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Viejos comiendo sopa · Javier Acosta




Javier Acosta posee una vasta obra poética que pone en suspenso las certezas y asume riesgos estilísticos a través de metamorfosis repentinas. El autor nutre su imaginario de la tradición literaria oriental, la reflexión filosófica y el diálogo con la belleza. Viejos comiendo sopa obtuvo el Premio Nacional de Poesía «Juan Eulogio Guerra Aguiluz» 2020, convocado por la Universidad Autónoma de Sinaloa.

< lentitud y belleza >
Hay constantes llamados a la reconciliación del espíritu del tiempo y la belleza. Byung Chul-Han articula mucho de su pensamiento en torno a esa idea. Un arte de la lentitud es necesario, pero esa necesidad es soslayada por la velocidad de escape que nos propulsa y que modula la experiencia humana. Parece una inversión siniestra del llamado de Horacio, el carpe diem, que nos invita a abrazar el día. Ahora lo entendemos como el mandato de vivir muy de prisa, ya que la vida es corta. Tendríamos que aclararlo, en el dialecto del presente: detente, demórate en la anchura del día.

< silencio >
Dice Pascal Quignard que no hay diferencia entre la música y un libro silencioso. El poema ordena musicalmente el discurso mientras suspende el ruido. Todo el que ha leído, también el que ha escrito, lo ha probado; se abre ante nosotros un reino silencioso, al mismo tiempo silenciado por el ruido. El asunto es complejo, múltiple. Tomaré un detalle aparentemente secundario como ejemplo: quien intenta un poema se enfrenta constantemente a las intermitencias de la voz, señaladas por el corte del verso, los espacios en blanco y, de manera decisiva, por la distribución silábica. No es poca cosa. Por todas partes aparece el hiato, la respiración, el resuello del poema. Si todo marcha bien, al escribir abrimos las costuras del lenguaje, que se anega de silencio, de lo que llamaba Lispector la entrelínea.

< inmediatez >
Mi reflejo ha sido distanciarme. A veces pienso que para mí escribir es la mejor coartada para estar solo. En el ámbito cultural y en el resto, he debido lidiar con mi introversión. Por otra parte es inevitable percibir las transformaciones de la escena y las políticas culturales, no es que hayamos estado alguna vez bien, pero considero que la cultura se encuentra especialmente descuidada, incluso desprestigiada, en los últimos años. Se han aplicado formas nuevas del descuido. Ojalá las cosas cambien, pero tenemos buenas razones para el descreimiento.

< postpandemia >
Creo que no soy la persona más al tanto; pero noto muy disminuida la actividad literaria. Creo que las instituciones encontraron una muy buena manera de ahorrar recursos con la organización de eventos en línea. Pero incluso se han suprimido muchas actividades que podrían realizarse en línea, como los talleres literarios. Hablo de mi entorno. No soy una persona muy nostálgica, pero soy adicto al libro de papel, me parece un soporte estética y humanamente todavía no superable, las ferias del libro parecen disminuidas, incluso incómodas; por ello, en peligro.

< metamorfosis >
He reflexionado últimamente sobre el punto, el motivo ha sido la lectura de un libro de Francois Jullien sobre lo que él llama la descoincidencia, se trata, afirma Jullien, de la misma dinámica que guía a la vida (al bíos) y al arte. El movimiento es doble, a partir de una coincidencia, lo vivo se reconoce porque descoincide. Se trata de la lógica de la metamorfosis frente al orden de lo fijo. Es la misma lógica de la creación artística. Lo decía también Leonard Cohen, algo así como "encuentro que una canción va bien cuando dice cosas que no diría, de un modo en que no las diría." Contra esta convicción está la idea de que siempre estamos escribiendo el mismo poema... pero tenemos la responsabilidad vital de buscar constantemente el modo distinto; con fecundo azoro podemos notar que la nueva forma produce nuevos pensamientos, lo que los antiguos llamaban metanoia (el cambio de rumbo del pensamiento), que para mí es el principal regalo que hace el poema a nuestra especie.

< allen >
Creo que en cierto modo sigo ahí, en ese lugar lejano del inicio. En cierto modo. Siento que cada libro que he escrito proyecta su propia sombra; a la sombra del anterior, en varios modos a contracorriente, surge el nuevo libro. Escribí Allen con el escalofrío de quien inicia un viaje sin retorno; sigo ahí, erizado, al inicio de este largo viaje.

< punto de inflexión >
Tengo la impresión de que lo he experimentado varias veces, ese punto de inflexión. Además de mis muchos accidentes biográficos, me afecta fuertemente la lectura de nuevos autores. El encuentro con la poesía china fue uno de esos puntos de inflexión; otro, que me produjo y me produce todavía una perplejidad insuperable, es el descubrimiento de la poesía de Charles Simic. La lista es interminable, los autores del haiku y la estética japonesa, Borges, la filosofía de Nietzsche, los formidables recursos y caminos que abre Anne Carson, el apetito de profundidad y detenimiento que me han despertado poetas como Edmond Jabès y Chantal Maillard; la lectura de los poemas de El guardador de rebaños. Las lágrimas de feliz perplejidad que me depara aún la poesía de Cummings. Recientemente, el descubrimiento de la fascinante Sharon Olds, mi nueva maestra, enseñándome a escribir desde el principio... pero el lastre sigue ahí, todos los días debe lidiar con él, es duro, pesado, multiforme, se traduce en formas. Formas de la cerrazón y del cerrojo. Veo muy claramente la diaria humillación a la que me someten las formas paralizantes, con algunas excepciones que de vez en cuando me permiten una momentánea y retráctil emancipación, siempre con ayuda de esos y otros maestros.

< revisionismo >
Siento que en efecto, se trata de una tarea revisionista y de desmontaje. Confío en el desarmador de la ironía, que no siempre está disponible pero que, cuando funciona, permite aflojar las oxidadas tuercas.

< humor e ironía >
Ayer pensaba, para explicar un punto en mis clases de Estética: la forma en el arte, así como la forma del poema es la del juego. La mayor parte del tiempo sonreía, incluso con maldad, al escribir el libro. Aclaro: los juegos me los propuso el libro y no al revés. El humor se modula irónicamente, como bien lo has observado; en mi caso el humor surge mientras escribo, como una respuesta de la escritura ante la rígida seriedad con que me la suelo tomar, esa ocupación que día a día se me impone como una empresa irrealizable. El humor despeja y revela, como lo descubrió en clave psicoanalítica Freud, pues según él abre la puerta a pensamientos reprimidos que de otra manera no tendrían permiso de aflorar. No sé si sea el término clínico el que debemos aplicar en este caso; tratándose de la poesía creo que el humor abre la puerta a lo no pensado y a la variación. El humor es espontáneo, no sigue un plan, resuelve y transparenta la profunda seriedad sobre la que baila.

< summa poética >
Creo que no alucinas. Sobre todo lo veo en los poemas que abren el libro, que son exploraciones sobre la poesía y sobre la escritura. Muchos de los textos resultan de una indagación en la que buscaba poner a trabajar mis desasosiegos sobre el poema, por ejemplo en Resuello, una definición que atañe a la materialidad respiratoria del verso.

< lo mínimo significativo >
Lo has visto con mayor claridad que yo; de eso se trataba. Por ejemplo en la escritura, que consiste de manera inicial y definitoria en el acto de inclinarse para hacerla. La observación es de William Carlos Williams, en su Paterson. Lo más próximo y evidente puede ser lo más revelador y erizante. Como en la meditación zen, se trata de sentarse, respirar, y nada más. Ese "nada más" se desdobla en nuestra conciencia, de manera tal que inunda el resto de nuestras esferas. El otro ámbito que intuyes, ritmo y tono, es para mí la octava más alta en que resuena y toman nuevos sentidos los elementos mínimos, como la postura, la respiración. Yeats afirmaba, como otros poetas, que la poesía consiste en disponer las palabras adecuadas en el orden adecuado. Nada más sencillo, nada más difícil y enigmático.

< legado y aire fresco >
Necesitaba esa bocanada, sentía que la escritura hacía trabajos de renovación en mi idea sobre el poema. La escritura es como una casa japonesa, con muros de papel, si no la renuevas frecuentemente, se te cae. El libro ha tenido fortuna, desde luego más de la que me esperaba. Ya proyecta una sombra, de ella nace otro libro que se le parece y busca descoincidir; ese es su legado, en lo que a mi diaria humillación respecta. La referencia a la canción de Camille [Le jeune fille aux cheveux blancs] me ayuda, los viejos que comen sopa vienen de Goya y de mi infancia: intenté capturar el tono socarrón y bíblico de las historias que me contaron, en el año del caldo, mis mayores.


De Viejos comiendo sopa

No he venido a enseñarte
a caminar sobre las aguas.
No he venido a enseñarte a multiplicar los panes y los peces.
Ni a transformar el agua en vino.
No he venido a salvarte, dijo,
he venido a pedirte que camines el fuego.

::

LA PUTA DE BABILONIA ES TENTADA POR ATLAS

Puedo aguantar tanto tiempo la respiración.
Puedo aguantar tanto tiempo sin hablar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin cocinar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin pasar el trapo.
Puedo aguantar tanto tiempo sin beber.
Puedo aguantar tanto tiempo sin cobrar.
Puedo aguantar tanto tiempo sin coger.
Puedo aguantar tanto tiempo sin Dios.
Puedo aguantar tanto tiempo sin morir.
Puedo aguantar tanto tiempo sin parir.
Puedo aguantar tanto tiempo sin dejar caer el mundo
que llevo a mis espaldas.

::

TODO SE VA, SI SE VA DE LA MENTE

Todo termina por abandonar el ámbito de la mente.
La vaca ha resuelto abandonar el ámbito de la mente. La yerba
rodadora en mi opinión, lo ha resuelto. El zanate ha resuelto.
La biznaga, se nota. Los dioses resolvieron. Debo incluir
la mosca y el mezquite, el arroz crudo y el arroz cocido,
la espiral logarítmica, el cuadrado aúreo; el marciano y la
estrella, el I Ching y puedo sospechar, humildemente que
la mente
ha resuelto
abandonar
el ámbito
de la cabeza —; de la voz —; de lo que haya sido
como haya sido, la escritura.

::

Un poema es nada
más a veces el cansancio de alguien que no tenía
otro remedio, ni palabra;
alguien dispuesto a no seguir
la corriente del sí, la corriente del no,
dispuesto a probar qué tal está de sal la vieja sopa
del día, de las palabras.

::

EN ADELANTE H.E
—UN ENSAYO—

Un hombre elefante (en adelante h.e.) lleva más bien las de perder.
Como nos deja ver David Lynch en su película, el h.e. no puede
dormir recostado,
su laringe se aplasta, como cuando doblas o pisas una manguera
de forma accidental o adrede. En la manguera es agua, en la
laringe es aire.
El h.e. quería ser algo así como el Hombre de Vitrubio. Acostarse de
lado y boca abajo, al final boca arriba: abrir sus piernas y sus
brazos, sentir cómo se ajusta al mismo tiempo al círculo, a la
estrella, al pentágono.

::

Un hombre hecho y derecho sueña que es una mariposa.
Una mariposa hecha y derecha tiene la pesadilla de ser hombre.
Un h.e. tiene sueños de hombre y pesadillas de elefante.
Me dice por ejemplo el h.e. que sueña mucho el cuento de los sabios
en el cuarto oscuro: la patrulla de ancianos viene cada noche
a su cuarto,
lo palpa minuciosamente, para saber qué diablos es un h.e.
El que palpa la trompa dice: Es la vieja manguera del h.e. cuerpo de
bomberos.
El que palpa los colmillos dice: Es la w más derechita del mundo.
El que palpa el escroto dice: No tiene calentura.
El que palpa la oreja dice: Aquí tampoco hay eco.
Los hombres viejos, sabios y barbados se quedan callados y no
saben si lo han soñado todo, si hay que seguir en ese cuarto
y mantener su sociedad o cada uno volver a su distante
habitación y despertar;
si nuestro viejo dios dejará alguna vez saber con claridad su sabio
parecer.

::

Un h.e. sabe al dedillo la diferencia entre la hora del sueño y la hora
de la muerte.
Mi padre, por ejemplo,
en su última hora
me dijo: Ven, ven,
tu corazón es puro,
el mío está podrido,
es hora ya de reemplazarlo,
ven, ven querido hijo.
Le contesté: Cómo lo sabes.
Me dijo: Porque tienes la fiebre
que me falta. Me dijo: Ven, ven,
querido hijo, es hora ya de reemplazarlo.

::

No es buena idea traer un h.e. al interior de mi país.
A su paso
los niños de la aldea quieren trepársele,
los perros y los monjes inclinan la cabeza,
las parturientas le soban el vientre,
los prestamistas calculan el precio de sus colmillos,
se toman una selfie todos los que tienen teléfono,
los ratones no evitan inquietarlo,
los zopilotes vuelan en círculos sobre su cabeza,
los presidentes se dan discretamente de codazos,
los vendedores de maní sacuden la cabeza.
Montado sobre mí,
mi padre dice:
No recordaba que así fuera el mundo.


entrevista + edición + ilustración: chris núñez

foto de portada: javier acosta


Índex · Samia Farah




ÍNDEX: MUESTRA DE LIBROS DE ARTISTA incluye seis salas de exposición en el CENTRO DE ARTES VISUALES/CAV de MÉRIDA, así como cápsulas de video donde colaboradores de distintas generaciones hablan sobre sus procesos, la publicación de una revista—el número 33 de VÓRTICE—, mesas de diálogo y una serie de reflexiones acerca del libro como concepto y la lectura en un sentido transversal. Platicamos con SAMIA FARAH acerca de su proyecto.

MONTAJE
Estoy muy sorprendida de que los participantes—entre alumnos, egresados de la ESAY y artistas con trayectoria—se hayan sumado.

ESMERALDA TORRES · QUERÉTARO
PATRICIA LAGARDE · CIUDAD DE MÉXICO
LUIS CARLOS HURTADO · CAMPECHE
OMAR SAID CHARRUF · YUCATÁN
MINA BÁRCENAS · CUBA

A varias de las artistas de la ESCUELA SUPERIOR DE ARTES DE YUCATÁN/ESAY les di clases [ANNA KAREN MIRANDA, ARIADNE GUZMÁN, VALERIA SÁNCHEZ, MEGHAN CARDEÑA, YUKARI UZETA, MARIJOSE ROMERO, SOFÍA PAREDES], de modo que fue posible observar su evolución y una curva de aprendizaje. En sus investigaciones encuentro varias posibilidades y a partir de estos antecedentes ya sabía qué esperar. En total, fueron dos semanas de montaje durante las cuales hubo bastante comunicación y acompañamiento total. Pensamos en ÍNDEX como un proceso de aprendizaje, tanto para las artistas como para mí.

Es mi primer proyecto curatorial de cero, y fue una experiencia de vida y aprendizaje. Una ARQUITECTURA de emociones y contrastes de escalas. En este caso, utilizamos todo el equipo que había: capelos, bases, mandé a hacer mobiliario que diseñé, se produjeron piezas para algunas artistas, así como la mesa de consulta. Al final, el público abrazó y entendió muy bien la exposición.

INTERDISCIPLINA
No estamos encontrando el hilo negro del libro de artista, práctica que lleva décadas desde el DADAÍSMO, y ahora ha tenido un revival gracias a su multiplicidad de medios y soportes. Por eso es tan atractivo para los artistas. Sobre todo me interesaba plantear el dispositivo que permite generar un proyecto editorial y explorar medios instalativos y performáticos. El libro de artista plantea la cuestión de las VIDAS DE LA IMAGEN según la cual una misma imagen, concepto o serie puede vivir en distintos soportes/medios y este ejercicio es una gimnasia mental para que el artista visualice otros caminos.

ESPACIO
La planeación duró aproximadamente 6 meses. Había artistas cuyos procesos entraban a la práctica editorial, o con piezas ya existentes de fanzine o libro objeto que me interesaban puntualmente. Y a otros se les invitó a realizar ex profeso una intervención in situ. En general, elegí artistas con obra realizada de forma honesta y transparente. En cuanto a los puntales de la muestra, había cosas ya establecidas, que sabía cómo iban a funcionar, y otras que me interesaba que sucedieran en el espacio a partir de la reflexión expositiva, museográfica y procesual.

Asimismo, dentro de la exposición se realizaron varias CÁPSULAS DE VIDEO para aquellas piezas que no se pueden consultar, de modo que los artistas hablan de sus procesos y de cómo entienden el libro en tanto dispositivo para llegar a otros lugares.

MUSEOGRAFÍA
Hice un guión museográfico que ya incluía casi toda la DISTRIBUCIÓN solucionada, pero OMAR SAID CHARRUF definitivamente tiene mucha claridad en cuanto al espacio. Fue un trabajo mano a mano que sin él no hubiera podido concretarse. El proceso fue bastante orgánico, porque una vez reunido el cuerpo de obra había un hilo conductor. No tenía la intención de agrupar/encasillar por temáticas pero estas surgían a partir de la memoria como punto de partida, como aquello que se construye por la acumulación de los archivos, el objeto encontrado, el objeto de infancia, el archivo familiar. Empezaron a manifestarse estas líneas conductoras que prácticamente me guiaron al momento de establecer la distribución y el diálogo entre las piezas.

CUADERNOS
Un hito curatorial fue la presencia de los CUADERNOS ESCOLARES de ESMERALDA TORRES; son seis piezas que agrupadas en duplas generaban un tipo de narrativa en conjunto con lo que habitaba las demás salas. Por ejemplo, en la primera sala vamos a ver el cuaderno de Español asociado al concepto de árbol, con la idea del rizoma que es donde todo empieza, y el de montón con el cuaderno de Matemáticas, si pensamos en el acto de acumulación. Vemos también piezas de VALERIA SÁNCHEZ sobre la memoria de los objetos—cápsulas del tiempo, laberintos, mapas que se despliegan—, la bitácora expandida de ARIADNE GUZMÁN [RAM: RANDOM ACCESS MEMORY] y el fanzine ESCAPAR DE CASA, de ANNA KAREN MIRANDA. En la sala 2, se incluyen los cuadernos de Geografía e Historia, junto con las POSTALES DEL MUNDO FLOTANTE de SOFÍA PAREDES, y así sucesivamente.

LIBRO
Si bien JOHANNA DRUCKER concibe el libro de artista desde un ESPACIO MÚLTIPLE, hay teorías que dicen: el libro de artista es libre, pero su soporte debe ser el papel. O hay reglas y parámetros desde donde se mueve. O señalan que debe ser una secuencia de imágenes que planteen cierta narrativa lineal. Por lo menos quienes participamos en ÍNDEX, planteamos el libro de artista desde una base conceptual con absoluta libertad en cuanto a la noción de libro, es decir, todo aquello que demande una lectura. El mismo material exige cierta lectura, respira y posee narrativa.

STORYTELLING
La narrativa como tal ocurre a distintos niveles: la historia que cuenta el objeto, la historia de la secuencia de imágenes—más parecida al cine—, la historia a partir de la palabra y de piezas evanescentes. Aunque hay muchos proyectos que nacen de la literatura, también se incluyen libros digitales, de luz y de tela. Me parece que vivimos en una época donde la lectura no se remite al libro ni a lo literario, sino a la noción de leer: el espacio, el clima, a los ojos de otra persona. Es una constante de vida.

Así nos encontramos con obra de MEGHAN CARDEÑA, que involucra un libro bordado en formato de archivo familiar [CARTOGRAFÍA DE UN ROSTRO AUSENTE] y una instalación [CUBRE LA MEMORIA] a partir de un vestido, fotografías intervenidas y grabados en punta seca. Y de YUKARI UZETA, que trabaja con tejido intuitivo, collage y fotografías en una pieza de carácter performático [ME DESANGRO].

Pero lo mismo encontraremos CARTAS AMOROSAS de LA DUPLICADORA, una interpretación visual de LA METAMORFOSIS DE KAFKA, cortesía de PATRICIA LAGARDE, fotografías de MINA BÁRCENAS u OMAR SAID CHARRUF, libros objeto para coleccionistas como UN VIAJE EN ZEPPELÍN de YANI PECANINS y AMIDAKUJI de ÁLEX DORFSMAN, y bitácoras de LUIS CARLOS HURTADO y una servidora, ENTRE OTROS.

ARCHIVO
Trabajé mucho tiempo con archivo familiar, hasta que me di cuenta de que me interesaban esos espacios en blanco. No acceder a la historia real, sino armar una propia. Ir a los anticuarios, escoger imágenes, crear narrativas, modificarlas a través de la pintura, escribir los textos. Es como un juego. De repente tomo elementos de mi contexto, de mi familia o de mí misma, y los transformo en otra cosa. Actualmente estoy trabajando con OMAR en el cortometraje de TROPICALIA.

DIFUSIÓN
Quienes tengan interés en conocer más sobre ÍNDEX, pueden visitar nuestras redes sociales [FACEBOOK + INSTAGRAM], así como las intervenciones de los colaboradores acerca de su obra, en YOUTUBE. En su momento organizamos mesas de diálogo con ESMERALDA TORRES y ARTISTAS de la ESAY. Y el pasado 4 de DICIEMBRE presentamos el número 33 de la revista VÓRTICE, que reúne artistas de ÍNDEX y varios fundadores.

DUDUMDUSH ideas colectivas


SAMIA FARAH (Campeche, 1990) es arquitecta. Estudió la Maestría en Producción y Enseñanza de Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Su producción aborda una investigación sobre el trabajo con archivo encontrado y construido. Becaria del programa Jóvenes Creadores, FONCA en la especialidad de Pintura, ediciones 2019-2020 y 2017-18. Premio de adquisición Zona Sur, Movimiento Plástico (FORCAZS) Mérida, Yucatán (2018). Primer lugar en el III Premio Estatal de Artes Visuales "Enrique Herrera Marín" (2014). Becaria en la categoría Jóvenes Creadores-Pintura del PECDA, Campeche (2013). Su obra se ha expuesto en el Festival internacional de arte contemporáneo A-PART Alpilles, Francia. En el Salzburger Kustverein (Salzburgo, Austria), en la Bienal de la Habana, Cuba. Y en las ciudades de Oaxaca, Aguascalientes, Colima, Puebla, Campeche, CDMX, y Mérida. Actualmente imparte el taller de dibujo en la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY).

ÍNDEX: MUESTRA DE LIBROS DE ARTISTA cuenta con financiamiento del programa
Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC).


Edición de textos: Christian Núñez · Fotos: Omar Said Charruf /Samia Farah

Cuando las luces aparezcan · Roberto Abad



Cuentos distribuidos en mitades simétricas y extrañas, en todos los sentidos.
Roberto Abad, autor de Cuando las luces aparezcan, nos despeja varias dudas.

Publicación
He pasado por una serie de emociones que en su mayoría es positiva. Pasaron cinco años desde mi primer libro y había perdido de vista cómo era esa interacción que se genera en torno a la obra; quizás es que soy medio distraído. En suma, me siento contento porque creo que pese a las condiciones de la pandemia, que son adversas más en unos contextos que en otros, mis cuentos han tenido muy buen recibimiento tanto por lectores que suelen leer literatura fantástica usualmente como por aquellos que han decidido darle una oportunidad recién a este género. Pienso que incluso al libro le ha "beneficiado" de alguna manera el que saliera en este momento de la historia del mundo que, en un inicio, se comparó con un escenario de ciencia ficción (me sigue pareciendo algo soso el comparativo).

Coordenadas
Pienso que mi escritura tiene una raíz muy clara en cuanto a la exploración que intenta de lo sobrenatural. Esta búsqueda se relaciona, desde mi punto de vista, con la tradición latinoamericana, que fue muy importante en mis inicios de lector. Encontrar los cuentos de Bioy Casares, Cortázar o Amparo Dávila, o los que vienen en esa gran antología del cuento extraño, compilada por Rodolfo Walsh, fue un acontecimiento y les tengo un gran cariño. A su vez siempre me ha interesado el contrapunto del realismo norteamericano. Cuentos como los de John Cheever o Flannery O'Connor, o más recientemente Lorrie Moore, han marcado mi forma de ver la escritura. Y, por tanto, hay valores de esta narrativa que trato de poner en práctica, como la tensión o los acercamientos profundos a la psicología de los personajes. Lo hago pero sobre un telar fantástico o de ficción extraña. Es curioso que me sienta atraído por el realismo para contar historias sobrenaturales. Ana Blandiana, otra de mis predilectas, dice que lo fantástico no se opone a lo real, sino que constituye su extensión más llena de significados. Estoy de acuerdo. Siento que esas dos tradiciones han llevado el cuento muy lejos y me interesa pensarlas desde adentro.

Imaginario
En lo que escribo están muy presentes el cine y la música. El cine es una de mis actividades favoritas, me nutro mucho de él e intento ver de todo, especialmente terror porque me causa un placer muy similar al que surge en algún momento de la escritura. En ese sentido, directores como David Lynch, Theo Angelopoulos o Lucrecia Martel me han mostrado varias formas de escritura.

La música me acompaña desde chico. Crecí con instrumentos musicales a mi alrededor. Cuando escribo, me guío por el sonido y el ritmo. Me gustan las historias que aprovechan estos elementos.

Tengo un apego al cuento que no siento con ningún otro género. Siempre me ha obsesionado. Mis referencias en ese sentido suelen ser de autores que lo practicaron o que hicieron algún relato genial. Por ejemplo, vuelvo constantemente a Inés Arredondo, que fue una de las grandes cuentistas mexicanas de siglo XX. También regreso a Chéjov cada tanto, porque supo resolverlo todo.

Diálogos
Lamberti forma parte de una generación de escritores argentinos que leo con mucha emoción. Además de él, puedo mencionar a Falco, Enriquez, Schweblin, Harwicz, entre otros que seguro se me están pasando. Me siento muy identificado con la imaginación inquietante de estos autores, y con la manera en que han sabido leer, reinterpretar y cuestionar obras canónicas del género. Así que, definitivamente, hay cierto diálogo con esa literatura, que a su vez tiene resonancias de la tradición norteamericana.

Amat Escalante no me gusta mucho. Me desespera, y eso que aguanto bastante las escenas lentas. Así que mejor me quedo con Lamberti.

Sobre lo unheimlich, me parece que todos los que intentamos hacer literatura fantástica sentimos en algún momento una suerte de fervor por el ensayo de Freud, en el que desentraña ese término y te da algunas luces sobre lo siniestro. Aunque con el tiempo uno toma distancia o se encuentra con otros acercamientos teóricos, para mí sigue siendo un referente.

Proceso
Tengo temporadas en las que siento una gran atracción por ciertos temas. Digamos: el bosque, el agua, la oscuridad. Suelen ser muy genéricos, lo cual me da la oportunidad de abarcar otros tópicos sin dejar que se pierda el principal. Esto me ayuda a ordenar un poco el proceso y encaminar las historias. Así pasó con estos cuentos. Me sentí tentado a escribir sobre extraterrestres y me vi de pronto investigando, leyendo, releyendo, repasando las películas que vi de niño, tratando de rascar en mi pasado–siempre me apasionó–, y preguntándome desde dónde iba a entrarle a este tema que es en sí un subgénero. Hay tanto y tan bueno, que basta un clic para descubrir libros importantes. Al principio me cohibió, pero no dejé de escribir y poco a poco me fui dando cuenta de que era un asunto más personal de lo que creía.

Familia
Mantengo una conexión especial con Historia sobre mi familia, cuento que abre el libro. Y es que quizá se trata del relato donde pongo más de mí, de mis vivencias, cosa que suelo evitar, no me gusta ese tipo de literatura que te expone. Sin embargo, creo que siempre hay elementos útiles para la ficción. Es cierto que a mi padre le dio un derrame cerebral cuando yo era niño; fue muy complejo darle una explicación en esa época al hecho de que de un día para otro él dejara de ser quien era, del tal modo que crecí con una serie de cultivo de misterios que me hicieron tener que asumir que en todas las historias existe un vacío.

Géneros
Aunque era tentador hacer homenajes y guiños a los grandes maestros de esta literatura–algo muy común en nuestro país–, preferí integrar algunas referencias culturales que habían sido vistas con un dejo de inferioridad o que pertenecían a otros ámbitos no necesariamente literarios. Me gusta la idea de que cualquiera pueda entrar en una casa y sentirse cómodo sin tener que saber de qué están hechos los muros. También me gusta que los relatos pierdan esa distinción entre un género y otro. Claro que es algo que le debo al descubrimiento de la ficción extraña, donde hay una consigna implícita: haz lo que te dé la gana. Varios de mis cuentos obedecen este principio, y quizá por eso existen esos contrastes de atmósferas y de tonos, y entonces puede haber ciencia ficción y terror, o fantástica y noir a la vez.

PostCovid-19
No tengo una noción exacta de cómo cambió el panorama editorial. Para mí siempre ha sido difícil tener condiciones para escribir y publicar, y no soy para nada el peor caso. Yo veo siempre corriendo a mi editor, y él me dice que está apurado. Creo que en un inicio de la pandemia pudo ser más complicado, pero ahora hay nuevas dinámicas. Dudo que desaparezcan las presentaciones virtuales como forma de promoción. En cuanto a las publicaciones, no lo veo tanto como un filtro darwiniano. No sé, creo que ahora hay más espacios que nunca para publicar un texto, claro que también tienen que ver las expectativas de uno.

Ebook
Por supuesto, no salir a la calle nos impedía visitar las librerías, y entonces emergió el ebook como un aliado seguro. Pero también se abrieron muchas oportunidades para el podcast y el audiolibro. Creo que ahora muchos de nosotros estamos al tanto de las plataformas donde se suelen escuchar este tipo de materiales. Pienso que es positivo el que existan otros formatos. El siguiente paso, a mi parecer, es cómo hacer que sean más accesibles para todos los públicos.

Desafíos
Para mí el principal desafío para escribir es escribir. Llegar a ese momento en el que te sientas y dices OK, lo voy a hacer me resulta ya un logro. Quizá lo digo porque siempre estoy quitándole horas al resto de mis actividades para poder hacerlo. Me lo reprocho. También he pensado que en realidad se escribe cuando no tiene que escribirse, eso me funciona. Ahí encuentro un poco de consuelo.

Paraíso Perdido
Hemos encontrado una buena correspondencia. Mantenemos una dinámica muy flexible y abierta a las propuestas. Me gusta mucho que exista esa apertura. Tuve la posibilidad de elegir la ilustradora de la portada, que es Jimena Estíbaliz, y en general me sentí parte del proceso de edición. Creo que las editoriales independientes tienen una mejor recepción de escrituras diferentes, que salen de las tendencias, y Paraíso Perdido se está identificando por eso.

Teaser
Casi todo el tiempo estoy reescribiendo cosas, y releyendo. Ahora estoy con un proyecto de cuentos extraños, algunos de terror, otros no sé bien cómo clasificarlos, pero en todos hay angustia. Creo que son solo tramas inquietantes.


Roberto Abad. Cuernavaca, Morelos, 1988. Escritor y músico. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Educación (UAEM). Ha publicado en diversas antologías y medios nacionales e internacionales; varios de sus microrrelatos fueron traducidos al francés y al portugués. Su libro de cuento brevísimo Orquesta primitiva fue publicado en 2015 por el Fondo Editorial Tierra Adentro. En 2018, ganó el XI Premio Nacional de Narrativa «Ramón López Velarde» por su libro Cuando las luces aparezcan. En 2019, fue becario de la f.l.m., en el área de narrativa. Coordinó el proyecto Breve manual del libro fantástico (UAM Cuajimalpa, 2020).

Edición de textos: Christian Núñez · Imágenes: Cortesía del autor


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