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Mi cuerpo, mi casa · Monserrat López Macías



La obra visual de Monserrat López Macías (Chiapa de Corzo, Chiapas, 1988) explora temas como la identidad y el espacio íntimo con un lenguaje cercano al pop art.


PUNTO DE PARTIDA

Cuando reflexiono acerca de cómo llegué a las artes visuales, mi conclusión es recurrente. Llegué ahí por mero acto de pulsión, y con el tiempo comprendo que estaba en la búsqueda de procesos de análisis internos. Sucede que crear involucra prácticas simbólicas, ejercicios de autotransformación y expresiones de identidad.

TRABAJO Y ESFUERZO

Hay personas afortunadas que desde temprana edad reconocen qué prácticas disfrutan en la vida. No formo parte de ese grupo privilegiado. De todas formas, debo reconocer que el aprendizaje académico solo es un fragmento de la construcción del lenguaje profesional. Quizá pude haber aprovechado varias experiencias de haber sabido qué quería, pero hay otros fragmentos en la vida de donde proviene la información que nos nutre primeramente como seres humanos y que se ve reflejada profesionalmente. Todo dependerá de la situación de cada uno. Por experiencia podría decir que vale más la formalidad o la importancia que uno le aporte al esfuerzo propio frente a la idea de que invertir tiempo, dinero y energía en prácticas artísticas es un trabajo y mereces recibir algo por ello.

PROYECTOS, DISCIPLINAS

Los proyectos que he materializado abordan conceptos próximos hacia la formación de la experiencia humana: cuerpo, sueño, conciencia, memoria, casa. En cuanto a disciplinas, las más recurrentes son gráfica y fotografía. Las disfruto porque implican la suma de fragmentos. Son procesos de producción que permiten hábitos de construcción como cortar, pegar, deshacer, multiplicar, reproducir. He participado en proyectos de autogestión; uno de ellos, Lunar, fusiona el diseño y el arte. Es un fragmento de mi trabajo profesional donde colaboro con amigos/colegas.

PROCESOS CREATIVOS

Puedo identificar en retrospectiva algunas pautas. Tengo cierto conocimiento de la vinculación de mi vida personal con procesos de creación pero no necesariamente me percato, inmediatamente, sobre la profundidad que esto representa. El cuerpo es muy sabio, ha sabido actuar intuitivamente, y debo mencionar que los ejercicios de reflexión motivan hacia la conciencia. Los procesos más placenteros y productivos provienen de un profundo diálogo interno. En cuanto a resolución técnica, no me considero una persona de método. Eso puede retardar el orden de ideas para la construcción final.

INSPIRACIÓN Y LUCIDEZ

La inspiración es un momento espontáneo de lucidez. Es decir, ocurre de forma abstracta, y el trabajo es pragmático. Con el trabajo constante, las habilidades se van amplificando. Creo en la interacción entre el individuo y la realidad. Eso abarca ambos ambientes de percepción para el desarrollo de procesos creativos. No son inseparables, se dan de forma paralela.

CASA

Relaciono el símbolo casa con mi obra porque proyecta lo que mi cuerpo performa en esta etapa de mi vida. Finalmente, me habito en un espacio íntimo, seguro y equilibrado. Sentir el cuerpo como tu hogar involucra sentir aceptación, y es resultado de un constante diálogo introspectivo. En mi caso, es el apogeo que había anhelado. Por eso me resulta significativo.

REFERENCIAS

Sí, claro, tengo muchas, y las que me falta por descubrir. Por ejemplo, artistas; Francesca Woodman, Cristina Lucas, David Hockney, Lisa Kokin, Graciela Sacco. En cuanto a teóricos, he tenido cierto contacto con Simone de Beauvoir, Marta Lamas, Judith Butler, Sigmund Freud, Erik Erikson, Carol Gilligan, Alice Miller. Por el momento me encuentro vinculada con la propuesta La Casa del Yo de Alexandra Maria Morim Barbosa y La casa como imagen del ser, de Katherine D. Rosario.

VIVIR EN YUCATÁN

Durante mi desarrollo, inoculé pensamientos individualistas que no ofrecían una preocupación por el intercambio de información. Esas posturas solo llevan a un camino de limitaciones. Si no ofreces ambientes que motiven el diálogo, resulta difícil entablar vínculos colectivos. Me parece que reflexionar acerca de los factores que propician el enajenamiento es unos de los primeros pasos para hacerme responsable de lo que sucede en mi contexto. Los siguientes están relacionados con el diseño de estrategias, crear alternativas que re-direccionen hacia la empatía y el trabajo solidario. También podría mencionar que, en muchos casos, el artista realiza un trabajo paralelo que permite y solventa la producción personal, pero no creo que sea un caso exclusivo de Yucatán. Fortalecer el pensamiento de profesionalización en disciplinas artísticas también significa un reto. En cuanto a las satisfacciones de operar en Yucatán, la seguridad y el ambiente natural son dos grandes ventajas. Puedo asistir a eventos, desplazarme—en fin, es un lugar tranquilo.

GESTIÓN CULTURAL

Creo que es necesaria para establecer lazos, es una vía para fortalecer el tejido social. Me he percatado de la importancia del uso del espacio público y reconozco el esfuerzo de los compañeros que lo ponen en práctica. Implica tener contacto con otras disciplinas, saber que todas aportan y son significativas. Por otro lado, la autogestión de proyectos es un reto y, al mismo tiempo, una estrategia productiva para asumir realidades y ofrecer opciones.

CAMBIOS

En general, sugiero el desarrollo de comunicaciones cordiales tanto de forma intrapersonal como interpersonal. Permitirnos encontrar más preguntas que respuestas cuando intercambiamos ideas en ambientes de aprendizaje me ha significado la posibilidad de ampliar caminos. En cambio, darse a la tarea de hallar respuestas objetivas solo me ha llevado a frustraciones absurdas. Básicamente, mi consejo es permitirse el movimiento, ya sea de forma interna o externa. Si bien no todos tenemos un plan de vida estructurado, conforme uno se mueve van surgiendo situaciones de gran relevancia profesional. Pero no se queden estáticos, pues habrá un desfase con el tiempo interior/exterior que uno vive. Por último: no sean aferrados, comprendan que los cambios en diversos aspectos de la vida son necesarios para nuestra transformación.










De la serie Mi cuerpo, mi casa.

Fotografía digital, 2016.

IMG1: 25x34cm – IMG2: 55x45cm

IMG3: 35x42cm – IMG4: 25X39cm

Todas las imágenes: Cortesía MLM


La transmutación de la materia · Aidee de León


En su obra reciente, Aidee de León (Ciudad de México, 1979) reflexiona sobre el ser a través de la materia pictórica en movimiento.

FLUIR
Más que nunca, mi obra reciente es vivencial, ya que tuve una pérdida muy importante en mi vida, mi amada bebé Luna. Llegué a tocar el otro extremo de lo que conocía como realidad, y gracias a un proceso terapéutico logré salir de la crisis tras entender la idea de transmutación, que va más allá de un concepto de cambio. En su amplitud, conlleva la acción primordial de la existencia, de entender qué somos—seres espirituales compuestos de un interior tan infinito como la realidad exterior. Que el todo es un continuo fluir en donde se encuentra el mundo de las formas (el nuestro físico) y las dimensiones de lo informe.


TRANSMUTACIÓN
En esta serie de piezas, el tema de fondo es la transmutación de todo al todo en infinito. Antes trabajé la materia tangible; ahora, la intangible. Las composiciones reflejan el estado creativo del presente donde se unen la razón, lo sensorial, emocional e intuitivo. Donde el tiempo del reloj no existe.

KANDINSKY, ROTHKO, MOTHERWELL
Me considero una artista posmoderna, porque en este mundo de la información, la percepción y el sentir, me identifico con la estrategia de la evocación de ideas o aplicaciones de otros artistas. Creo que hay una riqueza mayor si las digiero y genero pintura propia. Por ejemplo, tengo una afinidad profunda con el magnífico pintor ruso Wassily Kandinsky (1866-1944), quien fue el primero en hablar de espiritualidad en la pintura. En su libro Sobre lo espiritual en el arte (1913) formuló la idea de una pintura autónoma, liberada del objeto que describe. Mi interés se encuentra en su última etapa, donde su ser y su razón generan vida pictórica. A mi consideración, de la mejor pintura en la historia del arte. Respecto a Rothko y Motherwell, en su obra hay más muerte que vida. Rothko llegó al extremo tanto en su pintura como al final de su vida, pero no me interesa la tragedia de sus pinturas negras. Lo que retomo es el recurso de la transparencia, como una alusión a la espiritualidad que le interesó en la etapa que lo ubicó dentro de la historia del arte. Me interesa cómo genera esa vibración del color por sobreposición transparente, cómo transmite ese sentir por medio de recuadros de color. En el caso de Motherwell, me apropio de la iconicidad que le dio al color negro en sus elegías. La elegía es la materia negra que sostiene el universo y complementa el resto de las emociones.


KANAZAWA
En el campo de la abstracción, no me parecía coherente emplear la perspectiva porque imita el espacio real. En esta búsqueda por generar una espacialidad en lo no representable, estudié la pintura japonesa. Afortunadamente, me fue posible acudir a una estancia en Kanazawa, donde pude ver de cerca pintura, grabado, caligrafía, etc. Así noté e incorporé a mi trabajo una espacialidad por jerarquías de escala, y mayor cantidad de colores planos en las composiciones.


SEFCHOVICH, FROMM, SCHELLING
El trasfondo teórico de este proyecto se conformó con la ayuda de autores como Sara Sefchovich, quien despliega un entendimiento por el ser desde la mujer en vastas reflexiones de conciencia. De Erich Fromm, me quedé con sus posibilidades de expansión del ser en lo emocional, intelectual y sensitivo. Gandhi como ejemplo de vida—de las más grandes posibilidades del ser en el mundo de las formas—menciona una frase que me activa y provoca la necesidad de contestarla de forma individual: "Hay dos momentos importantes en la vida, cuando se nace y cuando se encuentra el sentido de la existencia." También retomé algunas reflexiones de Friedrich Schelling, quien menciona que el ser es visto como la voluntad que se contempla a sí misma en la libertad total. En cuanto a la idea de libertad, también revisé los textos de Nelson Mandela durante su estancia en prisión, donde destaca que no estaba preso: su ser era más libre que las personas que lo tenían encarcelado.

PROCESOS CREATIVOS
Mis procesos han sido variados desde que comencé en la pintura. Los últimos habían sido intereses teóricos y de artistas o períodos artísticos en concreto. En función de ello acudía a las fuentes y planeaba viajes que enriquecían el objetivo primario. Durante este proceso de investigación, hacía registros fotográficos y, a veces, empleaba la computadora para resolver o generar piezas específicas.

Nunca concebí la tragedia como detonador de un proceso creativo, ni que de la más profunda tristeza aprendiera muchas más cosas de lo que soy globalmente. Antes creía, como René Descartes, Pienso luego existo. Pero, ¿qué es existir? Cuando se ama, se imagina, se intuye, cuando se es generoso, se crea, se vive una obra de arte, hay una conciencia superior a la razón. En todo esto, el ser global está expresándose.

La transmutación de la materia se inaugura el próximo 1o de Diciembre en Lux Perpetua Art Centre.



Todas las imágenes: Cortesía Lux Perpetua
La transmutación de la materia n. 9 (2016), acrílico y óleo/tela, 100 x 150 cm
La transmutación de la materia n. 4 (2016), acrílico y óleo/tela, 150 x 150 cm
La transmutación de la materia n. 5 (2016), acrílico y óleo/tela, 150 x 150 cm


¡Canta, herida! · Gabriel Rodríguez Liceaga


Autor de una prosa fresca y concisa, Gabriel Rodríguez Liceaga (Ciudad de México, 1980) rastrea las problemáticas del México actual en sus historias. Su libro de cuentos más reciente, ¡Canta herida!, recibió el Premio Nacional Agustín Yáñez 2015. Sin duda, una lectura necesaria.


RUTINA

Soy bastante perezoso. El apagón analógico me abrió las puertas de la televisión pública. Le he agarrado un gusto malsano al programa de Omar Fierro donde cocina. El tipo es un adorable cascarrabias. Pierdo el tiempo viendo la mayor cantidad de juegos de futbol posible, si quedan ceros me pongo a escribir para mantener una suerte de equilibrio, una especie de justica que ni yo tengo tan clara. Leo al despertarme, leo de ocho a diez de la noche rigurosamente. Estoy tratando de no conectarme tanto a redes sociales. Yo pensaba que el alcohol me ayudaba a deshacer nudos narrativos, ajá, de manera epifánica. Pero mi doctor ya me dijo que esa es una pendejada y que me estoy destrozando los nervios a sorbos. Llevo varias semanas sin beber entre semana y eso me ha hecho recuperar las mañanas. Ando revisando una novela a pasos apresurados. Ya casi la termino. Soy muy riguroso en la escritura de mi columna semanal en maspormas, mis martes por la noche están enfocados a ello apenas terminan de cacarear Los Protagonistas.

¡CANTA, HERIDA!

El libro se compone de doce cuentos que fueron merecedores en su conjunto del Premio Nacional de Cuento Agustìn Yáñez 2015, bellamente editados por Paraíso Perdido, editorial independiente orgullosamente jalisciense. En cada uno, si bien soy necio al respecto de mis temas, intento estructuras cuentísticas distintas entre sí y, creo, diferentes a mis trabajos previos. A final de cuentas escribir cuentos es formular una teoría cuentística que te toma toda la vida. Por eso el Cuento, es el más generoso de los géneros. El más estricto, también. En el título de este tomo se esconde a la vez una clave: en estas historias narro tópicos que me son muy relevantes y dolorosos, son heridas frescas: vertí mis preocupaciones humanas vigentes en este puñado de tramas.

UNA BOLSA DE BASURA INDESTRUCTIBLE

De la nada venimos y a la nada vamos, la vida es una pasión inútil. Oye, pero eso no está necesariamente mal, es incluso liberador. Aspirar a la posteridad es uno de los principales problemas de los autores poco serios. Es de muy mal gusto seguir vivo. Lo he dicho antes, uno no muere pensando "bueno, pero me gané los Juegos Florales de Ocotlán e hicieron una película con mi cuentito", uno –idealmente– muere pensando: "vaya, le dediqué mi vida entera a la palabra escrita. Estuvo suave pero debí comer más helados…" Realmente escribir un libro es dejarle una maldición a la humanidad. Uno desaparece de pronto pero los cuentos permanecerán empolvándose en el mundo de los vivos. Dejas una bolsa de la basura indestructible, dicen que el unicel jamás se descompone, ¿no? Escribimos castillos de unicel para las cucarachas del fin del mundo.

COMPAÑÍA

Escribir me ha ayudado a sopesar mis limitaciones humanas, espirituales, literarias e incluso, quién iba a pensarlo, escriturales. La compañía de mi clan de autores (presentes en cada una de mis sonrisas, turba hacinada en un rincón de mi corazón) sirve para darme cuenta de que la competencia no es justa. Jamás escribiré algo tan monumental como Por quién doblan las campanas o Mientras Agonizo o Noticias del imperio. Vaya, ni siquiera existe competencia alguna.

FIGURA PATERNA

Me gusta creer que mi figura paterna es a quien leo. Mi padre, a quien leo. Este ha sido un gran año. Me he estimulado con autores que ensancharon los límites de los que hablaba hace rato. Tuve la oportunidad de leer cuentos de Flannery O´Connor y de Dorothy Parker. Pude dedicarle un mes de mi vida a ese monólogo de 600 páginas que es Gran Sertón: Veredas de Joao Guimaraes Rosa. Obra maestra indestructible, se me enchina la piel nada más de evocarla. Por fin leí Crimen y Castigo y Falconer. También leí recientemente cuatro libros seguidos del planeta llamado William Faulkner. Los invictos es emocionantísima, dura, gloriosa. Leí los grandiosos cuentos de Parra, de Ortuño. Las bellas crónicas escritas por de Mauleón.

ELEMENTOS DEL CUENTO

Lo más importante es entender que todos tenemos un inicial tema del qué hablar y es sobre nosotros mismos. Hay que escribir sobre lo que es real, sobre lo que nos duele. Escribir sobre lo que nos duele de manera que la herida sea tan profunda que acabe por dolerle a todos. Yo les diría a los entusiastas de la creación literaria que empezaran a escribir precisamente con el pie izquierdo, desde la humildad y la disciplina. Eso sí, que jamás empiecen a teclear si no saben en qué acabará el relato. Es muy evidente cuando el autor no tiene tan claro qué chingados le pasará a sus personajes. La regla de oro, mi regla de oro, es siempre leer el triple de lo que se escribe. Yo les llevaría fotocopias del decálogo del escritor impronunciable Stephen Vizinczey, que se consigue fácilmente en internet. Fotocopias de La Señal de Inés Arredondo. Y fotocopias de Urgencia de Poesía del maestro Vicente Quirarte.

ESTILO Y CINEMÁTICA

Desconfío del estilo. Si dibujas 40 bananas es muy probable que la banana 39 sea la mejor y que ya tengas un estilo definido para dibujarlas. Escribir es una búsqueda, creo que a los 13 años era mejor narrador de lo que soy ahora. Acerca de lo cinemático: somos parte de una generación de autores que escriben a sabiendas de que sus tramas pueden ser traducidas en algo audiovisual. Uno escribe un personaje quizá demasiado consciente de que lo podría llegar a interpretar Gael. Esto tiene sus pros y sus contras. Hay que escribir literatura que sea imposible de traducir en cine. Aunque, al mismo tiempo, uno de mis tres deseos al demonio sería que P. T. Anderson hiciera un film basado en algo de mi autoría.

AQUA NET

Nos heredaron un lenguaje perfectamente acuñado y evolutivo. El lenguaje es nuestra herramienta de trabajo. Nuestra escoba, tarjeta amarilla y cincel. El otro día leí en el cuento de una chava que mencionaba al gel Aqua Net. Hacía años que no leía esas dos palabras juntas. Fue maravilloso. Somos guardianes de este tramo histórico del idioma español, es nuestra responsabilidad mantenerlo vivo. Equis, somos YOLOS. Cada palabra es una piedra. Todas las piedras tienen ángulos bellos, decía Flaubert. Hay que encontrarle a cada palabra la cara desde la cual nos sentimos más cómodos empleándola. Cómodos, felices, etc…

AUTOPROMOCIÓN

Hay libros y hay literatura. Yo quería que Hipsterboy se llamara No crearé hombres con el barro, pero al parecer a los chavos ese nombre les sería poco atractivo. Siento que las personas que siguen en redes sociales a escritores deben de estar hartas de la forma como nos autopromocionamos. Somos como las tías que en plena reunión familiar sacan su catálogo de colchas o llenan la mesa con tuppers. Lamentablemente no hay de otra. En muchos casos el autor tiene que ser su propio publicista, agente, distribuidor y fan. Es terrible. En este país tener el más mínimo talento es sinónimo de frustración.

LECTURA Y SILENCIO

La gente quiere leer. No hay duda de eso. No hay un vagón de transporte público sin un lector, todo el tiempo. No hay una cama de novia que no sea además una biblioteca. El gobierno dice que hay que leer veinte minutos al día. Eso sólo deja clara una cosa: ellos no leen ni cuatro minutos al día. Lo que sí creo es que es urgente legislar el ruido en cafés y restoranes. Es muy difícil leer a Chéjov mientras Rihanna gime con ritmo o con los villancicos de Starbucks reiterándose hasta el hartazgo. Incluso en el metro: yo antes leía entre estaciones sin inconvenientes pero, de un tiempo para acá, me es imposible con tanto popurrí musical a la venta. Quizá ya estoy chocheando pero creo que urgen reglas claras de silencio y respeto para apoyar a ese sujeto rarísimo que trae la nariz metida en un tomo.

ÚLTIMO CONSEJO

Yo le diría a un escritor que apenas está empezando que renuncie a su empleo o truene a su novia todo el tiempo que le tome leer Los miserables de Hugo, tres o cuatro libros de Cheever y Moby Dick o La ballena blanca. Que no tenga prisa por escribir. Que formule una ética propia. Que defienda en todas las mesas del mundo a tres directores de cine preferentemente difuntos.


¡Canta, herida! (2016), Gabriel Rodríguez Liceaga. Editorial Paraíso Perdido, México.


Imágenes: Cortesía del autor