es como formar parte de una familia. Estoy muy contento con el trabajo que realiza el equipo encabezado por Antonio Marts. Siempre están buscando la manera de llegar a más espacios para distribuir el libro, generar dinámicas para conectar con las nuevas generaciones de lectores, llevando los libros a lugares que hasta hace poco eran poco convencionales pero que es donde están aquellos que pueden toparse con nuestras historias.
Por otro lado, como autor agradezco formar parte de una editorial que siempre está pendiente de las cosas en las que se encuentran sus autores, que busca provocarlos a través de diferentes ejercicios y actividades que, si bien están relacionados con los libros y las historias, no se limita a eso, como videos, mesas, foros, etcétera.
FAVORITOS
Creo que esta es la cuestión más difícil, porque me cuesta trabajo tomar partido por un solo cuento. Por supuesto me gusta mucho —muchísimo— el relato que abre el libro, La vida después de la muerte, y que a partir del tema de la donación de órganos es una reflexión sobre el amor y la manera en que éste se abre maneras para perdurar. Además, es el texto que inspiró la maravillosa ilustración de JIS que funciona como portada del libro.
Me gusta también Tercera edad por la manera en que resolví la historia de dos ancianos, compañeros de cuarto en un asilo, buscando el por qué un viejo decide de pronto matar a su compañero de cuarto.
También disfruté mucho haciendo Tiempo extra, que fue uno de los últimos relatos que escribí, ya sobre la entrega del manuscrito original a la editorial, y que pretende recrear lo que algunos llaman la intensidad del fútbol.
Hay también tres historias, que sirven como pequeños respiros, que decidí abordar en forma de fábula a partir de animales de tierra, aire y agua, que fueron divertimentos que al final creo que se acoplaron muy bien al conjunto.
LIT LAT
Bueno, creo que tanto México como América Latina siempre han sido tierra fértil para la creación en todas las áreas, y por supuesto la literaria, que es la que nos atañe. Como autor uno siempre está buscando darle salida a sus creaciones. Por supuesto que da curiosidad formar parte de un gran sello, por todas las ventajas que ofrece en cuanto alcance y difusión. Pero también es cierto que la labor de las editoriales independientes es fundamental para la exploración de nuevas voces, autores que difícilmente pueden encontrar cabida en un sello transnacional que, de alguna manera, está sujeto a buscar el éxito comercial. Aunque el trabajo de las independientes es agotador porque casi siempre se hace desde la escasez de recursos, buscando apoyos de todos lados, a contracorriente y compitiendo contra los grandes consorcios, lo cierto es que son fundamentales para abrir espacios a otras voces que incluso pueden después encontrar un espacio en eso llamado mainstream, que tampoco está mal.
MARKETING
Es parte del juego. Creo que está superada la idea del autor huraño, encerrado en una cabaña en despoblado escribiendo. Si bien no uno no escribe a modo para complacer a un hipotético lector, sí creo que cuando uno se pone a escribir es precisamente para ser leído. Y de alguna manera encontrarse con los lectores es fundamental en estos tiempos, conocer sus impresiones, ir en su búsqueda. Y para realizar esta búsqueda hay que usar las herramientas que tenemos a la mano, como son las redes sociales, el diálogo con los lectores, las postales, etcétera. No hay que tenerle miedo ni al diablo, mucho menos a la publicidad, creo yo.
LEER
A un autor incipiente le daría el consejo típico, porque a pesar de estar trillado, es el más eficaz: que lea. Que lea mucho. Que lea de todo. Por supuesto, que escriba, que pruebe, que se arriesgue y que se equivoque. A algunos les funciona acudir a un taller, porque les permite recibir retroalimentaciones. En ese caso, que aguante los madrazos pero también que defienda sus textos, que se aferre pero que también esté dispuesto a cambiar. Finalmente cierro con una cosa que dijo Salman Rushdie en su visita más reciente a Guadalajara, hace un par de años: «Escribe solo de lo que conoces, pero solo si lo que conoces es realmente interesante. Si no es así, escribe de lo que no conoces. La ficción es eso, ficción, y entonces podemos inventar cosas. Si todos soñamos, entonces soñemos en papel».
Edición de textos: Christian Núñez. Imágenes: Cortesía Paraíso Perdido.
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Posted on February 26th, 2019