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Megaloceros · Gerardo Lima




Los dos volúmenes de Megaloceros, Libros del ciervo (Paraíso Perdido, 2021) sitúan sus coordenadas en Amarillo, una región ficticia que conecta directamente con Robert W. Chambers. A través de seis relatos de horror cósmico, Gerardo Lima empalma tradiciones literarias como la inglesa y la estadounidense en México, con sus particularidades geográficas, lingüísticas y folclóricas. El concepto de ciervo, detonador de presagios ominosos y experiencias atroces, nos asoma al vacío de forma incisiva.

< mito >
Siempre me ha interesado crear mitos, porque es algo que he hecho desde niño. Y es una de mis mayores fascinaciones. Lo que aprendí con Lovecraft fue la creación de mitologías propias, de realidades dentro de la ficción. Y eso es lo que busqué en Megaloceros, que existiera un mundo muy amplio dentro de los mismos cuentos, que se sintiera cómo se rompen esos límites entre realidad y ficción.

< autores >
Chambers, Barron, Cioran, Ligotti, Lovecraft y King son importantes para mí, y lo fueron mientras escribía este libro. Creo que siempre se me olvida mencionar a una autora que se ha convertido en un referente, al nivel de ser ya una rockstar. Pero cuando escribía este libro, Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez era un libro que recién había llegado a Anagrama y estaba llamando la atención a un nivel cada vez mayor. Pero ella junto a los autores que mencionas se convirtieron en las bases de lo que yo quería comunicar con mi obra. Algo mexicano, pero con las influencias del terror anglosajón, del pesimismo paneuropeo, que me han movido desde que descubrí que la literatura era algo para mí.

Hay autores que me han marcado desde muy joven, algunos ni siquiera forman parte del subgénero de terror. Clásicos como Dostoievski o Tolstoi, pero también Byron, Goethe, Baudelaire o Proust son autores fetiches para mí. La literatura norteamericana siempre ha sido importante para mí. Buscaba la "gran novela norteamericana", y en ello leí cosas como Mobydick o Huckleberry Finn, pero también están autores como Carver, Cheever, Joseph Heller, Hemingway o Pynchon. También soy fanático de la literatura fantástica, de los italianos como Buzzati o Calvino, los románticos alemanes, los decadentes franceses y los grandes narradores hispanoamericanos. Y ya, por último, los estudiosos de la religión y los mitos del mundo como Robert Graves, Mircea Eliade, Marija Gimbutas, Gershom Scholem, Georges Dumézil, López Austin o Mercedes de la Garza.

< identidad >
Megaloceros es un libro muy afortunado. No lo digo porque sea una maravilla o algo parecido, sino que para mí funcionó a la perfección. Tardó en caer la idea y la estructura, pero cuando me di cuenta de que todo circundaba en torno al ciervo y a la ciudad de Amarillo, todo se conjugó en mi cabeza hasta formar esta "salsa macabra". No quería llamar a alguien Jeffrey Ford, sino Julián Cabrera, pero reconociendo mis influencias del horror y la literatura anglosajona. Eso incluye también mi gusto por la historia romana y por el paganismo en Europa, que quise conjugar dentro de un territorio mexicano ficticio, pero reconocible.

< ciervo >
Busqué de algo que no fuera esencialmente una amenaza. Lo que dice Noël Carroll sobre el monstruo, que debe ser amenazador de por sí, quise convertirlo en algo distinto. Además, mi gusto por lo horroroso no depende sólo de lo grotesco o lo feo, sino también de lo sublime. Y el ciervo es un animal que, para mí, conjuga las dos cosas. Para entender el símbolo me fui a mitologías mongolas, japonesas, chinas, celtas, mazatlecas, ndé o mexicas.

En alguna ocasión quise explorar otra visión sobre el ciervo, pero no he podido hacerlo, lo que me indica que el tema se ha cerrado. Lo único que todavía sigue como una referencia es La Antigua y lo que hay ahí dentro. En este sentido, para mí el relato La Antigua (Megaloceros giganteus) es el summum del libro.

< inflexión >
Para este libro, el punto de inflexión fue el FONCA y su programa de Jóvenes Creadores, pues estar ahí me cambió la vida. Estar con compañeros talentosos, con grandes tutores y estar viendo cómo funciona todo dentro de un ámbito al cual es muy difícil llegar, me dio el espaldarazo que necesitaba. Lo mismo pasó con el premio que gané un poco después, que además me ayudó a superar una de las enfermedades más discapacitantes que he sufrido en mi vida. Y lo que ha pasado después de este libro también ha sido más que complicado, pero eso ya pertenece a otro momento.

< coronavirus >
Lo que sí podría decir es que la pandemia afectó bastante a las editoriales, y esto se ha visto con las independientes, y claro, con el alcance que tenían o podrían tener algunos autores.

Durante la pandemia se llevaron a cabo muchísimas presentaciones en línea, pero es algo que se desgastó, y por suerte volvemos a lo físico, las ferias, las librerías, etc. La promoción literaria ha tenido un mayor auge, quizá, con las redes, y lo mismo el encuentro entre escritores y lectores de distintas partes del mundo. Como autor, la verdad es que me ha ido bastante bien. Me he sentido muy apoyado tanto por instituciones culturales oficiales como independientes. No he llegado al reconocimiento que busco ni tampoco soy tan leído como me gustaría, pero considero que he tenido bastante suerte para cruzar algunas de las trampas y de los obstáculos que hay en este medio cultural, a veces tan complicado y poco amable con los artistas.

< weird >
No, yo me considero un escritor/autor y ya. Sí, sé que escribo terror y que es un género que me gusta, pero no es lo único que me interesa ni leer ni escribir. En tanto lo weird, entiendo que hay autoras o autores inclasificables que quedan muy bien aquí, como Karin Tidbeck, Iliana Vargas o Édgar Omar Avilés, además de los ingleses que dieron paso al término, que más bien se refiere al new weird, como Miéville o los Vandermeer. Porque weird era Lovecraft.

Cada uno puede ponerse la etiqueta que guste. Yo lo he hecho. Pero eso es algo que depende de los demás. Si alguien después dice que en Latinoamérica se hace Realismo Especulativo Sureño, estará bien.

< proyectos >
Siempre ando trabajando, aunque no termine en buen puerto necesariamente. Estoy con una novela que ha estado muchos años en mi cabeza. Y estoy con ella, esperando que en esta ocasión pueda terminarla. Además, estoy revisando un libro para su publicación este año, que es casi-casi una sorpresa. Es de cuentos, y tiene relación con santos populares y con la violencia de este país. Próximamente se publicarán otros dos libros de cuentos, y es un género que me sigue interesando. Pero trato de que mi trabajo en estos años futuros se relacione más con la novela, pues me interesa explorar ese largo aliento en una búsqueda personal tanto de la prosa como de la estructura de alguna historia que me parezca interesante.

Aún hay muchos proyectos para rato.

Y, finalmente, muchas gracias por la paciencia, por el interés, y por todo esto. Espero haya podido responder con claridad algunas de las preguntas. Nuevamente, mil gracias.



entrevista + edición: chris núñez
foto de portada e interiores: roberto murillo




Prueba de resistencia · Bladimir Ramírez



Platicamos con Bladimir Ramírez, autor de Prueba de resistencia (2022), publicado por el sello Paraíso Perdido. En torno al leitmotiv del deseo entre chicos, Ramírez aborda factores de tensión social como machismo, clasismo, homofobia, discriminación y fanatismo religioso. Sus historias directas, concisas y mordaces expresan crítica social, cierta nostalgia por una niñez imperfecta y un irresistible sentido del humor. El volumen de relatos obtuvo el Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos/Narrativa 2021.

< concepto >
No creo que Prueba de resistencia haya surgido como algo planeado, era muy joven para tener esa idea "total", de un volumen de cuentos. Probablemente tenía la necesidad de explorar situaciones que he visto y vivido a lo largo de mi vida y encontré en el cuento una forma conveniente. Sobre el proceso creativo, creo que comencé a escribir las primeras versiones de algunos cuentos cuando tenía 19 años, casi todas las versiones fueron leídas y trabajadas en dos talleres: Los náufragos de la palabra, que era un taller más bien rudo e informal de puros amigos (yo era el más joven y a veces les iba mal a mis textos) y en el Taller Literario de Casa de la Cultura que coordina mi maestro, Ricardo Sigala. Cada uno de los cuentos tuvo un proceso diferente.

< anécdota y ficción >
Si por anecdótico entendemos autobiográfico y por narrativo entendemos ficción, podríamos decir que el libro es una laguna que se alimenta de dos ríos. El agua se mezcla y los peces se aparean de manera natural, literariamente hablando. Anécdotas no solamente mías, sino también de los míos. Me gusta creer que ese espacio anecdótico/biográfico es una suerte de memoria compartida. Supongo que no fue una decisión, más bien una necesidad. Me gusta reírme del mundo y que el mundo se ría de vuelta. Cuando se trata de temas sociales, la comunidad gay históricamente ha sido la burla. Si pensamos en las representaciones populares de los gays (series, telenovelas, malas películas de ficheras), el personaje que se presenta en la pantalla como homosexual existe únicamente para ser objeto de burla y, en menor medida, objeto de deseo. Quizá por eso en Prueba de resistencia son las voces juveniles y, en la mayoría de los casos, gays, que deciden burlarse de su entorno.

< influencias >
Es difícil decirlo con exactitud, me gustaría creer que de Lemebel he aprendido la transparencia y la cadencia en el lenguaje, que de Arenas, la fluidez narrativa y de Esquivias, la invención, la creatividad de nuevos espacios para que el cuento exista. Por supuesto estoy especulando, es difícil saber dónde termina una influencia y empieza la otra.

Creo que la narrativa mexicana actual e históricamente comparte influencias, temas, estilos y, claro, los vasos comunicantes pueden rastrearse con frecuencia.

Hace algunas semanas releí El llano en llamas, puedo decir que Luvina y Diles que no me maten me parecen cuentos extraordinarios. El ritmo, el manejo del lenguaje, la potencia de las imágenes y la agilidad de ambos cuentos me parecen magistrales. Dentelladas de tigre, de Lucia Berlin, es uno de mis cuentos favoritos; es sarcástico y doloroso en la proporción correcta. La señorita Julia, de Amparo Dávila, es un cuento al que vuelvo con frecuencia, quizás por la locura invisible y la tristeza. Bienvenido, Bob, de Onetti, por la contundencia de una acción que parece que nunca ocurre. Lo mismo podría decir de William Saroyan e Inés Arredondo, son cuentistas a los que regreso y siempre encuentro algo nuevo, algo imposible.

< valores >
Los atributos que yo puedo considerar en el libro son aquellos mismos que han encontrado los lectores, cuando alguien me dice que encuentra en el libro una identificación, una proyección o un espejo, entonces considero que los cuentos cumplen su función. La honestidad de las historias y de los personajes.

Cuando escribí los relatos era muy joven, recién descubría (lo sigo haciendo) cómo funciona un cuento, cómo se dibuja un personaje, cómo se mueve una historia. Los talleres literarios, el rigor con el que mis textos eran leídos y criticados, es algo que siempre he agradecido.

Un desafío técnico en particular era la distancia. Creo que cuando practicamos la autoficción, en cualquiera de sus formas, es importante entender que el yo que escribe y el yo que es escrito son diferentes.

< panorama >
En el panorama mexicano la novela siempre ocupa más estantes en las librerías y en las reseñas. Creo que el cuento poco a poco recupera su fuerza. No podemos negar que en la tradición mexicana del siglo XX tuvimos cuentistas de primerísimo nivel, supongo que a veces olvidamos esto. O bueno, lo olvidan las personas que trabajan en el mercado editorial.

Diría que los desafíos son varios. Para empezar, haber nacido y estudiado en un municipio pequeño como Zapotlán el Grande, un lugar semi-rural, semi-urbano. Actualmente las discusiones literarias están muy enfocadas en las grandes capitales culturales. A eso le sumaría que, aunque existe una fuerte tradición de literatura gay en México, en ocasiones son textos menospreciados por su temática y no por su ejecución, un error que me parece ingenuo e infantil, pues cualquier obra debe ponderarse por su contenido, no solamente por su tema.



entrevista + edición: chris núñez
foto de portada e interiores: bladimir ramírez

La rata con Thinner · Omar Ramírez





Omar Ramírez recopiló 71 relatos de Internet
para integrar la antología La rata con Thinner,
un fenómeno masivo de contracultura digital.

< inicios >
Empecé a escribir mis primeras historias desde que iba en secundaria, aunque eran solo fanfictions de las series de TV que me gustaban, pero solamente escribía por escribir, sin intenciones de hacerlo seriamente y sin respetar mucho la narrativa aunque ya tenía buena ortografía. Se me ocurrían historias que consideraba buenas y también las escribía, luego dejaba pasar el tiempo y volvía a escribir otras cosas. Me inspiraba un poco en los relatos de José Emilio Pacheco que me hacían leer en la escuela y en un inicio trataba de imitar su estilo narrativo, con eso creo que el mío se fue desarrollando hasta que unos años más tarde combiné todo lo que tenía en mi primera novela. Aunque no era buena, me siento orgulloso de ella por todo el trabajo y esfuerzo que invertí al escribirla y porque se trataba de algo que yo hice y fue ahí cuando me di cuenta de que quería dedicarme a esto. He continuado con la escritura de más obras a lo largo de los años, mejorando cada vez más mi narrativa porque tengo intenciones de poder publicar algo y si fuera posible, vivir de ello, pero a pesar de que he mejorado mucho con respecto a mis inicios, sé que aún me falta mucho por aprender.

< antología >
Sucedió a inicios de junio de 2022. No es una historia realmente interesante. La verdad es que no tenía nada que hacer cuando me surgió la idea, es decir, simplemente por ocio me preguntaba qué otros relatos había aparte de La rata con thinner, La cabra en el columpio y demás, y decidí empezar a buscar los que recordaba, pero como no conocía todos decidí preguntar en un grupo de Facebook llamado Shakespeare nos escribió si había más. Nunca me imaginé que al hacer eso iba a causar tanto revuelo. Como ya mucha gente estaba al pendiente de ello, me sentí con la responsabilidad de terminar el libro y tomarme más en serio ese trabajo. Muchos otros me ayudaron pasándome más relatos, algunos propios, hablé con los autores de algunos de los textos y me dieron permiso de usarlos y así, poco a poco, se formó la antología.

Todos los relatos que componen esta antología tienen algo en común: son bizarros, raros, utilizan el humor negro, se burlan de la gente y de sus intentos por sobresalir, pero nadie sabe si todo lo que se cuenta en ellos realmente sucedió. En algunos casos se desconoce al autor, muchos textos ya circulaban por Internet y al parecer hubo varios intentos de recopilarlos todos; sin embargo, pienso que el mío fue el primer intento serio, y el que se hizo más conocido. Muchos de estos relatos tienen bastantes faltas de ortografía, de redacción y de estructura narrativa, en algunos casos tuve que corregir palabras o frases pero tratando de conservar esa esencia que tienen, por lo que en algunos casos hubo la necesidad de dejar ciertas fallas. Hubo también gente que me envió escritos propios para que aparecieran en la antología, pero no encajaban con el mismo estilo de los demás relatos y por eso tuve que rechazarlos.

Varios de estos relatos habían salido de ciertas páginas de Internet que en su momento desconocía. Los autores se pusieron en contacto conmigo y aunque algunos se mostraron felices por su inclusión, hubo en especial uno que no estaba contento con el proyecto. Finalmente, me permitieron publicar los relatos con sus respectivos créditos. Por esa razón anduve buscando hasta donde fuera posible a los autores de todos los relatos, pero en algunos casos resultaba imposible.

Al final había recopilado 64 textos que con el tiempo subieron hasta llegar a 72, y en la versión final que liberé recientemente tuve que eliminar Tripas, de Chuck Palahniuk, porque no contaba con el permiso del autor para subirlo (es decir, el autor no sabía que su historia estaba en este compendio) y también porque siento que aquella ficción tampoco encajaba con el resto de la antología por ser escrita por alguien fuera de Latinoamérica y por tratarse de un escritor profesional que desencajaba con los demás escritos cuya narrativa no está bien lograda. De modo que al final quedaron 71 relatos. Esta versión la he subido a 3 nubes diferentes; son los links oficiales y si la antología se actualiza después, será en estas nubes donde los suba.

Como la antología se volvió viral, mucha gente empezó a subirla a diferentes páginas. No tuve problema con ello porque originalmente estaba pensada para que fuera de libre distribución. Entonces descubrimos que la antología estaba a la venta en Amazon, en una versión física. De modo que, después de consultarlo con los autores para obtener su permiso, decidí registrar el libro en el INDAUTOR (Instituto Nacional de Derechos de Autor) de México como obra recopilatoria y aparecí como el compilador de la misma. He registrado muchas obras mías antes, así que conocía muy bien los procesos, los documentos requeridos y el precio que cobran para todo el trámite.

La gente ya sabe de sobra el contenido que tiene la antología y que es para mayores de 18 años. Todos parecen encantados con ella y me felicitan a menudo por haber hecho ese trabajo. Se siente un poco extraño, pero me da gusto.

< impacto >
Cuando empecé a trabajar en La rata con Thinner, jamás me imaginé que se volvería tan viral. Todos los que la leen sabiendo que su contenido es hasta cierto punto asqueroso, coinciden en que es una obra única, que lo que yo hice marcó un antes y un después en los fenómenos de Internet y hasta bromean considerándola una obra maestra de la literatura universal, comparándola con piezas de alto calibre como El Quijote, La Ilíada y La odisea. He recibido muchos mensajes de felicitación, me piden que les pase el libro y cosas por el estilo. Incluso en el grupo donde nació la antología me entregaron un diploma simbólico por haberlo creado. Mi propia familia se ha enterado del éxito de la obra y también me han felicitado por ella, comentando que la han visto en todas partes en Internet.

Sólo liberé la antología en redes sociales y en Internet pero, según supe después, hubo una presentación con lectura de algunos de los relatos en un restaurante de San Luis Potosí. No tuve la oportunidad de estar presente. Creo que ya le han hecho de todo: una reseña en una página web que cuenta la historia de cómo surgió, varios videos de YouTube donde leen algunos de los relatos, una mención en el podcast de leyendas legendarias, una entrevista que me hicieron para otro podcast en la que conté cosas referentes a ella y otra entrevista para un trabajo escolar que pienso que fue un éxito porque la que me entrevistó ya no se comunicó conmigo, además de la cantidad de memes que le han hecho.

Muchas de estas historias ya circulaban en Internet desde hace años y yo sólo hice el trabajo de compilarlas todas en un solo volumen. Pero también había gente que no las conocía y una recopilación como ésta les llamó poderosamente la atención. Supongo que fue por morbo más que nada; creo que este tipo de relatos nos llaman la atención por ser así como son de bizarros y repulsivos.

En general he recibido críticas positivas, sin contar los reclamos de uno de los autores que se molestó de que sus historias aparecieran en el libro, aunque al final llegamos a un acuerdo. Pero en una ocasión recibí un mensaje anónimo de alguien que decía ser autor de uno de esos relatos (pero nunca me demostró que lo era ni me dijo cuál), me amenazó con demandarme por haber hecho la antología y de ahí ya no volvió a responder. Confieso que sí me saqué de onda porque nunca me había pasado eso. Y también hay otras personas que me critican porque creen que estoy lucrando con la antología cuando no es así. Desde un inicio yo no tenía intenciones de vender la antología, porque sólo uno de los relatos incluidos es de mi autoría. Hubo polémica con algunos de los autores que pensaban que lo iba a vender hasta que llegamos al acuerdo de que me permitirían usar sus relatos a cambio de que el libro no se comercializara y así ha sido hasta ahora. La rata con Thinner es de uso libre y siempre será así, no está a la venta en ningún lado (y como dije antes, alguien más lo subió a Amazon para comerciar con él, pero hasta ahora no ha respondido).

Tras la publicación, los autores no han hablado conmigo más que para felicitarme, y aún siguen publicando en sus páginas de Facebook. Por cierto, la portada la hizo un miembro del grupo Shakespeare nos escribió llamado Alejandro Hernández Jacobo, quien se ofreció para hacer una portada que remitiera a los libros de primaria de los 90’s en México, concretamente el libro de español de primer grado, conocido como el libro del perrito. Justo yo también imaginé la portada del libro con esa ilustración y el fondo amarillo, como parodia de aquellos libros de texto.

< feedback >
La rata con Thinner deja al descubierto varias cosas que suceden en nuestra región, las cuales no deberían de suceder, pero suceden tan a menudo que se vuelven parte de lo cotidiano a tal punto que nos acostumbramos a ellas. Se refleja mucho también la pobreza y las carencias que viven muchos de los protagonistas de los relatos, que al estar en esa situación no tienen de otra más que delinquir, robar o cometer toda clase de actos criminales. A muchos nos parecerá cómico este aspecto de los relatos pero la verdad es que muchas de las cosas que suceden sí podrían pasar en la realidad. Incluso en los relatos que hablan de sucesos paranormales pienso que hay algo de realidad en ellos. Así como también ciertos relatos que son positivos, por así decirlo, que cuentan grandes hazañas, historias lindas o de superación. El libro es un cúmulo de vivencias de todo tipo.

No tengo intenciones de comercializar el libro ni ahora ni después, tampoco de sacar una edición impresa, aunque hay un editor que me ayuda con vender copias físicas a todo aquel que lo quiera, siempre y cuando esas copias impresas sean para uso personal, aunque esto no signifique que esté lucrando con la antología porque él solo está haciendo su trabajo en la imprenta.

Mi relato favorito es el de Historia de amor trans, el único del cual tengo casi una certeza segura de que es real. Narra la historia de amor entre un chico y su pareja trans, pero la forma en la cual narra el desarrollo de su romance y todo lo que vivieron de verdad es muy linda, creo que es el único relato alegre de todo el libro. Otro de mis relatos favoritos es el de La bruja del 48, que narra la historia de una anciana que participa en una maratón; la verdad, se me hizo muy inspirador.

Las cosas que yo escribo no se parecen en nada a lo que aparece en la antología, incluso intenté escribir algo parecido e incluirlo (el relato de La Zarina) pero siento que no salió como esperaba. Sin embargo, ya que no solicité ninguna remuneración económica por hacerla, yo mismo pedí que aquellos que quisieran agradecerme por haber creado el libro, podrían hacerlo leyendo mis propias obras, y sí, tuvieron más lecturas, en algunos casos se ofrecieron a ayudarme con correcciones de estilo y consejos de escritura, pero eso fue todo.

El ser autor de obras literarias me ha acercado con varios autores latinoamericanos que tienen mucho potencial hasta para publicar best sellers pero que no son tomados en cuenta por diversas razones, desde falta de oportunidades, falta de apoyos o a veces hasta falta de confianza en sí mismos. Casi todos ellos suelen publicar en Wattpad, una plataforma muy popular pero con pésima reputación por la gran cantidad de historias de adolescentes que ahí proliferan. No obstante, he encontrado algunas joyas literarias que merecen ser leídas. Muchos de nosotros estamos en la lucha de poder publicar algo y volvernos profesionales, y muy pocos lo han logrado.

Tengo muchas novelas y cuentos, pero me gustaría hablar de dos de ellos, que son los más populares y los que considero mejores. Yatareni es una novela de 3 volúmenes [1 + 2 + 3 ] publicada en Wattpad. Trata de Eliseo, un pasante de arquitectura que se muda a un pueblo homónimo en la provincia mexicana, donde trabajará como asistente de un arquitecto que ahí reside. Aunque al inicio su estancia le parece aburrida, después conoce a un grupo de chicos un poco extraños que disfrutan del manga y del anime, y decide entablar amistad con ellos porque también le gustan esas cosas. También conoce a dos chicas físicamente idénticas llamadas Mayra, aunque diametralmente opuestas en cuanto a personalidad. En sí, la historia trata principalmente del desarrollo de la relación entre Eliseo y una de las Mayras, la más tímida e introvertida, y con ayuda de sus nuevos amigos tratará de ayudarla a salir de la soledad en la que vive.

La segunda historia, también publicada en Wattpad, es una novela corta llamada La brujita que cruzó a mi barrio marginal. Trata de un muchacho de preparatoria llamado Bryan que vive en Ecatepec, México, y es fanático del anime, especialmente de una brujita de anime llamada Larissa, protagonista del anime Maho Shiro. En su cumpleaños, el chico pide como deseo de cumpleaños que su waifu se vuelva real, y el deseo se le cumple porque la bruja Larissa aparece en su mundo y en su vida teniendo diversas aventuras con el chico y sus amigos. Esta novela corta plantea el choque cultural de una bruja que proviene de un mundo de fantasía donde la magia existe, con el barrio marginal donde vive Bryan. Cosas que para nosotros son cotidianas como la música popular, la delincuencia, las groserías y el modo de vida de esa gente, a ella le resulta exótico e interesante.


Para finalizar, me gustaría decir que, contrario a lo que muchos puedan creer, compilar esta antología y que se volviera viral fue un golpe de suerte. Me siento orgulloso de haber contribuido a la historia del Internet latinoamericano. Al inicio no me lo creía, pero ahora soy consciente de que he creado un verdadero fenómeno viral. Y para aquellos que quisieran iniciarse en esto de las obras literarias, les recomiendo que lean mucho, principalmente de libros cuya temática sea similar a lo que pretenden escribir, que escriban aunque lo primero que les salga sea horrible, pero así siempre se empieza, y que nunca dejen de escribir, porque esto requiere mucha fuerza de voluntad, paciencia y compromiso. Quizá haya días en los que la flojera les gane o se queden sin ideas, pero nada es más satisfactorio que ver culminada una obra después de tanto tiempo y esfuerzo, principalmente porque es algo tuyo.


entrevista + edición + ilustraciones: chris núñez
foto de portada: omar ramírez